Pov: Raquel
Me desperté al notar como Anastasia se movía, no quería abrir los ojos y el cuerpo tampoco es que colaborase, me permití estar unos minutos más bajo las sabanas hasta que me vino todo a la mente; el tren, el pueblo, el hotel mal rolero, Cristian… Al abrir los ojos note como entraba algo de luz por la ventana, oí algunos pájaros y opte por levantarme, intente no hacer mucho ruido, pero tampoco es que tuviese mucho espacio para maniobrar, para vestirme me decidí por unos vaqueros largos y una blusa marrón, se notaba que hoy también haría fresco. Sali dirección al baño para lavarme la cara cuando salió alguien de la habitación colindante, Sofia. En ese momento recordé la conversación de anoche y me quedé quieta mirándola.
-Buenos días querida, ¿Conseguiste dormirte? - Me pregunto de forma bastante sincera
-S-si- tartamudee un poco- me tome una pastilla y se me paso el dolor rápido
-Que bien, la pomada te ha ayudado, ya casi no se nota- dijo esto señalando el espejo del baño para que me mirase. Y tenía razón, solo se veía una ligera hinchazón, pero nada comparado con ayer
-Menos mal, ya creía que tendría que agrandar las puertas para pasar
Sofia se rio de mi ocurrencia, algo más de la cuenta en verdad, tampoco era tan graciosa, le dije que pasase primero al baño si quería, con una amble gesto declino mi oferta diciendo que llevaba mucho despierta y que bajaba a desayunar, vi cómo se alejaba hacia las escaleras y me dije a mi misma que tenía que dejar los documentales de asesinos, esta señora no tenía ni un pelo de maldad, había sido enfermera, se supone que ayudaba a la gente.
Me lave la cara antes de echarme algo más de pomada para terminar de curarme. Al ver que mi cara y pelo estaban decentes volví a la habitación para ver si se habían despertado, pero fue en vano, seguían dormidas como bebes, no sé a qué hora subirían al final ayer, pero está claro que fue tarde. Cogí mi móvil y bajé al encuentro del olor al café.
Solo estábamos Sofia, la dueña, un par de hombres que no había visto antes y yo, no quería interrumpir ninguna conversación así que al entrar salude muy bajito y fui a la máquina de café, cogí unas tostadas y me senté, mire el móvil un rato y mande un mensaje a mi madre para que estuviese tranquila. Entre en el periódico online a ver si había alguna novedad, seguro que había alguna mención a nuestra desgracia, pero tras buscar varios minutos no vi nada, ni una mención a pie de página ni nada, me pareció raro, los accidentes ferroviarios suelen ser muy sonados, quizá como no se podía acceder no tenían mucha información.
-Disculpa, ¿Puedo? - Levante la vista sorprendida
-Si, claro- dije apartando un poco mi vaso y plato
-Es que Cris sigue durmiendo y no quería sentarme con la dueña, creo que me quiere meter al horno como a Hansel- No pude evitar reírme de ese símil
-Tranquilo, si te secuestra para cocinarte yo seré tu Gretel y te rescatare
-Menos mal- dijo recostándose en el asiento- al menos sé que tenemos un plan
Seguimos desayunando en silencio hasta que, bajo Cristian, se acercó a nuestra mesa con aires cansados, tenía el pelo bastante revuelto, era obvio que se acababa de levantar.
-Buenos días- dijo sonriendo en mi dirección- ¿Tu qué pasa? Lo de apagarme el despertador exactamente… ¿Por qué? - mientras le regañaba acompañado de varias collejas vi como bajaban Ema y Marina, cogieron unos cafés y se acercaron a la mesa.
-Muy buenos días- Marina me miro cómplice y divertida- ¿Había reunión y no avisáis o qué? - Ema no tardo en sentarse al lado de Manu y empezar a hablar muy animados de algún videojuego, los mire sorprendida y busque respuestas en Marina.
-Es lo que tiene irse a dormí pronto nena, no te enteras de los chismes- dijo sorbiendo el café
Cristian se inclinó hacia mí con los ojos tan abiertos como yo
-Si te sirve de consuelo, yo tampoco me he enterado de que pasa aquí- me sonrió amable, este chico era demasiado guapo o yo estaba demasiado embobada
-Ya no me siento tan sola entonces- No tenía muy claro que decir, me puse nerviosa y solté lo primero que se me ocurrió. Anastasia fue la última en bajar, llevaba unos pantalones de chándal elásticos y una camiseta básica.
- ¡NO! - Grito Ema según la vio- Ni de coña, conmigo no cuentes
-Ni sabes que voy a decir- se excusó Anastasia
-No hace falta tía- Proclamo Marina- con esa ropa y esa gran sonrisa en la cara solo puede significar una cosa- Cristian y Manu nos miraron a las cuatro expectantes de esta obra que estábamos montando
-Quieres que vayamos a explorar- dijimos las tres al unisonó mirando a Anastasia
- ¡VENGA! - Dijo emocionada- será divertido, las cuatro explorando los alrededores, quizá encontramos algo chulo- Lo que le gustaba a esta chica ir y venir a todos lados no era normal.
-Yo ya exploré suficiente ayer- proclamo Ema
-Yo…- titubeo Marina- debería hacer unas cosas
- ¿Qué cosas tienes que hacer en un sitio que no conoces? - le pregunte
-Debería seguir editando, aun me queda el video de ayer. - No dijo nada más y se fue sin dejarnos replicar, sabía que mentía, ayer no grabo nada con todo el jaleo que se montó. Anastasia y yo nos miramos extrañadas, nuestra teoría se confirmaba cada día más.
-Está claro que me toca a mí acompañar a la cabra montesa esta- abrace a Anastasia según lo decía, sabía que era de broma
-Luego tu cuerpo me lo agradecerá- Se sentía triunfal, eso estaba claro
- ¿Podría ir con vosotras? - Esto era un sueño- Me apetece ver que hay por aquí
- ¡CLARO! - me emocione demasiado, Ema se rio por lo bajo y Anastasia me miro avergonzada- En plan, que cuantos más mejor ¿No? - mire a Anastasia buscando una mano amiga
-Si si, obviamente.
Manu dijo que se acercaría a la plaza a cotillear tiendas, obviamente Ema se ofreció de guía para él. Sin más tiempo que perder salimos cada uno por su camino, quedamos en ir a comer juntos al bar del pueblo sobre las dos y media, mandamos un mensaje a Marina por si quería venir después y dividimos caminos