La Mudanza.

Acababa de llegar a mi nuevo hogar, era de noche y estaba todo en silencio; decidí descansar por hoy y mañana comenzar con el arreglo.

La casa es muy vieja, ya había tenido varios dueños antes, no sé qué les sucedió pero estaba a un buen precio y necesitaba un lugar donde quedarme.

Empecé a subir las escaleras cuando vi un cuadro extraño al fondo del pasillo, tenía varios rostros con la mirada negra y la boca abierta como si estuvieran gritando, estaba tan cansado que no le preste mucha atención pero aun así me espanto y decidí colocarle una manta vieja que estaba tirada en el suelo, no lo quería seguir viendo…

Era de madrugada cuando escuche unas voces graves gritando que provenían del piso de abajo, decidí levantarme a revisar. Al empezar a bajar las escaleras con un bate vi la manta que le había puesto al cuadro, me asuste pero algo me hizo terminar de bajar…

No vi nada fuera de lo normal hasta que vi el cuadro… estaba  de pie en medio de la sala, pero no tenía a las personas, sino a mi… Me espante y decidí correr pero cuando me doy la vuelta veo al fondo de la sala algo en cuatro patas deformado y emitía los mismos ruidos que escuche cuando estaba en la cama, luego levanto su cabeza y vi sus ojos negros y su boca totalmente abierta…

Decidí huir hacia la otra habitación pero de un momento a otro me encontré rodeado de retratos de personas mirándome fijamente, algunos  tenían la quijada rota, otros no tenían ojos, otros sin dientes, y a otros le faltaba todo el rostro…

Luego me desperté en mi cama, sudado y con la respiración agitada, solo había sido un sueño… o eso creo…