El viaje había sido tenso, pero sin incidentes graves tras su fuga de los policías. Finalmente, el equipo llegó a la base costera horas después de que el sol se ocultara. La oscuridad rodeaba la mansión de Puerto Victoria, que estaba silenciosa como siempre a esa hora. Los tres hombres se bajaron del auto y al pie de la escalera que llevaba a la entrada principal, los esperaba Janely. Su rostro, normalmente impasible, se iluminó al ver llegar a Lucas.
Riss y Kelvin la saludaron con su atípico choque de manos, estaban felices de volver a ver a Janey, pero Lucas pasó de largo directo a la sala.
— Janey, muestra la habitación en donde se quedaran— dijo Lucas, sentándose en el sofá. La mujer hizo una mueca y llevo a los jóvenes a su respetiva habitación.
— Vaya, Vaya, Lucio Casares — la voz de Janely se aproximo a la sala, donde Lucas observaba los reportajes sobre el operativo en Puerto López.
Lucas, absorto en las noticias sobre lo incautado en la propiedad y no reacciono ante la presencia de Janely.
«¿me está ignorando o realmente no me escucho?»
Sin mas opción, se sentó a su lado, en busca un poco de atención. Para romper el incomodo silencio, la mujer se aclaró la garganta y preguntó— Como es que dieron con la ubicación si era secreta?
Lucas guardó silencio unos momento, analizando la situación antes de responder.
— No lo se Janely. Debe haber infiltrados. Tú misma lo has dicho, la ubicación era secreta.
— Como se atreven, hijos de su puta madre — exclamó Janely enfurecida —. ¡JA!, deben ser la gente de Paula. Incapaz de contener su ira, sacó el arma que cargaba en su cintura y dio dos disparó contra un florero que adornaba la habitación. El estruendo resonó por toda la vivienda, haciendo que los hombres que dormían en el piso superior bajaron de inmediato.
— ¿Qué sucedió, Lucas? — preguntó Kelvin, el primero en llegar a la sala, seguido de cuatro hombres más.
— No es nada, regresen a....
— ¡NO! — Janely interrumpió sosteniendo su pistola y exclamó con voz firme — ¡Traigan sus culos aquí, ahora mismo!
Los hombres que todavía se encontraban en las escaleras, apresuraron el paso hasta quedar parados frente a ella.
— Me acabo de enterar que alguien traicionó a mi hermano — dijo Janely caminado en círculos al rededor de los hombres — Escúchenme bien, si alguno de ustedes hace lo mismo aquí, yo mismo lo torturare hasta que rueguen por sus vidas...
Mientras Janely advertía a sus hombres la consecuencia de traición , la mente de Lucas recordaba las palabras de Gabriel Vega
" La traición duele más que un disparo directo al corazón "
" El dolor del disparo al corazón se sentirá, y quien haya apretado el gatillo, verá su alma condenada"
" La condena por traición será tortura y sufrimiento; sus huesos serán desgarrados"
— ¡¿Entendido?! — La voz enérgica de Janely sacó a Lucas de sus pensamientos.
— Entendido — respondieron los hombres al unísono, incluyendo Lucas.
Puerto Victoria era muy diferente a Puerto López. Se encontraba ubicada lejos de la población, escondida entre los mangles, la propiedad era enorme, con su propia autopista de aterrizaje, aunque no tenía puertos para enviar la droga en barcos. En la mansión había áreas de entrenamiento, bodegas para almacenar LCD, armamentos, también contaba con bodegas para almacenar víveres y amplios sótanos para resistir cualquier ataque.
Tras el juramento, los hombres se retiraron a sus habitaciones, dejando a solas a Lucas y Janely. después de una breve conversación sobre y viaje y sus compañeros, Janely se dispuso a ir a descansar.
— Janely —la llamó Lucas antes de que abandonara la sala, Lucas capto su atención—, necesito que me prestes un helicóptero.
— ¿Y eso? — la mujer, arqueó una de sus cejas.
— Necesito interceptar a los Colombianos con LCD. Ellos están en camino a Puerto López, porque allí iban descargar...
— Lucio Casares, no puedo creer que me subestimes de esa forma — Janely indignada camino hasta quedar muy cerca Lucas —. Sabes, apenas Joel me informó del operativo, me puse en contacto con los colombianos para que vengan aquí, y también me comuniqué con los Peruanos para que vengan aire y no por agua.
Lucas se quedó sin palabras, impresionado por la previsión de Janely
— ¡wow!, Eres magnífica Janely. ¿Cómo lograste coordinar todo eso?
— Para eso hay teléfonos celulares querido — Janely divertida saco su Iphone, lo sujetando entre sus dedos y balanceándolo frente a él.
— Janely, deberías conseguir uno de esos para nosotros — Lucas apartó el cuerpo de Janely, quien había acortado peligrosamente la distancia entre ambos.
Molesta, Janely gruñó internamente y se dio media vuelta para dirigirse a su habitación.
Lucas permaneció un rato más viendo la TV antes de ir a su habitación. Al entrar, notó una caja envuelta en un papel de regalo de ositos sobre la cama. Al abrirla, encontró cuatro teléfonos celulares y una nota al fondo de la caja.
"+593000000001 JV"
Lucas hombre tomó la nota entre sus dedos, y su mente viajó al pasado.
— ¡Te volví a ganar ! — una joven Janely de 18 años, giraba eufórica tras hacer una puntuación perfecta en tiro.
— Es que a ti nadie te puede ganar, Cariño — Lucas felicitaba a la mujer, mientras la cargaba entre sus brazos, girando con ella.
— Te amo Lucas — murmuró Janely en al oído del hombre, sintiéndose segura en sus brazos.
— Y yo a ti, preciosa — Lucas plasmo un beso apasionado.
Lucas murmuro "Janely Vega" doblando la pequeña nota.
(***)
#379 en Thriller
#1293 en Otros
#232 en Acción
suspense, thriller accion, misterio suspenso policiaco y terror
Editado: 27.11.2024