Perdóname ángel ( Trilogía Destino #2) (2013)

CAPÍTULO 13

—Por fin estáis aquí adelante pasad, los niños están viendo una película en la habitación—Andrea saludó a Lucía, Álex y a su precioso bebé.

—¿Dónde anda tu hermano? Tenemos ganas de verlo—dijo Álex mientras acomodaba a su hija en su cochecito.

—Está ahí en el jardín, pensando en quién sabe qué.

—Iré a hacerle compañía—besó a su esposa y salió a buscar a su amigo.

—¿Está ella aquí? ¿Ha venido al final?—preguntó Lucía esperanzada.

—Sí, claro que ha venido. Es una gran chica la verdad, sólo la conozco de unas horas pero se nota que no tiene nada que ver con su madre. Iré a buscarla, está con los niños.

Lucía asintió con la cabeza, mientras Andrea iba a buscar a Clara. Ella estaba hecha un manojo de nervios, estaba deseando conocerla, hablar con ella, explicarle todas las dudas que la joven pudiera tener, mientras ella pensaba, Clara apareció en el salón.

—Hola—por fin iba a conocer a la que era su tía, también estaba bastante nerviosa, pero sabía luchar contra sus nervios.

—Hola, tú debes de ser Clara, yo… yo soy Lucía, me alegra mucho poder haberte conocido por fin.

—Sí, yo coincido contigo, tenía ganas de conocerte.

Las dos mujeres se observaron, se estudiaron mutuamente y pasado unos segundos ambas sonrieron.

—¿Puedo darte un abrazo?—preguntó Lucía con un toque de miedo, le aterraba que le dijera que no.

—Claro, al fin y al cabo eres mi tía—y se fundieron en un abrazo al principio Clara no se atrevía a abrazarla con fuerza pero a los pocos segundos lo hizo. Se dio cuenta que a pesar de ser hermana de Helena no era como ella.

—¿Por qué me miras así? ¿He hecho algo mal?—preguntó Lucía.

—No, claro que no, sólo que—tomo aire, estaba más emocionada de lo que jamás hubiera reconocido—Me recuerdas mucho a mi tía Nerea y en absoluto eres como Helena, me alegra que así sea.

—Yo puedo decir lo mismo. No eres como tu madre en absoluto, se te nota en la mirada que eres transparente, una buena chica. Me alegro mucho que no me rechazaras como hizo ella. Perdona, yo no soy quién para decir nada malo sobre ella, al fin y al cabo es tu madre.

—Ambas sabemos como es, no pidas perdón, tienes toda la razón. Ella me habló de ti, bueno de vosotras—señaló en cochecito de la niña—Me dijo cosas horribles, no la creí en ningún momento, Helena es una víbora, eso lo he aprendido a base de desilusiones. Pero bueno no arruinemos el momento hablando de ella, me alegro mucho de haberte conocido, de verdad—se acercó al carrito de la niña—Supongo que ella es mi prima ¿no?—le sonrió, Lucía le devolvió la sonrisa—Es hermosa, parece una princesa.

—Puedes cogerla si quieres, es muy buena, creo que se llevará muy bien con su única prima, y ojalá que tú con ella también.

—Por supuesto que sí, ahora las dos sois mi familia, y me encanta que así sea.

Andrea salió al jardín junto a Álex y Dani, no sabía muy bien de que estaban hablando pero se acercó hasta ellos.

—Chicos, ya se han conocido y ha sido precioso la verdad, parece como si se conocieran de siempre. Al principio han dudado una de la otra, pero en este instante están ahí sentadas, compartiendo confidencias.

—Me alegro mucho por las dos, no sabéis la semanita que me ha dado mi dulce esposa, estaba hecha un flan.

—Sí, me lo puedo imaginar, Clara estaba igual, o eso me dijo su abuela.

Álex le dio un último trago a la cerveza y se acercó hasta su amigo. Estaba raro y creía conocer la razón.

—Te voy hacer una pregunta indiscreta ¿Hay algo entre mi reciente sobrina política y tú?

—¿Qué? No, claro que no ¿Qué os pasa a todos? Estáis pesaditos con el tema, ella—señaló a Andrea con un movimiento de ojos—Me ha preguntado lo mismo y mi respuesta es no ¿Vale? Voy a ver a las chicas a ver como lo llevan y por favor—miró a ambos—No más preguntas de este tipo.

—Esa respuesta me dice muchas cosas. ¿Tú qué crees Andrea?

—Creo lo mismo que tú, he intentado hablar, razonar con él, pero este hombre es imposible, no se da cuenta que su corazón a cambiado de rumbo.

—Afortunadamente para todos, Dani es mi mejor amigo, y lo quiero, pero no me gustaba nada que estuviera loco por mi mujer. Era una situación incómoda para todos, parece que todo puede cambiar. ¿Y qué hay de la chica, ella lo tiene más claro?

—No lo sé, no he hablado mucho sobre ese tema con ella. Pero cuando lo he intentado, he visto como le brillan los ojos al hablar de él, solo tiene buenas palabras para mi hermano, aunque al parecer a él lo trata un poco como un trapo, pero eso está bien. Dani siempre tuvo la habilidad que a cualquier mujer se le cayera la baba por él, y al parecer Clara no es así y eso lo tiene irritado, por eso no se da cuenta de nada. Bueno creo que es hora de que conozcas a tu sobrina política.

Allí estaba él, en medio de aquellas dos mujeres, ambas lo miraban. Pero su corazón parecía que había tomado una decisión, ahora que estaban las dos frente a él supo perfectamente cuál era el dictamen final.

—¿Cómo va la cosa?—dijo mientras saludaba a Lucía.




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