Perdóname ángel ( Trilogía Destino #2) (2013)

CAPÍTULO 15

Cuando Dani regresó al pueblo, las cosas no estaban tal y como las dejó, todo había cambiado aunque él no se dio cuenta en un primer momento. Tenía una charla pendiente con Clara, saber porque se fue sin él y decirle que todo lo que dijo aquella noche era cierto. Le había dicho lo que sentía y ella no lo creyó, pero no se iba a rendir, se lo repetiría hasta que por fin lo aceptara. Mientras guardaba la ropa en su sitio, llamaron a la puerta, eran Darío y Esther.

—Hola chicos ¿Cómo estáis? Adelante pasad—vio las caras que traían y se dio cuenta de que algo no marchaba bien—¿Ocurre algo?—la pareja se sentó, se movían al unísono, fue Darío quién habló en primer lugar.

—Sí, ha pasado algo que no sabes, algo realmente horrible. No sé ni cómo decírtelo, aún no me puedo creer que haya ocurrido.

—Suéltalo ya, me estoy empezando a poner nervioso.

—El Domingo por la noche, hubo un grave incendio—respiró profundo, muy profundo, pero seguía sintiendo esa sensación de asfixia—En casa de mi prima.

—¿Cómo? No estás hablando en serio, no puedes estar hablando en serio ¿Qué pasó? ¿Cómo fue? ¿Dónde están ellas?—empezó a pasarse las manos por su cabeza, estaba totalmente desquiciado.

—Aún no se sabe cómo fue, el detective Condetti y sus hombres están investigando. Pero eso no es lo peor, aún hay más—le dio una larga calada a su cigarro—Angelita está…muerta.

—No, eso no puede ser verdad, no puede estar muerta es demasiado cruel—cayó en la cuenta de que no mencionó para nada a su nieta— ¿Y Clara lo sabe?

—No tenemos ni idea porque ella está desaparecida. Nadie la ha visto, en la casa no hay ni rastro de ella. La parte positiva si es que la hay es que creemos que ella sigue viva, en algún lugar, pero viva.

—¿Cabe la posibilidad de que ella aún no hubiera llegado a casa cuando pasó eso?—su voz era un susurro lleno de temor.

—No, ella llegó hacia el mediodía—Esther pudo hablar después de estar un rato en silencio—Yo estaba en su casa cuando ella llegó. Estuvimos hablando mucho tiempo, dijo que se acostaría temprano que estaba cansada. Ella no sale a ninguna parte y menos de noche, esto me preocupa porque si ella estuviera…muerta, la habrían encontrado junto a su abuela, y la única certeza de que estaba allí es que su cama estaba deshecha, quizá salió a tiempo de casa para no quemarse. La policía la está buscando, no puede estar muy lejos.

—Soy un idiota, esto es culpa mía. Debí regresar el Domingo. Igual yo las podría haber ayudado o quizá no hubiera pasado. No puedo creer lo que me estáis diciendo, es como un mal sueño.

—Mi prima va a aparecer, sólo está perdida, ella va a volver, te lo aseguro.

—Tengo que ir a buscarla, la tengo que encontrar, no me puede estar pasando esto otra vez, otra vez no.

—Será mejor que vayas al detective, él es quién lleva el caso del incendio y de la búsqueda de mi prima.

—Iré a verlo ahora mismo, perdonad que no sea demasiado hospitalario, podéis quedaros aquí un rato más—no dijo nada más salió como alma que lleva el diablo.

—Explícame una cosa, entiendo que sintiera afecto por Angelita y mi prima. Pero ¿Por qué le importa tanto que ella esté desaparecida? ¿Y esa desesperación por encontrarla? Yo pensaba que no se soportaban.

—¿Te suena el refrán «Del odio al amor hay sólo un paso»? Pues se podría decir que ellos han dado ese paso, Clara me contó que él le dijo lo que sentía por ella. No le gustó mucho y por eso volvió sola. No lo reconoce pero siente exactamente lo mismo por él, es una necia y además tiene miedo, esa fue la última conversación que tuve con ella… Espero que haya muchas más, tiene que dar señales de vida.

—No tenía ni idea de todo esto pero si es verdad lo que dices, mi prima tiene que aparecer ahora que su abuela a muerto, necesitará mucho apoyo aunque con lo testaruda que es, nos va a costar Dios y ayuda—besó a su chica la pobre muchacha estaba llorando como una magdalena—Ey, no te preocupes esto se va arreglar, te lo prometo.

—Será mejor que nos vayamos, aquí no hacemos nada—dicho esto la pareja abandonó la casa.

Dani llegó a toda velocidad hasta el cuartel de la policía, por el camino se le ocurrieron ciento de miles de cosas que le pudiera dar una pista sobre donde podía estar Clara, pero las descartó todas, hasta que encontró el despacho del detective.

—A usted lo estaba buscando ¿Me puede decir que ha pasado en la casa de la familia Gallardo? Tengo entendido que está usted al mando de la investigación.

—Me temo doctor que no puedo darle esa información— el detective se encendió un cigarrillo con toda la parsimonia del mundo—¿Dónde estaba usted la noche del incendio?

—Estaba en mi casa de la ciudad, pueden corroborarlo mi hermana y sus hijos, incluso la misma Clara se marchó de allí aquella misma mañana. Si lo que está pensando es si yo sé dónde está o si está conmigo he de decirle que está perdiendo su tiempo, yo no sé nada.

—Yo no he dicho que lo sepa, eso lo ha dicho usted, sólo era una pregunta, tengo que atar cabos, tenemos que llegar al fondo de todo este asunto y que la chica aparezca.

—Necesito saber que pasó, quiero ayudar, pregúnteme lo que quiera pero por favor, quiero saber todo lo que han averiguado.




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