Introducción.

Esta es una historia muy especial para mi no solo porque sea la primera que publico si no porque me he plasmado en la protagonista y en como a veces nos volvemos fríos o bordes,o distantes por miedo a vernos heridos de nuevo,por miedo a volver a rompernos y solo lo hacemos para protegernos y así no quebrarnos.
Pienso que mucha gente puede sentirse identificada con la protagonista y porque es una realidad que muchas veces pasamos por alto e ignoramos y es que es una realidad que muchos podemos estar viviendo el como se siente la protagonista ya que muchas veces nosotros también nos sentimos así y a lo largo de la historia creo que mucha gente va a poder simpatizar con los protagonistas sobre todo con la chica y sentirse indenticadx.

Esta historia y el escribir en general, y leer que me encanta han sido importantes vías de escape en momentos difíciles. 
Seguramente nadie la lea pero a quien lo haga espero que le guste y que la disfrute tanto como yo lo estoy haciendo al escribirla <3

AHORA SÍ,UNA PEQUEÑA INTRODUCCIÓN:

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— ¿La quieres? — me preguntó centrando la vista en mí.

Le di vueltas a esa pregunta en mi cabeza durante largos minutos aunque ya sabía perfectamente la respuesta. 
Me siento desconcertado, no sé lo que siento ahora mismo, sea lo qué sea se qué ha comenzado y ya no tengo forma de pararlo.
Me daba miedo escuchar estas palabras en alto y más viniendo de mí. 
Suspiré antes de hablar.

— Claro que la quiero — desvío la mirada unos segundos hacia la imagen que tengo en mis manos y me fijo en sus ojos verdes hechizantes, es increíble como con solo una mirada puede hablarte sin necesidad de palabras — La quiero tanto que fingir que no lo hago es la peor de las torturas.

— Entonces dime Adam, si la quieres ¿por qué finges lo contrario? — dice dándome el paso para hablar.

— Porque debo hacerlo.

— ¿Y por qué debes hacerlo sabiendo que así solo te haces más daño a ti mismo? — replica con enfado.

— Precisamente por eso,si me estoy haciendo daño es porque quiero que ella no reciba ninguno.— digo.

— Pero a ella también le estás haciendo daño.

— Es distinto — miro al cielo y suelto un suspiro — Ella consiguió romper mi barrera pero ahora soy yo el que no quiere romperla a ella.

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— ¿Le quieres?

Tengo la pregunta más clara de lo que me gustaría admitir y no quiero decirlo en en voz alta pero es Sam y a ella no la puedo mentir.

— Sí.

— ¿¡Y por qué narices no se lo dices de una vez?! — grita enfadada a lo que le digo que baje el volumen y ella continúa hablando pero más bajito — Sabes mejor que nadie que lo que sientes no es de hace precisamente dos días.

Es cierto lo que dice, hace tiempo que admití mis sentimientos aunque me costó bastante hacerlo pero igualmente tengo muy clara mi respuesta.

— Porque no quiero volver a romperme de nuevo Sam, mi corazón no lo soportaría.