Perdida en el tiempo

Capítulo 11

Una vez instaladas mis pertenencias con la ayuda de Jane dedico el resto del día a inspeccionar la torre, hay muchas habitaciones , todas ellas deshabitadas, cuanto más camino me doy cuenta que el lugar debió ser hace años el ala principal de la familia, pues a pesar del mal estado del lugar aun conserva algo de su antigua grandeza, como el mural que hay en una de las estancias en el aparece una mujer alzando su espada, tras ella se alza el imponente castillo en el que me encuentro, pero lo más impresionante del mural son los materiales con los que lo realizaron, teselas, piedras como zafiros para los ojos , agatha para el pelo, esmeralda para el vestido y una amatista como adorno en el pomo de la espada.

Sigo dando vueltas por la estancia que parece la única que no está deshabitada a parte de la que ahora será mi cuarto , el lugar esta lleno de plantas colgadas para secar, libros de plantas y sus usos, frascos con líquidos de distintos colores , un escritorio con papel y tinta he incluso un caldero en la chimenea, parece la habitación de un galeno, por lo que tras coger algunos troncos para encender la chimenea de mi habitación salgo de la estancia antes de que vuelva su dueño y me regañe por invadir su espacio.

Espero a que se haga de noche para escabullirme de la torre y buscar las cocinas ya que nadie se a dignado a traerme nada en todo el día para poder comer o beber, pero veo esto como un reto imposible al bajar las escaleras que conectan mi ala con el resto del castillo, apenas he abierto la puerta cuando una fuerte figura me impide avanzar.

-Yo que tu no saldría de aquí mi señora.

-No soy señora de nada- le digo a la mano derecha del Laird que lleva una bandeja repleta de comida y una jarra, agarro la jarra para quitarle un poco de peso a la bandeja - supongo que esto es para mi.

El pelirrojo asiente con la cabeza, no es muy hablador por lo que veo.

-Pues llevemos esto a mis aposentos entonces.

-Este lugar es mucho peor de lo que pensaba- dice cuando deja la bandeja en una vieja mesa.

-La verdad podría haber sido peor , por lo menos la estancia esta limpia y las ropa de cama es nueva.

-Fue Lorna, ella se encargó de intentar hacer este lugar más habitable, pero no puede hacer milagros sin más ayuda que sus manos.

-Pues le tendré que agradecer a Lorna sea quien sea que se preocupe por que me encuentre cómoda en este lugar, parece ser la única hasta ahora.

-Lorna es la sobrina del Laird la conocerás muy pronto, yo soy Damián por cierto .

Me tiende su gran mano en forma de saludo, su gesto es amable pero no hay expresión alguna en su rostro.

-Isolde - le digo cuando acepto su apretón de manos- y dime una cosa Damián ¿por que te muestras más amable que el resto de personas de este castillo? , por lo que he observado todos me odian.

-No solo te odian en el castillo, también te odian el resto de personas de esta tierra- vaya que alentador pienso - pero yo no tengo por que odiarte, yo no soy un McNeil, conocí al Laird después de que sucediera la masacre por lo que no he perdido a nadie cercano por tu gente, no tengo por que odiarte.

-¿Masacre? - pregunto y por primera vez veo en sus ojos negros un brillo de sorpresa.

-¿No sabes nada acerca de la masacre? -

-Me temo que no , al tener una salud tan frágil todos me han mantenido siempre al margen de la guerra con los McNeil, solo sé que el hermano de mi padre murió y él tuvo que ocupar el puesto de Laird - miento para que no se de cuenta de que soy una farsante.

Me dedica un asentimiento con la cabeza, indicando su comprensión.

- Sera mejor que te cuente sobre ella para que comprendas el odio del Laird hacia los McQueen , en especial hacia tu familia - me tiende un plato de estofado y luego se sienta en una de las inestables sillas que hacen tal ruido que pienso que va a romperse, por suerte no lo hace, yo imito acción y me siento en otra silla frente al pelirrojo - Los dos clanes llevan en guerra desde hace años, todo empezó con el abuelo del actual Laird y el tuyo, no se los motivos solo se que hay una deuda de sangre entre ellos, a través de los años han habido innumerables contienda entre los clanes, pero la peor fue hace seis años, nadie sabe exactamente que fue lo que sucedió solo se sabe que el Laird McQueen y el Laird McNeil junto con sus hombres fueron a firmar una tregua y esta termino en tal contienda que todos los que ninguno de los que fue volvió, no quedo ni un guerrero con vida en ninguno de los bandos, pero por desgracia la tragedia no termino aquí, cuando el hermano mayor de Evander , se enteró de la masacre vino a toda prisa junto con su mujer embarazada y su hija Lorna, pero atravesaron el bosque de los bandidos para llegar antes al clan - cierra los ojos con fuerza - los bandidos los mataron, se ensañaron con ellos con crueldad , la única que sobrevivió a duras penas fue Lorna y porque por azares del destino me encontré con ella, por desgracia no llegue a tiempo para evitar todo lo que sufrió- niega con la cabeza para alejar sus recuerdos- Evander fue nombrado Laird con dieciocho años y lo primero que juró ante su gente fue vengar la muerte de su padre , matando a todo el clan McQueen- hay algunas lagunas en la historia que me ha relatado , pero me ha contado lo suficiente como para que comprenda el profundo odio que me tiene el lobo negro ya que cree que toda la desgracia que le ha sucedido a su familia es debido a los McQueen.

-Eso significa que si alguien de este clan me mata no recibirá castigo alguno- para mi desgracia estoy fingiendo ser Isolde por lo que me he convertido en una oveja dentro de la guarida de un lobo que esta afilando sus dientes para comerme.

-Más bien se le rendirán honores por matar a la sobrina del hombre que creen que provoco la matanza-

-¿No crees que la matanza la hizo el anterior Laird McQueen, como piensan todos?-

-Estoy diciendo que todos los que se reunieron ese día a firmar la paz no volvieron y como los muertos no hablan nadie sabe lo que de verdad sucedió- se agacha y de la bota saca un cuchillo- nuca te separes de él, duerme con él bajo la almohada y si alguien intenta atacarte no dudes, clavarlo con todas tus fuerzas directo en el corazón.




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