Perdida en el tiempo

Capítulo 6.2

Ha pasado una semana y ni rastro de la piedra, por otro lado el Laird McQueen es un hombre bueno y generoso, me ha permitido quedarme en el castillo todo el tiempo que necesite, incluso me ha pedido quedarme de forma permanente, tras contarle una historia ficticia cuando vino a verme poco después de que se fuera la anciana, el hombre pelirrojo de rostro amable y ojos tristes me pregunto como había llegado al bosque de los bandidos ( como ahora se que lo llaman en estas tierras), yo me fui inventando una historia sobre la marcha y para que sonara más creíble mezcle verdad y mentira; - soy huérfana- empecé el relato- estoy en busca de una buena vida, cuando me hablaron de un pueblo costero muy prospero decidí ir allí pero me perdí en el bosque camino a Drunhein y terminé siendo asaltada por los bandidos que me dejaron mal herida cuando intente evitar que se llevaran mis pertenencias, creyó la historia de cabo a rabo , por lo que por lo menos ya tengo un techo sobre mi cabeza mientras ideo un plan para salir de este atolladero, por desgracia sobre la piedra no hay muy buenas noticias , John ( como me pidió que lo llamara) no sabia nada de ningún collar , mando hombres para buscarlo por todo el camino del bosque al castillo pero ni rastro, por lo que mi teoría es que en algún momento me desmayé y los bandidos encontraron mi cuerpo mal herido por lo que pensando que estaba muerta me atracaron, robando el brazalete que tapaba el tatuaje de la orden y lo más importante, llevándose también el el collar con ellos pensando que era algo valioso, y no saben lo valioso es el botín que se llevaron, y también peligroso, si el collar cae en manos de espía o simpatizante de la hermandad , la noticia de una piedra del tiempo en este lugar puede llegar a oídos de la santa hermandad y serán un problema más del que tendré que ocuparme.

Aun me queda tiempo antes de que los efectos de no portar el la piedra empiecen ha hacer estragos en mi cuerpo por lo que cuento con algo de tiempo para buscar a los bandidos y por suerte las mangas largas de mi vestimenta me ayudan a tapar el tatuaje de miembro de la orden de mi antebrazo por lo que estoy relativamente a salvo de los espías de mis enemigos.

-Lucrecia, ¿quieres salir a pasear al exterior? - pregunta la tímida Jane, mientras cepilla mi pelo, con solo hacerme una pregunta se ha puesto roja.

-Claro - respondo con una sonrisa mientras acepto su ayuda para levantarme, esta semana me he ido acostumbrando a la gente del castillo, todos son amables conmigo , sobre todo el Laird y según me ha contado la vieja Ophelia se debe principalmente a que le recuerdo a su hija Isolde, que ha fallecido hace unos meses.

-Sinceramente niña, porque se que mi Laird estaba tan enamorado de su difunta mujer que ni tan siquiera miraba a otras, sino pensaría que eres su hija bastarda, tenéis un buen parecido a nuestro señor,- me dijo un día que le ayudaba con lo que podía en la cocina ( que no es mi fuerte), lo cierto es que el Laird también me recuerda por momento s a mi padre no solo físicamente sino por su carácter amable y gentil .

-Que tal ir por esta zona , aún no la has visitado - la suave voz de Jane me saca de mis recuerdos

-vale -uno nuestros brazos- Jane , llevas mucho tiempo en el castillo Jane - pregunto no por curiosidad sino para que la tímida joven se acostumbre a hablar conmigo.

-Llevo un año trabando aquí

-¿tu familia vive en el pueblo? - damos un rodeo , me dejo llevar distraídamente por mi acompañante ,mientras observo el precioso jardín, tiene mucha variedad de flores.

- no ellos son de ...

Nuestra conversación se ve interrumpida por el grito de un hombre.

-¿Como que muerta?

Dos hombres salen de una torre hacia el jardín , uno e ellos es John, al otro no lo conozco , es un hombre bajito, de piel tan blanca que parece enfermo y unos ojos que me recuerdan a los de una rata.

-Como lo oís señor mi hija lleva fallecida cinco meses -

-No puede ser, el rey acaba de emitir la orden de casamiento entre tu hija y el maldito McNeil, si esta orden no se cumple y vuestros clanes siguen en guerra nuestras cabezas están en peligro , ¿entiendes eso McQueen?

-Y que quieres que haga, ¿ que lleve el cadáver de mi hija a las puertas de los McNeil para que se case con ella?, no se puede hacer nada , yo mismo escribiré al rey para explicarle los hechos.

- Maldita sea la enferma de tu hija- estalla el sujeto- llevaba 21 años como un muerto viviente y para una vez que se la necesita se muere, si tan solo hubiera durado unos meses más ... - no termina la frase porque el Laird le da un puñetazo que lo manda al suelo

-Antes de hablar de ,mi hija lávate la boca bastardo, me da igual que seas el consejero del rey si vuelvo a escuchar una mala palabra saliendo de tu bica sobre mi hija cortare tu lengua y te la meteré por el culo.

Un grito de sorpresa emitido por Jane hace que los dos miren hacia nuestra dirección, el Laird aun rojo de ira y el otro levantándose del suelo intentando no parecer tan patético como es.

-Dios jane no podrías ser más inoportuna - susurro mientras el hombre aparta al Laird que tenía aun agarrado por la capa, y viene donde yo estoy parada, es de estatura baja de ojos saltones una calva incipiente y unos dientes demasiado largos. todo en el me recuerdan a una rata, el desconocido, tras mirarme con detenimiento posa sus manos en uno de mis mechones pelirrojos , a lo que yo aparto su mano dandole un manotazo.

- Ruda , me gusta - susurra para que solo yo escuche sus ojos de rata me dan con una mirada cargada de lujuria.

Asqueroso , pienso.

-McQueen , ¿no decías que tu hija estaba muerta? - dice el John que también se acerca me pone tras de él para que el consejero del rey deje de mirarme.

-Lo esta , esta niña esta a mi cargo después de ser secuestrada por unos bandidos.

-Pues tiene un gran parecido a vos, ¿seguro que no es una bastarda?.




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