Perdón, por elegirte a ti. (libro 1)

CAPÍTULO 15

No cabe duda que su estancia en lo silvestre favoreció la forma de ver la vida más allá de la burbuja de comodidades y lujos, aprendió y sobre todo valoro el ser tan afortunado de no tener que sufrir las inclemencias del diario vivir de una persona común. Douglas el granjero lo ocupo en labores rutinarias como ordeñar una vaca, reparar un tractor, regar o cortar el trigo, claro con Litzy como su ayudante puesto que ella sabía el manejo y proceso de dicha actividad. Sin sospecharlo era una chica de campo orgullosa de sus raíces y tradiciones, cada que terminaban alguna labor su ropa lucia completamente sucio mal oliente. Una vez les pidió colaboración para revisar el motor de su auto antiguo que conservaba como nuevo, se remangó las mangas largas de la camisa y se concentró en lograr que encendiera la neoyorquina lo observaba a su corta edad y ya parecía un mecánico engrasado a tal punto de soltar la risa, él se dio cuenta de ello pero se limitó a asentir con la cabeza.

—Aplicaste los conocimientos de mi tío no pensé que los seguirías al pie de la letra —dice acercándose a él.

—No soy de los chicos que se sienten sabelotodo, me gusta hacer esto.

—¡Lo noto! Por tu cara eso si yo también estuve de mecánica con papa cuando se le pinchaba una llanta del carro de la empresa donde trabajaba.

—Hacen un buen equipo jóvenes son tal para cual —opina el señor Douglas descendiendo de la máquina cortadora.

Litzy no lo ve de esa manera al estar enceguecida y empecinada en dejar a un lado lo relacionado con los sentimientos o posible compatibilidad entre los dos, la obstinación que le embargaba fue haciéndose visible su tía madeline intentaba en ocasiones entablar conversación sobre ese asunto a lo que la evadía a esta, el chico rubio no la forzaría a cambiar no era quien para hacerlo compartir los días era suficiente para calmar sus ansias de poder tan siquiera besar sus labios dominándose asimismo. Fue ahí donde todo encajo para él realmente se había enamorado inevitablemente. Retumbaba en su mente: son de mundos opuestos ella no puede estar contigo. él se conocía bien para llegar a concluir que su propia rebeldía le sería útil en esos momentos, se daría duro contra ese muro hasta que cayera o él se destruyera por dentro. La tarde finalizaba y solos sentados sobre una cerca que acordonaba la propiedad se juntaron para platicar su última día en la granja.

—¿Cómo te sientes saber que nos iremos mañana? —pregunta Adler contemplando el ocaso.

—Quisiera quedarme, pero no podría, volver a la normalidad es imprescindible para mí, me esperan mis estudios y batallaré si es necesario.

Alzando su vista al inmenso cielo que comenzaba a llenarse de estrellas.

—Suenas triste antes estabas feliz porque borraste una mala etapa de tu vida, aún me tienes a mí, a tus amigas, y padres.

Sonriendo de una forma encantadora, a lo que ella pone su atención en él percatándose de desmesurado optimismo y voluntad de hierro esforzarsandose por alentarla, encima sus frenillos lo hacian verse mas guay.

—¿Cómo te pareció vivir en un lugar como este paraiso? —mirandolo diferente a como antes.

—Me encanto el darme cuenta del gran aporte de personas como tu tío le ofrece a nosotros los que consumismo ese alimento, sé que me vas a decir que digo tonterías —contemplaba cada parte de su bello rostro con disimulo.

—No es cierto, bueno digamos que lo pensé —se baja del cerco quitándose una astilla de la madera clavada en su dedo anular.

—Eso te pasa por ser mala conmigo, adelante señorita —él hace un ademán con la mano, y ella se adelanta para ignorar sus boberías.

En nueva york, Müller su guardaespaldas aguardo pacientemente su regreso, este no estaba tan seguro de informarle la última noticia si era buena o mala eso él lo decidiría, lo había visto semanas anteriores complacido con la ciudad y los nuevos amigos que hizo. solamente es una fantasia un ensueño el no pertenece aqui objeto. El tan angustiado y estresado retorno del joven le supuso una carga extra, por no considerarse capacitado para contarle la verdad.

—Hola Müller, ¿qué tal todo? —coloco su mochila en una de las sillas del comedor.

—Bien joven, ¿se divirtió? ¿Le agrado el sitio? —en las manos sostenía el teléfono como si fuera a hacer una llamada.

—¡Bastante! —exclamo desde su cuarto—. ¿Ha venido Chris en mi ausencia?

—No joven. Le tengo que comunicar algo sumamente importante —se da unos golpecitos en la frente con el aparato.

Vuelve a la sala y lo hace tomar asiento ala perspectiva se encontraba Adler por ende presto oídos a que le diría. Müller respiro despaciosamente y se llenó de valor.

—Permítame le explicare, su padre me llamo con el objetivo de darme la orden de que se lo lleve a usted en dos semanas a alemania, si no ejecuto la mencionada ordenanza me llevaré la peor parte.

Esa sensación de opresión en su pecho surgió de nuevo rodearse de normas, protocolos, ser un chico sumiso algo que elimino todo este tiempo cuando anduvo con sus actuales amistades.

—¡No que desgracia! —manifesto molesto—. Desearía ser como los demás normal vagar por la calle sin que tenga que escoltarme varios hombres.

—No me complique a mí las cosas no soy yo el que quiere eso, es su padre si le ve el lado bueno verá a su madre y sus otros amigos que son compañeros de estudio suyo.

—Está bien, aprovecharé lo que me resta de las mentadas semanas —cubriendose la cabeza con sus manos.

Mientras que ellos dialogaban, en casa de los Thompson, Litzy se topaba con la novedad que su tía hermana de su mamá se vino a pasar vacaciones con ellos, su nombre era brandie en compañía de su hija. Francisca quien tenía padre de origen dominicano pero nacida en el país norteamericano, ya que esta se casó y vivió poco tiempo en república dominicana durando su matrimonio unos cuantos años, no obstante consiguió un excelente empleo que la hizo radicarse definitivamente en la isla. Por esta razón se trasladaba cada que le concedían un receso laboral a estados unidos. Las abrazo con mucho júbilo por tenerlas de vuelta, brandie una mujer de complexión delgada a consecuencias de las dietas que se exigía, similar a su mamá en estatura no tan baja y pelo corto a la altura de sus orejas se lo teñía de negro para según ella verse más atractiva. Ha sido la más aventurera de la familia.




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