Perdido en el Tiempo

Capitulo 4

Abrí los ojos, mi cabeza aun me dolía bastante, trate de agarrar mi cabeza pero inmediatamente me di cuenta que estaba yo atado a una cama, voltee a todos lados tratando de saber que sucedía, grite pidiendo ayuda, pero nadie acudió, en eso escuche una voz infantil que decía claramente, “mama, el brujo despertó”.

El cuarto estaba oscuro, solo la luz de una vela alumbraba una pequeña zona de la habitación en la que yo me encontraba, yo seguía atado tanto de manos como de pies, trataba de desatarme pero parecía que los nudos los hicieron cadetes del ejército, en eso recuero ver una imagen de una persona ya mayor, una mujer, pelo blanco largo peinado con una trenza única que caía a espaldas de ella, caminaba directamente hacia los pies de la cama, estaba encorvada, sus manos estaban tan arrugadas que no se lograba diferenciar que era piel y que era hueso, caminaba a gran velocidad para ser de edad avanzada, pero, a cada paso que daba ella soltaba un pequeño quejido doloroso casi imperceptible, de seguro por alguna enfermedad en sus piernas. Ella estaba allí parada al pie de la cama donde estaba yo atado, no sé si era por la poca luz o porque ella era así, pero su cara lucia tenebrosa, similar a la de una bruja de películas de terror, sin la piel verde ni las verrugas, pero sí bastante tétrica.

-¿Por qué estás aquí brujo?-

-¿perdón?-

-si crees que te llevaras a alguno de mis niños, piénsalo dos veces, porque solo lo harás cuando mi cadáver hediondo y putrefacto este enfrente de ti y los gusanos se alimenten de mi cráneo, mientras las hormigas arrancan la poca carne que queda de mis fracturados huesos-.

-muy bien, eso fue demasiado descriptivo y ahora tengo nauseas, pero me las aguantare porque no soy ningún brujo, no sé de dónde sacaron eso-.

En eso la pequeña voz infantil volvió a escucharse, pero esta vez justo a mi lado de mi cabeza. Mi corazón di vuelcos de la sorpresa que me lleve aquel día, pude ver a un pequeño de no más de nueve años, con ropas viejas y rotas, el cuerpo sucio, cabello terroso y duro a consecuencia de su ausencia de aseo personal.

-te vimos que apareciste un monstruo gigante de tu mano cuando te perseguía la policía-, me dijo aquel niño.

-espera, ¿Qué?, ¿un monstruo?, yo nunca aparecí un…-, mi comentario se vio cortado con el recuerdo de mi proyectando con mi celular la película de parque jurásico en una pared, supuse en ese momento que se referían a ello, una luz saliendo de mi mano y la proyección del gran dinosaurio.

-escuchen, no soy ningún brujo, eso que vieron fue ciencia y tecnología avanzada, no es magia-, no tuve más opción o era romper un poco las reglas del tiempo o permanecer en ese lugar para siempre. Como era de esperarse no tenían idea de lo que me refería, en eso logre escuchar a otro niño gritar de dolor corriendo hacia la señora.

-¡mamá!, ¡mamá!, ¡me quede ciego!-, mientras el niño lloraba vi que tenía en su mano mi navaja multiusos, la cual solo podía activar yo, era una navaja moderna que solo se podía acceder a sus funciones mediante reconocimiento de huella digital, y si alguien más trataba de usarla, esta activaba una luz led tan potente que dejaba momentáneamente ciego a quien intentara usarla, así que lo más obvio era eso, este nuevo niño que apareció en escena intento usar mi navaja pero activo el sistema de defensa.

Mientras la mujer intentaba ver que había pasado con su niño, yo le grite que no pasaba nada que solo era una ceguera momentánea que si me liberaba podría hacer algo para que regresara la vista del niño, alcance a percatarme de la mirada fría, tenebrosa y desconfiada de la señora hacia mí, pero acepto mi propuesta y me libero. Una vez libre me acerque a el pequeño quien seguía llorando y revise sus ojos, no soy médico y en ese momento no tenía idea de que revisar pero tenía que hacer mi mejor actuación para que creyeran en mí. Después de haber fingido haber descubierto la razón de la ceguera lo que procedí a hacer fue algo muy simple, recordé el libro de instrucciones de mi navaja, donde decía claramente “si la luz led se activa accidentalmente, cerrar los ojos por 1 minuto y abrirlos poco a poco”, así que le dije al niño que cerrara sus ojos, conté sesenta segundos y le dije que los abriera y como por arte de magia el niño recupero la vista.

Todo era felicidad hasta que un hombre me agarro de los brazos y me sometió, con la poca iluminación que había en la habitación, nunca vi a este sujeto acercarse a mí, quien con una gran velocidad y habilidad logro someterme y colocarme boca abajo mientras él me sostenía las manos por mi espalda y con una rodilla en mi cuello hacia que mi posición no cambiase pese al esfuerzo que hacia yo por liberarme.

-¿Qué les pasa?, ayude al niño-, en eso escuche a la señora hablar y decirme.

-tal vez no seas un brujo, pero la policía te estaba persiguiendo, no podemos confiar en ti-

-por favor, yo solo quiero irme, no quiero molestar a nadie, solo quiero regresar a mi casa-

La señora en ese momento vi que dio una señal al hombre que me estaba sujetando, este mismo me levanto y me regreso a la cama para atarme de nuevamente, mientras eso sucedía vi que mi celular estaba en la mesa donde se encontraba la vela que alumbraba el cuarto, sin pensarlo dos veces active otra de las funciones de mi teléfono, esta función era de seguridad y se activaba con comandos de voz, así que grite “¡ZMX me están asaltando!”, mi teléfono confirmo mi comando y comenzó a hacer ruidos de sirenas, tan agudos que si están lo suficientemente cerca de él eran capaces de aturdir a la gente. Con todos tapándose los oídos tome todas mis cosas y salí huyendo de allí.




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