En el comedor, el eco de la lucha interna de Gabriel aún resonaba en las paredes, mientras la desesperación de Janely flotaba en el aire. Lucas soltó un largo suspiro, dejando escapar el aire que había estado reteniendo. Agradeciendo en silencio, a la mujer que acababa de salvarle la vida, su mirada no podía ocultar la gratitud que sentía.
Mientras tanto, Joel, parado en un rincón, estaba furioso. La ira burbujeaba dentro de él, internamente, maldecía a Janely por haber intervenido en el momento más crucial. Su expresión cargada de ira, delataba que todo había sido parte de un plan meditado.
— ¡Eres un maldito hijo de perra! — gritó Kelvin mientras corría hacia Joel con sed de venganza.
Joel se rio ampliamente viendo al joven acercarse. Se paró derecho sacando pecho, pero Kelvin no se dejo intimidar lo ataco con puñetazos directos a sus heridas, derribándolo en pocos impactos.
— ¿Quién te crees para golpearlo, desgraciado?— exclamaron los gemelos mientras atacaban a Kelvin por la espaldas, apartándolo de Joel.
Riss , sin dudarlo se unió al enfrentamiento.
— ¡Son unos traidores, copias baratas! — grito Riss, tirando del cuerpo de uno de los gemelos. Iniciando un enfrentamiento cuerpo a cuerpo entre los jóvenes, que cada uno defendían el honor de su líder.
— ¡Pelea, pelea, pelea! — gritaron algunos de los hombres, el bullicio y los murmullos llenando el aire mientras apartaban a Lucas, quien intentaba, inútilmente, detener la pelea. La emoción se palpaba en cada rincón del comedor.
Joel, desde el suelo, observaba el enfrentamiento con una sonrisa torcida. A pesar del dolor, su mirada estaba llena de una oscura satisfacción, era el espectáculo que siempre había deseado.
En medio de golpes y jadeos dos disparado resonaron por toda mansión y un silencio atónito embargo el comedor.
— Hijos de perra, detengan la pelea — bromeó Lucas desde el fondo. Fuera de las barreras que habían formado los hombres para que nadie intervenga en el enfrentamiento.
— No tienes la autoridad para decidir que hacer — replicó Joel con una sonrisa burlona, desenado que la pelea continuara.
La atención de los hombres de inmediato se centró entre los dos antiguos jefes. Mientras tanto en el otro extremo, los gemelos estaban cubiertos de líquido rojo, Riss tenía la nariz rota, y Kelvin aunque sin fracturas, lucia varios cortes en su rostro. La entre es para había sido brutal.
— Yo no, pero Kelvin la tiene — dijo Lucas, viendo a su protegido reincorporarse.
— Ja! ese pobre bastardo que un día encontraste en la calle — se burló Joel, observando a kelvin tambalearse mientras se ponía de pie.
— De calle pero mira como dejé a tus copias baratas — Kelvin soltó una risilla —Yo tengo autoridad hijo de perra.
Ante las provocaciones de Joel, Lucas apretó los puños y quiso correr a golpearlo pero una voz lo detuvo, sorprendiendo a todos lo presentes que miraban expectantes el cruce de palabras.
— ¡No! — Kelvin detuvo en seco los pasos de Lucas — Es hora que te demuestre a ti y ellos —dijo, señalando a los hombres que lo miraban expectantes por saber como terminaría aquel enfrentamiento.
Joel permanecía en el centro del comedor, con el pecho inflado y sus ojos oscuros fijos en Kelvin. — Que vas demostrar bastardo...ah Dime...
Kelvin, llegó hasta Joel con los puños apretados y el pecho agitado. Lanzo un puñete que apenas logró impactar el cuerpo de su oponente.
—¿Eso es todo lo que tienes, mocoso?— soltó Joel, dejando escapar una risa áspera mientras daba un paso al frente. —¿Crees que unos golpes baratos te hacen alguien importante? Tú siempre serás un perro callejero al que Lucas recogió por lástima.
Kelvin respiró profundamente, escuchando las palabras de Joel que le recordaban su trágico pasado. Respiro hondo ignorando las palabras del moreno. Mantuvo la calma
—¡Que esperas niño! — dijo Joel con una voz venenosa . Extendió los brazos, abriendo el pecho invitándolo a golpear . —¡Vamos, golpéame! Demuéstrales a todos lo patético que eres. No eres más que un juguete que Lucas usa para sentirse poderoso.
Las palabras de Joel golpearon con más fuerza que cualquier puño. Kelvin sintió cómo su visión se nublaba, su respiración se aceleraba, y sus manos comenzaron a temblar.
—¿Qué pasa, Kelvin? ¿Te tiemblan las piernas?— Joel dio un paso más y se inclinó ligeramente hacia él, susurrando con crueldad. —Tal vez deberías correr a los brazos de Lucas. Eso es lo único que sabes hacer.
El silencio en el comedor era absoluto. Los hombres observaban en tensión, sus ojos moviéndose entre Joel y Kelvin, esperando el momento en que la rabia del joven explotara. Incluso Lucas parecía contener el aliento, preocupado por lo que podría pasar.
Kelvin intentó controlarse, pero Joel, viendo que estaba cerca de quebrarlo, dio el golpe final.
—¿Recuerdas a Danny?— dijo Joel, bajando la voz. —Ese pobre idiota también creyó que podía enfrentarse a mí. ¿Y sabes qué? Ahora está en coma, viviendo gracias a máquinas. ¿Quieres unirte a él, bastardo callejero?
Kelvin soltó un gruñido bajo, sus palabras alimentaron su ira. Su fuerza regreso a sus venas.
—¡Dilo otra vez imbécil !— rugió, apretando los dientes.
Joel levantó las manos, burlándose.
—¿Danny, perro callejero?— repitió con una sonrisa retorcida. —¿Qué harás al respecto, eh? Porque yo no veo al gran Kelvin. Solo veo a un niño llorón que no puede proteger.
Fue suficiente. Kelvin perdió el control. Con un grito de furia, se lanzó hacia Joel, quien lo esperaba con los brazos abiertos y una sonrisa triunfante. Joel lo recibió con un rodillazo directo al estómago, lo que hizo que Kelvin se tambaleara.
Pero la rabia de Kelvin era un fuego inextinguible. Se recuperó casi al instante y, antes de que Joel pudiera reaccionar, le propinó un cabezazo en el pecho que lo envió al suelo. Joel intentó levantarse, pero Kelvin ya estaba sobre él, golpeando su rostro con una ferocidad que sorprendió incluso a los presentes.
#379 en Thriller
#1293 en Otros
#232 en Acción
suspense, thriller accion, misterio suspenso policiaco y terror
Editado: 27.11.2024