Alyssa.
No entiendo absolutamente nada.
Su despedida diciendo que me vería muy pronto.
La forma en la que el tal Albert me miró con compasión y pena.
El por qué de que esté aquí.
"Todo es tan confuso que me siento más perdida que una aguja en un pajar."
De repente la puerta que tengo delante mía se abre y da paso a una amplia estancia, más lujosa que cualquier otra sala que haya visto antes.
La conforma una tendencia neoclásica y vintage. Es cada vez más común ver como este tipo de mobiliario se cuela en los ambientes de trabajo con un único objetivo en mente: convertir a las oficinas en un sitio lujoso. En realidad, este estilo decorativo se nutre de varios a la vez y es capaz de mezclar elementos entre sí de tal forma que cada objeto tiene su propio significado. En casi todos los casos están relacionados con el poder, con el valor y con la belleza hecha arte.
Los acabados del suelo, de las paredes y de los techos son perfectos procurando que los tonos elegidos generen esa imagen de valor añadido que se pretende lograr.
El mobiliario está compuesto por objetos de decoración que imitan a muebles o accesorios antiguos, objetos restaurados decoran la amplia habitación para así buscar el modo de evocar ese concepto con réplicas de época el cual es una buena opción para lograr aportar valor a este particular proyecto de oficina.
Toda la sala está rodeada por pequeñas lamparitas en lo alto de cada pared pero sin duda lo que realmente destaca es la amplia y espléndida lámpara de araña que se posiciona justo en el centro del techo y que ilumina cada rincón de la habitación.
"Al fin los programas de diseño y decoración de interiores del canal Divinity me sirven de algo."
Me quedo congelada en el sitio cuando localizo a mis padres que vienen corriendo hacia mi con sus caras muertas de preocupación.
"Me imagino de que estarán informados de todo lo que me ha pasado."
Cuando llegan a mi me estrujan entre sus brazos y yo a duras penas levanto los brazos para rodearles con ellos.
Es como si no pudiera prestarles nada de atención porque mi mirada está fija en un señor que está enfrente de un amplio escritorio. Su mirada también está fija en mi con sus facciones totalmente inexpresivas como si de un ladrillo se tratase, un escalofrío me recorre toda mi espina dorsal de arriba abajo y una punzada de dolor aprisiona y encoge mi corazón, tengo unas terribles ganas de llorar.
Me contengo y refugio mi cabeza entre los cuellos de mis padres y lucho contra esa agonía que siento en mi cuerpo, me esfuerzo considerablemente con desesperación en alejar esas ganas de llorar tan terribles que tengo.
¿Qué rayos me pasa?
-¡Dios mío Aly! ¿¡Y toda esta sangre?!- Dice a la vez que observa con los ojos bien abiertos las salpicaduras de sangre en mi uniforme de kárate.
-Ehhhh... mmmm... tuve algunos problemillas cuando me desperté en esta casa en una habitación en la que me tenían encerrada- inesperadamente las sensaciones de malestar y ganas de llorar de antes han desaparecido en su totalidad y han sido sustituidas por enfado y rabia - y si... ¡me desperté como oís porque me drogaron para traerme aquí! ¡Me drogaron mamá! ¿¡Os lo podéis creer?!
Pero cuando me fijo en sus caras algo se para en mi al darme cuenta de que tienen sus caras con... ¿compasión y pena? Y están con sus cabezas gachas...
-Esperad un momento... no me digáis que vosotros sabíais algo de todo esto... verdad q-que... ¿no?-Inspiro una gran bocanada de aire porque me empiezo a sentir tremendamente agobiada.- Porque vosotros también... estáis secuestrados... ¿verdad?
Silencio por parte de ellos.
Y más silencio.
Un silencio que duele tanto... que no se puede explicar con palabras...
Entonces noto la mano de mi padre sobre mi hombro y giro para dirigir la mirada hacia él.
Está mal... está fatal, lo puedo ver en sus ojos llenos de dolor, pena y posiblemente también... ¿arrepentimiento?
Están los dos palidísimos.
-Si sabíamos de todo esto
Alyssa- pronuncia mi padre con voz temblorosa y yo noto que me paralizo-sabíamos que te iban a traer esos hombres hasta aquí... y prometieron hacerlo de buenas maneras pero al llegar nos comunicaron los problemas que hubo y el por qué de que te tuvieran que dormir porque te negabas rotundamente a subir al coche.
-Me alegra saber que te inculcamos bien el tener cuidado con los desconocidos- dice mi madre acompañando sus palabras con una sonrisa nerviosa la cual creo que esbozó para intentar tranquilizarme pero consiguió de todo menos eso.
-¿Qué diablos pasa aquí?- En ese momento mis padres hacen distancia y se colocan a mi lado dejándome así ver a los dos otros hombres de la sala.
Ambas personas cuando mis padres se apartan y pueden verme del todo me observan detenidamente con sorpresa en sus caras.
La verdad es que llego a pensar que esa emoción no ha llegado existir en sus facciones en ningún momento porque cuando parecen percatarse de que yo los estoy mirando fijamente a ambos vuelven a poner sus rostros serios e inexpresivos cuales témpanos de hielo del Polo Norte o Sur.
-Señorita Gates- me saludan ambos con una inclinación de cabeza.
No les correspondo el saludo por muy poco ético que parezca.
Luego el que estaba delante del escritorio se sienta en un sillón próximo y el otro se sienta también en otro sillón que esta al lado del que se ha sentado el hombre anterior.
Delante de ellos hay una mesa baja de mármol bastante grande con respecto a las mesas bajas que se suelen poner en los despacho u oficinas. Sobre ella hay una carpeta negra y varios papeles esparcidos. Cuando notan que estoy observando la mesa juntan los papeles y los ponen todos en un montón.
-Por favor, sentáos- nos dice a mis padres a mi el señor que se encargó de recoger los papeles.
Mis padres se sientan enseguida pero yo me quedo unos pocos segundos más de pie y no voy lentamente a sentarme hasta que noto en mi las miradas de mis padres y esos dos señores.