Perdón, por elegirte a ti. (libro 1)

CAPÍTULO 37

Las influencias y el poseer cierto poder y más si pertenecías a la elite podrías disponer sobre los demás, así fue como uno de los miembros de la familia waltmannhausen uso esto a su beneficio, quería a toda costa deshacerse de la mancha catalogada con ese término despectivo a la niña de escasos 15 años, ella nunca imagino lo que vendría al hacerse amiga de Frederick debido a que no le dijo quien era tal vez así hubiera sido posible eludir lo que aconteció esa noche. La familia fischer descansaba eran cerca de las 11:00 pm, y en una de los barrios marginales de Berlín específicamente en un edificio de viviendas golpearon a la puerta el primero en despertar a causa de los fuertes golpes fue el padre de familia que rápidamente se pone su bata, con cautela se encamina a la entrada enciende la lámpara de la sala angosta, sus hijas se asoman por el pasillo temiendo lo peor, habiba abrazaba a su hermanita e hizo una seña de silencio luego la esposa las mete a las camas para que vuelvan a dormir, de nuevo tocan y esta vez con una exagerada fuerza.

—¡¿Quién es y que quiere?! —grito el papa de habiba, llenándose de valor de quitar el cerrojo.

Nadie contesto del otro lado, así que no tuvo de otra que abrirla llevándose la sorpresa de ver a unos oficiales que ingresaron atrevidamente a su hogar, en total 8 hombres de aspecto intimidante le hacen un interrogatorio verificando que era la persona a quien buscaban, coincidiendo en sus hojas de registro con su nombre, le ordenan con acometividad desalojar el inmueble a lo que el exige que se le diga el motivo, si eran un buen ciudadano que respetaba a la autoridad y que trabajaba en una fábrica de alimentos, agotando la poca o nula paciencia de aquellos tipos consiguiendo que uno de ellos desenfundara su arma de dotación y le apuntara en la frente.

—¡Lárgate a empacar! Si no quieres que te dé un tiro a ti y a tus hijas.

—Está bien, pero no le hagan daño a mi familia.

Acata y recoge sus pertenencias lo que podían llevarse consigo, la esposa temblando de miedo y con sollozos comienza a doblar la ropa de sus niñas y estas permanecieron en la sala, habiba los miraba con odio cargando a su hermanita en brazos.

—Deben irse del país o puede que los encuentre y no querrán que eso suceda —enfundado su arma—. Si se atreve a denunciar lo sabremos y la muerte es lo que tendrán.

Los fischer bajaron los escalones hacia el primer piso callados, ya que los vecinos dormían placidamente, abordaron un taxi y detrás los iban siguiendo los oficiales en las patrullas, no supieron ellos que en realidad eran sujetos que trabajaban bajo el mando de uno de los waltmannhausen, como era de suponer después de su cometido dieron la buena nueva a su jefe, el dinero borraría cualquier indicio de lo ocurrido sacando del medio a la niña que nada más representaba una amenaza para sus planes, fundamentalmente en preservar las reglas más bien privaciones de los que cada integrante familiar tenía el deber de desposar en su edad adulta a una persona de su mismo nivel y status, hombre o mujer dado el caso además el amor no estaba incluido como un requisito lo más resaltante de todo ello, la exclusividad radicaba en que los futuros esposos o esposas hicieran parte de familias de sangre alemana pura, salvo que su consanguinidad no tuviera lazos con personas mestizas ni pobres, hasta la actualidad nadie ha roto esa regla.

Müller pidió ser reemplazado por Meyer para que viajara con los señores a una reunión que se llevaba a cabo cada mes, alego estar indispuesto obviamente fue una falsa excusa para materializar su objetivo, ese día le reproduciría la grabación de Litzy a Adler en secreto claro esta, contaba con la discreción de sus compañeros fiándose de estos, antes de subir a la última planta, oculto en una bolsa plástica negra la grabadora que adquirió en un almacén cercano, con la que pretendía darle una ayuda al jovencito a volver en sí, a media mañana en el ascensor hablaba a su conciencia limpia dado que haría lo que los padres no consideraron ni siquiera como una posible solución, a veces lo más simple como un audio de voz o unas palabras de un pariente cercano o pareja sentimental hacian la diferencia causando un resultado sorprendente.

Él les da una seña desplazándose a posiciones más distanciadas facilitando el aviso de acercamiento de algún médico, movió la silla muy cerca de la cama; allí el adolescente supuestamente dormía por lo menos eso sería lo mejor desgraciadamente no, debido a que no mostraba ninguna muestra de vida. Sujeto entre sus manos el dispositivo y oprimió el botón de reproducción la voz de la norteamericana emergió como si estuviera ahí junto a él, Müller se fue enterando de datos hasta el momento tapados, minutos posteriores se detuvo la grabadora aún no había un indicio favorable, internamente en lo recóndito de la memoria del joven se fue clarificando una imagen borrosa de una señorita le dio paulatinamente forma a esa mujer, la veía sonriendo y sus labios carnosos de boca pequeña a lo que siguió su rostro angelical concediéndole un raudo reconocimiento su cabello rojizo, elevándose su ritmo cardiaco y a la vez su respiración, Müller se había reclinado en la pared situada lejos del paciente invadido en sus pensamientos, pero el extraño sonido de la máquina lo saco de su despiste.

En nueva York, los Thompson acudieron a una celebración que realizo la universidad a los estudiantes condecorados por sus excelentes resultados académicos, la joven pelirroja iba tan bella con su vestido de noche del mismo color de su melena, y el broche en forma de flor de fantasía a un lado de su enrulado y largo cabello le otorgaban distinción entre las demás chicas, Lesly tenía el mismo atuendo a diferencia que el de esta era azulado, caminaban las dos sobre una alfombra roja y exactamente cuando ambas se aproximaban al centro del salón de eventos, Litzy presto especial atención a la decoración como las flores en tonalidades pasteles que contrastaban con las comunes que se escogían para eventos como ese y el aroma dulzón que desprendían le provoco una gran alegría repentina, lo supo sin demora le anunciaban que adler volvería a ella, tenía esa creencia de su abuela de que las flores anunciaban buenas noticias y sobre todo si alguien conocido atravesaba una enfermedad o desventura, aferrándose a esa idea.




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