Capítulo 9

Mientras terminan de montar las tiendas me siento junto al fuego , el Laird McNeil tenía razón, será una noche fría y es probable que haya una tormenta, no me gusta cuando las hay, me traen malos recuerdos de hace cinco años , la lluvia calando mis huesos la mano aferrada a la mía tirando de mi para que no pare de correr aunque es todo lo que el cuerpo me pide, pero si paro las personas de las que huimos nos alcanzarán.

Salgo de mis pensamientos cuando una manta cae sobre mis hombros acompañada de las cálidas manos de Jonathan.

-Ven conmigo un momento Isolde - dice llamándome por mi falso nombre por si hay personas del lobo negro por algún lado.

Acepto la mano que me ofrece para levantarme y lo sigo a su tienda, no es más que un trozo de tela con un catre en una esquina , pero su tienda es grande , pensada para que el Laird de un gran clan pueda pasar una noche cómodamente, la mía es gemela a la suya solo que en la mía hay dos catres ya que pedí expresamente compartir la tienda con Jane, quien se encuentra en este momento descansando en ella tras el viaje.

John va directo a donde esta mi equipaje , coge un cofre de madera pequeño y me lo tiende.

-Esto es para ti.

Abro el cofre y encuentro un brazalete cerrado de oro con un diseño intrincado de nudos.

Era de Isolde y antes de ella de su madre, se lo regale el día de nuestra boda - me explica intentando contener las lagrimas ante el recuerdo de su esposa e hija fallecidas. - lo mande modificar para que sea totalmente cerrado y le pedí a Ophelia que comprobara la medida de tu brazo para que fuera hecho a tu medida.

-es precioso, pero, ¿por que me regalas algo que significa tanto para ti ?

-Para que puedas tapar el dibujo de tu antebrazo, las mangas no siempre pueden ocultarlo, si alguien lo ve puede reconocer su significado así como yo lo hice.

No soy capaz de hablar por la impresión, el lo sabe, el miedo me inunda , si tuviera mi colgante hubiera huido pero ahora no puedo, si el lo sabe , si se lo cuenta a alguien más la santa hermandad vendrá en mi busca.

-Tranquila solo yo lo se- cuando nota como mi cuerpo se relaja prosigue - Una vez conocía a alguien con un dibujo como el tuyo, era un hombre extraño, pero era buena persona, puede que te cuente algún día su historia , pero lo importante es como termino- cierra los ojos con pesar - nunca olvidaré lo que le hicieron , esa gente se lo llevó, le torturaron y desmembraron a ojos de todos y luego colgaron su cabeza en el centro del pueblo presumiendo haber erradicado de la tierra a un demonio.

-La Santa hermandad - susurro, los únicos capaces de cometer semejante atrocidad y celebrar por ello.

-Si , así es como se hacían llamar - su mano se posa en mi hombro - el no era un demonio y tu tampoco , solo eres una joven viajera buena e inteligente.

-¿Desde cuando sabes lo que soy?

-Desde el primer momento cuando te desmayaste vi el dibujo en tu antebrazo y lo supe.

- Y aún sabiendo que te mentía me ayudaste, me ofreciste techo y tu amabilidad.

-Se que tenias que mentir, es peligroso para vosotros ser descubiertos , además ya te lo dije, en el momento en el que te encontré formaste parte de mi clan, si algún día cuando todo esto pase me quieres contar la verdadera historia de lo que te paso y de como acabaste aquí estaré encantado de oírla.

No puedo evitar abrazarlo, siento como el peso de la mentira me abandona, un peso del que ni siquiera me había dado cuenta que llevaba.-Cuando todo pase y encuentre la forma de volver a mi tiempo te prometo contarte toda la historia- sus brazos se cierran a mi alrededor y por primera vez en mucho tiempo me siento protegida.

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Al amanecer es hora de prepararse para la ceremonia, no tenía ni idea de lo que era el handfasting, por lo que Jane me lo explica de forma resumida mientras me prepara.

Cuando salgo de la tienda John ya me esta esperando para llevarme a la ceremonia.

-Estas preciosa- me dice ofreciéndome su brazo.

le agradezco el cumplido acariciando el vestido azul cielo, Jane a hecho un gran trabajo recogiendo mi rojo cabello en un semirecogido lleno de intrincadas trenzas y el azul del vestido combina a la perfección con mi piel clara.

La gente esta reunida alrededor de un circulo y dentro de este McNeil ya me esta esperando junto con el sacerdote, entro dentro y el sacerdote me lleva frente al que será mi marido por un año y un día, luego une mi mano derecha con su mano izquierda y viceversa quedando en una unión de manos que representa el símbolo del infinito, mientras escucho las palabras del sacerdote ignoro la pequeña corriente que siento cuando mis manos se unen a la del Laird y por la expresión de sorpresa que se dibuja en su rostro durante unos instantes antes de volver a su habitual expresión fría se que el también lo a sentido.

El sacerdote ata nuestras manos y tras unas hacer las habituales promesas que son mera palabrería en saliendo de nuestros labios , pues ninguno de los dos las cumplirá , la ceremonia a finalizado.

El lobo negro me suelta las manos como si quemaran - es hora de que os vayáis de mis tierras- le dice a John para luego salir como alma que lleva el diablo de la arbolada.

Y así termina todo ,sin banquete , sin felicitaciones , solo silencio y miradas de odio por parte de los dos clanes.

Dos horas después es hora de las despedidas, estamos en el patio central rodeado de algunos guerreros y el propio lobo negro para asegurarse de que los McQueen abandonan su hogar.

-Si te molestan, aunque sea lo más mínimo , envía un mensaje y vendré enseguida y ni el mismo rey será capaz de impedir que te lleve devuelta a casa- lo dice bien lato para que los miembros del clan McNeil lo escuchen , incluido su Laird que permanece en silencio esperando con impaciencia a que John y su gente abandonen sus tierras-