Perfectos Extraños

Capítulo 1

+

Empecemos por la parte en que nada es lo que parece.
 

América Baker
No significa que esté perdido
 

Vivo con el constante "¿qué pasaría si...? Cuestionándome lo poco que me importa lo que diga y opine el resto de la gente sobre mis  acciones.

Por lo que cuándo Annie me tomó del brazo bruscamente para alejarme del mastodonte que tenía a escasos centímetros de mi rostro con una mueca de disgusto, no me importó que mi querida amiga sufriera las consecuencias de uno de mis ataques histéricos.

— ¿Acaso eres imbecil?—escupí volviendo para encararlo— Si crees que puedes intimidarme con esos músculos déjame decirte que solo eres uno de entre cien sin cerebros a los que les he pateado el culo.

El tipo media casi dos metros, me llevaba una cabeza y algo más de alto. Su cara de pocos amigos con una expresión de estar a punto de explotar solo me ocasionó una carcajada, era inevitable.

— Estás tentando a tú suerte niña, agradece que no golpeo a una mujer desde hace mucho tiempo.– sonrió mostrando sus amarillos y casi verdosos dientes mientras tocaba mi frente con su asqueroso dedo índice.

Lo miré desafiante. Y farfullé.

– Estás tentando tú, tú suerte ogro, llevo días sin romperle la cara a un idiota como tú. 

Eso fue suficiente, el tipo se me acercó demasiado a punto de empujarme.  Annie que estaba temblando de los nervios y a punto de llorar me jaloneo antes de que la bestia de dos pies me tocara. Era un capulllo innegablemente. 

–¿Estás loca? ¡Déjalo ya!– lloriqueó.

— ¡Me tocó el culo! Le partiré la nariz.

– ¡Miranda! ¡loca del coño!– Farfulló interponiéndose entre los dos, mirándolo directamente a la cara– Lo mejor será calmarnos, ¿vale?– le dijo mientras me empujaba hacia atrás con su espalda– No vuelva a tocar a ninguna mujer sin su consentimiento, fue irrespetuoso y no está bien.

El tipo levantó las cejas.

– Ella pidió que le comiera el culo poniéndose  esa falda— masculló él como quién no hizo nada.

La sangre me hirvió, dejé de pensar.

Esquivé con una agilidad increíble a Annie y me le fui encima al capullo no sin antes propinarle un puñetazo en la nariz, sabia cómo defenderme. Papá no me había enviado a un internado militar de a gratis, le daría la paliza de su vida a este desagradable sujeto. Se tomó la nariz que comenzaba a sangrarle con ambas  manos mientras me veía con los ojos muy abiertos.

– ¡Estás loca!— gritó agarrandome por la cintura. Forcejee tratando de liberar mis brazos, mientras trataba de propinarle una patada en sus cascanueces.

– ¡Idiota!— le grité tratando de soltarme.

—¡Suéltala ya capullo!— le gritó Annie uniéndose a nuestro forcejeo, se montó por su espalda y empezó a golpear su cabeza— ¡Serás imbecil! 

Viéndonos bien éramos una maraña de cuerpos forcejeando, mi ira era tremenda. ¿Por qué algunos tíos creen que tienen el poder de decidir cómo he de vestirme? ¿O que si lo hago, es para provocarlos?

Annie pegó un grito ahogado cuando el tipo le propinó un golpe en el hombro con la mano que tenía libre, eso bastó para que terminara de explotar realmente. Antes de que se diera cuenta tome el brazo con el que me sujetaba y aunque me resultó asqueroso lo mordí con todas mis fuerzas. Él pegó un grito ahogado, rápidamente le di un golpe en seco en la nariz mientras me soltaba bruscamente, acción suficiente para que me diera de bruces contra el suelo.

¡Ja! Y auch.

– Ya verán zorras– escupió mientras limpiaba con el dorso la línea de sangre que salía de su orificio nasal.– Esto lo pagarán.

Levantó su pie para darme una patada en el estómago, respiré profundo y cerré los ojos esperándola. Pero nunca llegó. 

– ¿Qué crees qué haces capullo?– dijo una voz gruesa y masculina que no le pertenecía a ninguno de los tres presentes.

Abrí lo ojos y oh mierda.

– Yo... perdón Nick no quiero meterme en problemas contigo– dijo el cabron levantando las manos– no sabía que eran de tus chicas.

¿Qué?

– No lo son – aclaró el otro tipo mientras lo sujetaba del cuello de su camiseta con más fuerza– No te quiero ver merodeando por aquí Ashton, veo tú culo asqueroso otra vez en la arena y te haré comer mierda. 

El viejo asqueroso asintió varias veces nervioso.

– Largo.– rugió nuestro caballero de brillante armadura, que a decir verdad me hizo trastabillar, agradecía estar aún en el suelo sino hubiera pegado el culo nuevamente en el pavimento.

El tipo con el que tan solo segundos habíamos comenzado una guerra se encontraba huyendo de aquel callejón sin salida en el cual nos había arrinconado a entrar. 

O el tal Nick era un verdadero dolor en el culo o el tal Ashton era un total cobarde.

– ¿Estás bien?– Me preguntó el chico tendiéndome una mano. 

Y madre mía, tan solo hace unos segundos no lo había podido visualizar bien más que su hancha y marcada espalda. Estaba demás de bueno, cabello castaño, rasgos marcados, cejas pronunciadas y nariz perfilada.

¿Pero de dónde habrá salido semejante creación?

–Ujum– carraspeó la garganta al no recibir respuesta de mi parte ni tomar la mano que me había tendido para levantarme.

– Eh, gracias– dije tomándola mientras me ponía en pie.

Mire a Annie y estaba al igual que yo saliendole la baba por el Dios Griego que teníamos en frente. 

Entonces reparé en mi apariencia física y comencé arreglarme el cabello, acababa de darme hasta la madre con un tipo que me doblaba el tamaño por supuesto que me encontraba sudorosa y con el cabello hecho un lío.

– ¿Acostumbran estar en peleas callejeras con tipos salidos de la mafia?– se jactó cruzándose de brazos.

– ¿Qué? ¿Él tipo es mafioso?– pregunté con los ojos de par en par.  Si era así estaba en graves problemas, ¡joder! ¿Quién me mandaba meterme en tanto lío?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.