Danny sintió un escalofrío antes de darse cuenta de que ella estaba ahí. El había pensado que nunca mas la volvería a ver.
Cielo lo observaba desde la barra, inmóvil, con los ojos grises brillando de una forma que Danny no podía interpretar. Su garganta se cerró, y por un instante deseó que el suelo lo tragara.
—Cielo... yo... —murmullo asombrado.
Ella avanzó hacia él, sus pasos resonaban mientras se acercaba sus latidos aceleraban. Había algo en su mirada que lo desarmaba por completo: no era furia, pero tampoco calma.
—Danny... —dijo finalmente, parándose a menos de un metro de distancia —. No sé qué hago aquí.
Kelvin y Riss se tensaron al instante. Intercambiaron miradas rápidas, sus cuerpos ya listos para moverse si la situación lo requería. Pero ella no apartó la vista de Danny, ni siquiera cuando los dos hombres se levantaron lentamente de sus asientos.
Danny quiso retroceder, pero estaba atrapado. Sus manos temblaban visiblemente mientras Cielo observaba a Riss y Kelvin apartarse lentamente.
Cielo soltó una suave risita al ver a Danny que apenas podía respirar. Su rostro estaba rojo, y las palabras que intentaba pronunciar se desmoronaban en su garganta.
—Te estaba buscando, Danny. —dijo Cielo con voz firme, pero sin ningún rastro de amenaza.
—¿Buscándome? —respondieron los tres al unísono, pero ninguno de ellos parecía seguro de lo que estaba sucediendo.
—¿A... mí? —balbuceó Danny, abriendo los ojos de par en par.
Kelvin entrecerró los ojos y dio un paso adelante y miro a Cielo con cierta curiosidad.
—¿Estás bien, mocosa? —preguntó, colocándose junto de Danny pero con su mirada fija en ella.
Cielo desvió la mirada hacia él, pero no había miedo en sus ojos, solo determinación.
—Cielo. Mi nombre es Cielo —corrigió con una calma —. Y sí, lo estaba buscando. Ya lo encontre—.dijo tomando asiento frente a Danny, ignorando por completo a los demás. Kelvin y Riss retrocedieron, aunque no dejaron de observarla con desconfianza.
Danny tragó saliva, su cuerpo se mantenía rígido. Sentía que cada mirada de Cielo perforaba su alma.
—Quiero hablar contigo a solas —anunció ella, sin alzar la voz, pero dejando claro que no aceptaría un no por respuesta.
—¿De qué tienes que hablar con el ?— inquirió Kelvin, cruzando miradas entre los dos.
—Eso no te importa — respondió Cielo cruzándose de brazos.
—Claro que nos importa— Kelvin agacho la cabeza para ponerse a su altura—Danny casi muere por tu berrinche y ahora apareces así de la nada ¿Acaso estas con la policía?— la interrogó.
— Claro que no — Cielo negó dándose cuenta que su asombro era porque creían que ella los había denunciado — Solo quiero Hablar con Danny a solas — recalcó observando a Danny un poco mas relajado.
— Por favor Kelvin, déjanos solos — Danny habló tomándolo del brazo.
Kelvin le lanzo una última mirada a Cielo antes de retroceder. Los otros tres dudaron por un momento, pero finalmente se retiraron hacia la barra, aunque no la perdieron de vista ni por un segundo.
—¿Qué demonios hace aquí esa chica? ¿Cómo nos encontró?— Riss lanzó un pregunta al aire, sin esperar respuesta.
— No lo se — dijo Kelvin bebiendo un sorbo de chocolate, sin apartar la vista de Danny y Cielo.
—Oye Siena ¿Ella estaba contigo? ¿Desde cuando? — preguntó a Siena quien salió de la cocina con su taza de chocolate y panecillos recién horneados.
—Si — respondió repartiendo los panecillos — Con la ayuda de Cielo abrí esta cafetería. Hace mas de un mes apareció de repente y me dijo que buscaba a Danny y..
Siena, le contó se habían empezado a vivir juntas. Aunque sabía mucho más de lo que dejaba entrever, guardo silencio eso no le correspondía a ella revelar.
En la mesa, Danny apenas podía levantar la vista. Cielo se inclinó un poco hacia él, lo justo para que sus palabras llegaran nítidas y directas. Después de un par de minutos conversando, bajo la atenta mirada de sus amigos, Cielo se levantó de la mesa dejando a Danny pensativo.
Cielo llego hasta la barra y sin decir nada Kelvin y Riss quienes estaban disfrutando del desayuno, tomo a Siena por el brazo y la llevó hasta la cocina. Los dos cruzaron miradas y de inmediato se acercaron hasta Danny.
— ¿Qué te dijo? ¿Qué quiere? ¿Por qué esta aquí? — los jóvenes se sentaron a su lado.
— No nada de eso — Danny frenó las preguntas de sus amigos — Ella esta aquí por un dato que se me escapó aquel día.— Danny llevó sus manos a la cabeza apretando los mechones de cabello.
— Hey.. Tranquilo estamos aquí — Riss meneó la mano en su frente para que dejara de apretar sus mechones.
— Ella es la personificación de los problemas — balbuceo Danny esperando que sus amigos no lo escucharan.
— ¿Problemas?— preguntó Kelvin poniendo sus codos sobre la mesa.—¿Estamos en problemas?
— No — Danny negó — Debemos llevarla a base. Cielo oficialmente sigue desaparecida.
— ¿Eso no será peligroso? — replicó Riss ante la idea de su compañero.
Iba responder pero, el teléfono celular de Danny vibró, haciendo sobresaltar a los tres que discutían sobre qué hacer con Cielo. Danny, nervioso, contestó. Al otro lado de la línea estaba Janely, quien quería saber cómo les había ido en la negociación. Danny le informó que la droga habían sido enviadas con éxito, a pesar de las lluvias que esa noche habían azotado Puerto López. También le informó que habían encontrado a Cielo.
— Tráela a la base — La respuesta de Janely fue inmediata.
— Esta bien — Danny obedeció, dando por finalizada la llamada. Se quedo un por de segundos procesando las pablas de Janely hasta que anunció — Debemos llevar a Cielo con nosotros — antes que sus amigos protestaran añadió — Son órdenes de Janely.
Kelvin y Riss no estaban muy de acuerdo pero obedecieron. Fueron al camión para revisarlo antes de ponerlo en marcha mientras Danny entró a la cocina para hablar con Cielo.
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Editado: 09.12.2024