La calma que antecede a la tormenta.
Llena de vida y llena de amor,
llena de sueños, sin dolor.
La calma durante la tormenta.
Llena de sueños, destruídos, desdeños,
llena de miseria, desdicha, histeria.
La calma después de la tormenta.
Llena de encuentros, fotunos, eternos,
llena de vos, conmigo, los dos.
La calma antes, durante, después,
la calma siempre llega, tal vez,
asignando una ilusión a un pobre diablo
como yo que aún busca su lugar.
Un lugar donde poder descansar,
asentar mi cabeza en tu pecho, continuar,
dormir a tu lado y despertar,
amarte, enamorarte, regresar.
Volver a mi lugar, llevarte a él, recrear,
envolverte con mi cuerpo, procastinar,
ocio junto a ti, felicidad,
hablar y llorar, reir y cantar,
junto a ti... caminar...