Ya era Octubre y el verano acababa de terminar, se extrañaba mucho el invierno pero igualmente el calor es imposible de odiar. Bianca había pasado por mucho sufrimiento, Soldma estaba muy preocupada por ella, entonces decidió pedir ayuda a un psicólogo para poder a ayudarla mas profesionalmente y no de manera de la vista de una madre. Ahí conoció a Luisa, una chica que le salvo la vida y que hasta hoy es su mejor amiga. Luisa era una chica tímida de cabello castaño oscuro y de ojos casi negros, era de estatura mediana y había entrado recién ese mismo año a la escuela. Se hicieron muy amigas y ella fue la única que la apoyo con Felipe y con que la que tenia razón era ella no Esperanza. Siempre le decía que era muy buena amiga y que no sabia el por que le decían que no era una amiga realmente si en realidad era una persona maravillosa y muy valiosa.
También en ese momento del año Bianca se empezó a dar cuenta que Felipe la miraba mientras ella estaba distraída, ella misma se daba cuenta y también Luisa se daba cuenta. En los recreos la miraba desde a lo lejos, en clase Bianca al girar para mirarlo él ya la estaba mirando y quitaba la cabeza muy rápido.
Uno de los días de clase de biología Felipe estaba apoyado casi sentado en una mesa, y se quedo mirando fijamente a Bianca sonriendo y ella también a él. Pero ella por los nervios corto el contacto visual, y así haciendo que Felipe también desvíe su mirada. Bianca de vez en cuando escuchaba que lo molestaban con ella, aunque ella creía escuchar mal. Bianca nunca creyó poder llegar a tener algo con Felipe y aún todavía no lo sabría pero algo sorprendente le tendría que pasar por lo que realmente se merece, un amor sincero y perseverante.