Capítulo 16

Habían pasado tres días desde que Joel había quedado en coma debido a la pelea. Los hermanos Vega, continuaban con sus negocios. La construcción del aeropuerto clandestino estaba casi terminada, y Lucas se encontraba entrenando a sus protegidos, enfocado en asegurarse de que estuvieran listos para lo que estaba por venir

— ¡Vamos, Riss! ¡Párate, párate! — gritó Kelvin, inclinándose levemente, con los puños listos, mientras esperaba que su rival se pusiera de pie.

Riss aún permanecía sobre sus rodillas, recuperándose del golpe que había recibido en el vientre, un impacto que lo había dejado sin aliento.

— ¡Párate! — exigió Lucas desde un costado, observando con atención cada movimiento.

Riss apretó los dientes con fuerza y tambaleándose, logró ponerse de pie. Kelvin dejó escapar una risa burlona ver a su oponente alzarse únicamente porque su entrenador se lo había pedido. Estaba seguro de que ganaría el combate.

Con determinación, Kelvin cerro los puños y se preparó para impactar un golpe directo a la cabeza de Riss, buscando noquearlo de una vez. Sin embargo Riss esquivó el ataque con rapidez, aprovechando el momento para contraatacar. Su pierna impacto de lleno en la espalda de Kelvin, haciéndolo perder el equilibrio. Sin darle tiempo a reaccionar, Riss conectó dos golpes certeros en su cabeza, derribándolo al suelo.

Con la respiración agitada, Riss observó a Kelvin inmóvil en suelo y comprendió que lo había noqueado. Levantó la mirada hacia Lucas, quien comenzó a aplaudir lentamente.

— Bien hecho, Riss — Lucas se acercó hasta el joven, tirándole una toalla y dándole un golpe amistoso en la espalda — Recuerda: Nunca rendirte. No importa cuánta ventaja lleve tu oponente, siempre puedes dar una remontada.

Kelvin, aún aturdido, levantó lentamente la cabeza mientras Lucas se inclinaba para ayudarlo a ponerse de pie

— Fue suerte Riss — murmuró Kelvin humillado y visiblemente molesto. No quería aceptar su derrota.

— NO, Kelvin. No fue suerte...

— ¿Entones qué?—lo interrumpió Kelvin con ironía apartándose de Lucas. — Riss es un excelente conductor, pero ¿peleador? Por favor...

Lucas lo miró con seriedad molesto por su arrogancia. Kelvin siempre había sido temperamental e impulsivo, y esta actitud no era la excepción.

— Escucha Kelvin— Lucas puso su mirada fija en el joven — Nunca subestimes a tu oponente. No sabes las sorpresas que te pueden dar. No te sientas vencedor sin antes, haber acabado con tu rival.

Kelvin asintió con desgano antes de marcharse a las duchas mientras Lucas observaba su comportamiento con preocupación. Ese tipo de actitudes eran peligrosos para un equipo.

— ¿Algún problema? — dijo Danny llegando hasta el campo de entrenamiento.

— No. Ningúno — respondió Lucas aunque sus gestos lo contradecían.

— Es Kelvin, ¿verdad? — insistió Danny acercándose.

Lucas suspiró profundo antes de hablar.

— Kevin es muy impulsivo y... no estoy seguro de dejarlo a cargo de la nueva base...

Danny frunció el ceño y comprendió las dudas de su líder.

— ¿Entonces por que no me pides que lo haga yo? — Danny robó las palabras del líder.

Lucas guardo silencio, temeroso de pedirle que asumiera un rol que lo devolvería al mundo del narcotráfico, algo que Danny había intentado dejar atrás. Por su parte Danny, dudaba en dejar a sus amigos. Aunque añoraba la vida común también extrañaba tenerlos cerca.

— No me iré a Sinaí ahora —dijo Danny rompiendo el silencio con su voz ronca.

— ¿Que? ¿Por qué no? — preguntó Lucas arqueando una ceja — Puedes irte. Nadie te reprochará. Siempre has deseado vivir una vida alejado del peligro, formar una familia y que tus hijos puedan caminar libres por las calles sin ser el blanco de algún mafioso.

Danny negó con la cabeza

— Lo haré. Me iré. Pero no ahora que estás en peligro. No te abandonaré, como tu no me abandonaste aquel día que me encontraste.

Lucas sonrió y le dio un fuerte abrazó.

— Gracias, Danny.

— Además tengo algo que resolver... — susurro Danny al oído de Lucas —. El origen de Cielo

— ¿Quién es Cielo? — preguntó Lucas, frunciendo el ceño.

— Ella es la razón del porque Joel casi me mata— dijo Dany apartándose de su líder.

— Te refieres a hija de Paula — replicó Lucas llevando una de sus manos a su barbilla, recordando el embarazo de Paula.

— Si, su nombre es Cielo — respondió Danny, poniéndose en posición de combate, retando a Lucas a un enfrentamiento.

— ¿De verdad crees estar listo? — Lucas lo miró con una sonrisa.

Danny asintió con la cabeza y ambos empezaron una pelea de entrenamiento cuerpo a cuerpo.

Desde la ventana los observaba Janely quien no apartaba la mirada del campo de entrenamiento. Desde su posición junto a la ventana, analizaba cada golpe y cada esquiva con atención. Su concentración fue interrumpida por la voz de su hermano.

—¿Qué estás mirando, Jany? —preguntó Gabriel, acercándose.

—Eso —respondió Janely, señalando con la barbilla al grupo que entrenaba.

Gabriel siguió su mirada y se detuvo en Kelvin, quien parecía recuperar energías tras su combate con Riss.

—Ese chico de corte militar es bueno —comentó Gabriel, impresionado por la técnica de Kelvin al golpear a un nuevo contrincante.

—Los tres lo son. Por eso los puse al mando de la nueva base —respondió Janely sin apartar los ojos del campo.

Gabriel alzó las cejas con interés, y sus mirada se centraron el entrenamiento, analizando los movimientos de los hombres que peleaban bajo la supervisión de Lucas. Gabriel estaba maravillado con Kelvin; ya le había demostrado que tenía carácter para liderar y estaba seguro de que manejaría el negocio con eficacia.

—¿Danny también? —preguntó Gabriel, curioso.

—Sí. Kelvin y Riss son excelentes en combate, pero no tienen la capacidad de liderazgo que tiene Danny —explicó Janely, girándose para recargarse en el filo de la ventana—. Desde que llegó a Puerto López, Danny ha demostrado mantener la calma incluso en las situaciones más tensas. Además, a pesar de haber cometido errores, siempre regresa para enfrentarse a las consecuencias. Esa lealtad es lo que necesitamos para liderar el imperio Vega.