Litzy se reintegró a su antigua usanza de presentarse a las asignaturas y recuperar el periodo en que se ausentó de la universidad, la afluencia de estudiantes era mayoritaria su juicio todo se mantenía igual, reencontrándose con su clan de amigas que la habían echado de menos. Fuera del gran momento emocional, traspaso el corredor su exnovio tod acaramelado con otra estudiante ellas se compadecieron de ella a tal humillación.
—Que no te estropee tu inicio de clases —la alienta Abby—. No desfallezcas por ese cretino.
—Dile lo que supiste correspondiente a Tod —manifiesta Daphne con voz susurrante.
—¡No! Ni creas que le haré eso de que se entristezca —rechista Abby.
—¿Qué debo saber? Diganme —demando ella acongojada.
Se quedaron en silencio intercambiaron miradas.
—Yo te lo diré, ese tonto tan pronto lo terminaste dio la revelación de su nuevo noviazgo con una chica de quinto semestre de medicina y no es lo fatal, siendo ustedes aun novios él la cortejaba a esa —le farfullo Grace.
Disfrazo su pena y cabreo sonriendo en su mirar un amago de desamor, les ratifico que aquello estaba enterrado se autoengañaba afirmando que había sellado el tema, más bien se instauraba un concepto equívoco frente al romance clausurando indefinidamente su corazón al intentar protegerse para no ser lastimada. Posteriormente culminada las clases decidió adelantar algo de sus tareas aplazadas en la cafetería, desierta se hallaba eso perduro hasta que se dejó ver tod con su actual amorío, se percata de su presencia enfadado saco provecho besando descaradamente a esa pelinegra con una vestidura que tentaba al erotismo, se dio cuenta, sin embargo, se concentró en lo que hacía manuscribía con rapidez ejerciendo una fuerza exagerada causando que el lapicero se dañara. A lo mejor la misma ardiente furia que contenía se elevó como consecuencia de la insólita desfachatez de él, se imaginó vengándose en defecto opto por retirarse desentenderse de su muestra de afecto, en el exterior de la facultad se paralizó al inundarse de emociones le desgarraba el alma lo estúpida que fue, se abrochó los botones de su abrigo largo gris y se encaminó en otra dirección distinta de casa quería despejar su mente según la especialista que la atendió, tenía que tomarse el tiempo necesario para recomponer los pedazos de su anterior vida la que conoció y ya no existía en su presente.
Oscureció su madre empezó a preocuparse debió venir a la casa a cambiarse para ir a trabajar, su hermana tampoco tenía idea de donde podría estar, averiguaría si Adler sabía de su paradero, debido a que este frecuentemente le hacía compañía cuando se dirigia a su trabajo. Toco el timbre en varias oportunidades al parecer no se encontraba dentro del apartamento, de sorpresa va llegando con Müller y bajan del auto enseguida.
—¿Sabes donde esta Litzy? —hablando lo más aplacada posible.
—Un momento, ¿me estás tratando de decir que no aparece? —su semblante permuto de sopetón.
—¡Si! Desde que salió a estudiar nadie la ha visto en la tarde pensé que estaría contigo.
Müller escucho atentamente lo que acontecía y también la noticia de que el jovencito ha estado saliendo con una amiguita no tan de su edad, entonces carraspea intencionalmente lo que significaba que había problemas.
—Disculpe señorita no nos han presentado formalmente —soy el tío de este chico me puede llamar señor Müller —indica amablemente.
—Es un placer distinguir a un pariente cercano a él —respondió con agrado.
—Lo mismo pienso ¿y su nombre es?
—Lesly Thompson, soy hermana de la joven a quien Adler visita a diario.
—¿A diario? —Reitera trastocado a tal descubrimiento me he de figurar que son buenos amigos— le arroja una mueca de desaprobación.
El adolescente no es capaz de levantar la vista porque era evidente que de esta no saldría tan sencillo, ahora lo delataría con sus padres y estos a su vez le darían una reprimenda. Eso tendría que postergarse la relevancia era buscarla a ella a su amor platónico, tanto lesly como él se dispusieron a encontrarla y su falso tío aguardaría fiándose de su palabra. De todas formas volvió a casa y al entrar la señora Thompson la abrazo demostrándole su preocupación por desaparecer casi todo el día, no quiso hablar se dirigió a su habitación no encendió la luz, acostándose en la cama tapándose con la almohada su rostro para aliviar las penas que la atormentaban golpeaba la superficie de esta. Una hora aproximadamente así pues retornaron ambos informándose que había aparecido, aunque la alegría no era completa así mismo mostró desasosiego su madre se empecinaba a que su hija no requiriera de asistir a psicología.
—¿Puedo verla? —le pregunta Adler a la mamá de esta.
—No es apropiado incordiarla déjala a que se le pase.
—Está bien, vendré después —se retiró sintiéndose un inepto a pesar de no ser el culpable de su situación.
En tinieblas sentado a un lado de la ventana divisaba la calle inhospita cerca de la media noche, tod maquinaba como resarcir lo que su exnovia ocasiono, en un hazmerreír de sus compañeros. Inevitablemente, la insondable herida a su ego fue el preámbulo para elaborar un malvado plan en contra de ella, de repente su hermano el pequeño Davis abre la puerta de su alcoba y prende el interruptor iluminándola.
—¿Qué haces? —pregunta Davis al notar una conducta inusitada en él.
—Me distraía en fantasías —encoge sus hombros—. ¿Qué sucede hermanito?
—Nada, solo vine a decirte buenas noches ya me voy hermano.
—¡Dulces sueños pequé! —le vocifero al cerrar este.
Se echó a mofarse de su ingenio me las pagaras decía en sus adentros.
El clima otoñal se percibía el césped cubierto de hojas que desprendían los árboles añadían un colorido al inmenso establecimiento académico, abby abstraída en su teléfono al instante tod se aproximó.
—Hola Abby, sé que te caigo pésimo pero... —ella lo interrumpe ásperamente.