Perfectos Criminales

Capítulo 1

14 de Septiembre del 2018

La bulla proveniente del exterior hizo que Danny despertara de su cálido sueño de media mañana. El sol brillaba con intensidad y, sintiendo la calidez en su piel, se acercó a la ventana de su casa a medio construir. Desde allí, pudo divisar de donde provenía el ruido molesto.

En la calle de tierra, estaban unos cuantos hombres reunidos observando a dos niños pelearse mientras ellos lo alentaban. Los dos niños de aproximadamente doce años, intercambiaban golpes en medio de risas y aplausos.

Danny curioso y a la vez indignado observó la escena. Los niños demostraban una sorprendente técnica de combate, ninguno parecía ganar ni perder, estaban a la par.

El niño que vestía camiseta camiseta azul, logró conectar un derechazo a su rival sin camiseta, logrando derribarlo al piso. El niño de camiseta no cesó sus golpes, se arrodilló sobre él y con ojos llenos de ira, continuó el ataque.

Uno de los hombres detuvo la brutal golpiza.

— Ganamos, Loco— dijo uno de los hombres tirando de la camisa al niño, para que cesara el ataque.

Entre risas y ovaciones celebraron el triunfo del niño de la camiseta azul; mientras el resto de los hombres miraban con desilusión al niño que yacía en el piso inmóvil y cubierto de sangre.

— ¿Apuestas?, malditos Tigres siempre se aprovechan— dijo Kelvin desde atrás.

— Kelvin, loco — Danny giro sobre sus talones para saludarlo, chocando las palmas para luego finalizar con un toque entre puños, esa era la forma atípica de saludar a cualquier hora del día.

Danny notó que Kelvin traía entre sus manos un cuchillo pequeño recién afilado. —¡ Ja!, me ibas apuñalar por la espalda — bufó Danny observando el arma blanca.

— Lo tenía en mente — soltó una carcajada Kelvin — lo afilé porque hoy será nuestra compañera.

« ¿hoy? »

Danny se cuestionó internamente y un recuerdo vago llegó hasta su mente. Hace dos semanas que Lucas el líder de su ex pandilla, de la cual había sido parte, le encomendó llevar a cabo una misión importante.

Danny quien dudaba en ser parte de esa misión debido a que, él había dejado el mundo delincuencial atrás, para vivir una vida más tranquila alejado del peligro constante. Sin embargo no podía negarse a involucrarse en actos delictivos, si Lucas se lo pedía, debido a que guardaba una conexión especial con él.

Lucas era el hombre que lo había rescatado de la basura cuando era apenas un bebé, desde entonces lo crió como si fuera su hijo, le brindó protección, comida, educación y cuando cumplió Danny los 21 años lo había dejado elegir entre continuar como narcotraficante o vivir una vida normal, sin antecedentes criminales.

Danny aunque era bueno con las armas, de hecho era uno de los mejores, optó por dejar de lado y dedicarse a otra cosa.

— no estoy seguro de hacerlo — dijo con nerviosismo Danny. Observando a su compañero pasar su dedo índice por la fina hoja de metal.

La misión era sumamente peligrosa y corría el riesgo de ser atrapados por la policía, ya que involucraba la fiscal general Paula Cordova, una mujer que no era lo que aparentaba ser y guardaba un oscuro secreto.

— Hermano — Kelvin miró a Danny con seriedad — no puedes fallarnos, debemos detener a la banda de los Tigres, además no iremos solos, vendrán con nosotros Riss y Lucas.

«Riss y Lucas están en Sinaí»

Dany miró una vez la calle una vez más y ya no se encontraba nadie y exclamó — el peligro siempre llama a mi puerta, iré con ustedes —. Aunque el miedo y la incertidumbre dentro de Danny crecían, el deseaba llevar una vida tranquila alejado de la violencia y el caos.

El sol ya posaba muy cerca de las montañas dejando ver un lindo destello, que iluminaba las fachadas de las casas y las calles de tierra de Sinaí, era la hora de emprender la misión. Danny se vistió de Jeans anchos, botas y una chompa negra abrigada, hizo varias posturas para verificar que la ropa era cómoda para volver a delinquir.

Se miró al espejo y soltó una risita, admirando la ropa que hacía tiempos no había utilizado. Reflexionó un momento ante su reflejo y tomó determinación para la misión. Tomó su pistola que guardaba en el armario, escondido entre su ropa, sujetó el arma entre sus manos y exclamó — Creí que no volvería usarte, pequeña compañera — . Recordando las veces había utilizado para herir a sus enemigos, la colocó en su cintura sintiendo el ligero peso. Burló mentalmente mientras colocaba la chompa sobre la camiseta, cubriendo el arma.

Bajó corriendo con dirección al pedazo de terreno donde los niños de Sinaí solían ir a jugar fútbol. Ese era el punto de encuentro y Kelvin se lo había dicho horas antes.

Danny giró la esquina de prisa, sentía que se le había hecho tarde y a Lucas no le gustaba la impuntualidad y menos en ocasiones como esa. A lo lejos vio a su compañero solo, parado a lado de una motocicleta.

— Danny, hermano — Riss se alegró al ver a su viejo amigo.

Danny lucía exactamente igual que hace un año atrás, cabello negro como la noche, ojos grises, piel Blanca y su figura se mantenía atlética.

— ¡Riss! — Danny hizo el atípico saludo de manos.

— y los demás ¿Dónde están? — preguntó Danny, viendo que Riss estaba solo en aquel lugar.

— Están en el auto con Kelvin — dijo Riss señalando el auto negro sin placas, que estaba al otro extremo de la calle.

Lucas al ver llegar a Danny descendió del auto junto con Kelvin.

— Señoritas — Bromeo Lucas al saludar y de inmediato procedió a dar órdenes.

— Kelvin y Riss trabajará juntos, usarán el auto; Riss conducidas y Kelvin ya sabes que hacer.

— Danny tu vienes conmigo— Lucas le entregó la llave de la motocicleta y un pasamontañas para que se colocara, en cuanto empezaran el ataque. Sin perder el tiempo Danny encendió, la moto y emprendieron el viaje.




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