Capítulo: 16

Damon

Salgo del club ya algo tarde a pesar de querer llegar temprano a la casa, lo más seguro es que Natalia ya haya cenado, una lástima porque quería hacerlo con ella, debo hacer las cosas bien para tenerla en mi cama y demostrarle que nadie se resiste a mí, es ella quien me retó a hacer esto, si no me hubiese rechazado como lo hizo no tendría que pasar este trabajo intentando conquistarla, se suponía que debía aceptar, no hacerse la especial cuando para mí es como todas las demás, una mujer, una muy atractiva a la que quiero y llevaré a mi cama.

—Frank necesito que hagas algo importante para mí —digo mirando por la ventanilla mientras él conduce

—Solo dígame señor

—Busca un anillo, uno muy lindo, único y caro, le pediré matrimonio a Natalia de la forma más romántica que ella se haya imaginado —sonrío aun sin tener la mínima idea de que hacer, pero quiero que sea algo lindo

—Para ser romántico entonces debería buscar usted mismo el anillo —lo miro —solo es un consejo

—Frank quiero parecer romántico, hacerla sentir especial solo hasta que se entregue a mí, Natalia nunca sabrá quién compró el anillo —bufo mirando los gestos de su rostro, Frank frena frente a la casa y voltea a verme.

—Lo siento jefe, pero no haré tal cosa —enarco una ceja

—¿Qué no? ¿Quieres morir? 

—No me va a matar —él sonríe —nos conocemos desde niños y somos amigos Damon, que desde hace unos meses estés algo cambiado no quiere decir que el Damon que conocí no siga ahí y eso lo descubrí cuando dejaste viva a tu doctora que por cierto —él mira por la ventanilla —te está esperando en la puerta —yo también miro y ahí la veo cruzada de brazos mirando hacia el auto.

—Bien, mandaré a cualquier otro, para eso tengo a muchos hombres —Frank ríe

—¿De veras? La mayoría no diferencia un anillo de matrimonio de una tuerca —resoplo y bajo del auto sin apartar mi mirada de ella, la cual trae un vestido demasiado corto, lo que hace que algunos de los que trabajan para mí no dejen de mirarla, desajusto un poco mi corbata y al llegar hasta ella tomo su brazo.

—¿Qué haces así vestida aquí fuera? —ella sonríe

—Esperaba a mi futuro esposo —una de sus manos toca mi pecho —¿por qué? ¿No puedo? Me dijiste que

—No puedes así vestida —digo caminando hacia la casa —evita que mate a alguien más frente a ti Natalia —gruño soltándola al entrar

—Estás celoso

—No, claro que no, pero no me gusta que miren mis cosas —miro sus ojos

—No soy una cosa —bufa —en fin, solo quería cenar contigo —lleva una mano a mi pecho, cosa que me hace apartarme de ella porque aún duele las heridas que tengo ahí —¿qué te pasa? 

—Nada

—¿Nada? ¿Estás herido? —ella se acerca a mí —déjame ver

—Dije que nada Natalia —la alejo de mí —no te hagas ahora la esposa preocupada que aún no hemos firmado, vamos a cenar

—Perdí el apetito —añade para luego alejarse hacia las habitaciones, yo aprieto los puños conteniendo la rabia, mujeres, ¿quién las entiende?

Entro a la habitación de Natalia y la encuentro sentada en la cama mirando su teléfono, al verme esconde este como si yo fuera tonto o ciego, no debí devolvérselo, pero le dije que ya no era una prisionera aunque de cierta forma lo sigue siendo, dejo la bandeja con la comida sobre la mesita y me siento a su lado.

—¿Intentabas pedir ayuda acaso? 

—No —es rápida en responder —ya tu amenaza me quedó clara —deja el teléfono en mis manos y al mirar la pantalla noto que solo veía fotos —extraño a mi familia Damon, eso es todo y a mis amigos y mi trabajo, mi vida, en fin, todo

—Te dije que podías salir

—Lo sé, pero mi familia no quiere verme, mis amigos trabajan y —bufa —al menos me gustaría que me dejaras ver a Luke —ella mira mis ojos —hoy quise entrar en su habitación y el guardia no me dejó 

—Es solo por seguridad, pero podrás verlo mañana, pasa que no todos entran a su habitación, no quiero que le suceda nada —suspiro —¿Quieres trabajar Natalia?

—Papá me echó del Hospital

—No es eso lo que pregunté —ella se tensa un poco

—Damon

—Solo responde —pido tomando sus manos

—Sí pero

—nada de peros —sonrío —haré que vuelvas a tu trabajo Nat —una de mis manos va a su rostro, acaricio este con cuidado —quiero que seas feliz

—Solo quieres llevarme a tu cama Damon

—No has pensado que tendremos que dormir juntos cuando nos casemos —sonrío —de todas formas vas a tener que dormir en mi habitación y en mi cama.

—Pues cambia la cama —yo río mientras niego y señalo la comida

—Come, tu hijo debe alimentarse

—¿Qué le sucedió a tu hermana? —tomo un poco de comida y la llevo a su boca

—No te importa —digo, ella bufa aceptando el bocado y suspira, de seguro tenía hambre

—Así no nos vamos a conocer —comenta una vez que ha tragado y vuelvo a tomar otro bocado, ¡Dios! Le estoy dando de comer como a un bebé, ¿hasta donde estoy dispuesto a llegar solo para tener sexo con ella? —Quiero ver tu pecho

—No

—Pues no como más —se aleja de mí, respiro hondo viendo la expresión de su rostro, la cual es la de una niña cuando no le dan lo que quiere, yo llevo las manos a los botones de mi camisa y abro esta, luego retiro la venda que cubre las heridas y los ojos de Natalia se abren como platos, esta vuelve a acercarse a mí sin dejar de mirarme. —Eres un salvaje —musita tocando el tatuaje —Damon hay otras formas de quitarse esto

—Estaba ebrio y no podía dejar de pensar en las cosas que dijiste —ella mira mis ojos —no fui un monstruo con ella Natalia, solo no era la persona indicada, no estábamos hechos el uno para el otro, su corazón ya amaba a otro y el mío solo estaba obsesionado con ella, aunque ahora me queda más claro que ella no era la mujer destinada a mí —comienzo a abrochar la camisa otra vez —fui capaz de recibir una bala por ella y terminar en coma, sin embargo, no era ella quien todos los días iba a verme —Natalia deja de mirarme —sigue comiendo, iré a mi habitación —salgo de ahí al ver que no dice nada, no debí haberle enseñado la herida ni contarle parte de la historia, de seguro ahora piensa que estoy loco y quizás sí que lo estoy.