Un joven yo, un puto vago de mierda, etc. La verdad hay tantas cosas que nadie sabe de mi creo que ni mi propia familia.
A veces uno se siente lejos de uno mismo y lo lleva a hacer cosas que al final terminara arrepintiéndose para pensar ¿Sirvo para este mundo? ¿Por qué?
Era miércoles, estaba en la calle caminando y buscando una tienda para comprarme una bebida, todo sucio y cansado de vivir por tantos traumas llevados y a la vez en busca de un cariño sincero me acompañaba la soledad.
Llegue al mayorista y la verdad estando con 3 soles en la mano me encamine mejor en busca de algo por comer, camine y camine buscando estar dispuesto a más cuando escuche una canción a lo lejos, la soledad me acompañaba. Entre en una tienda y pregunte por unas galletas saladas.
¿Eh? ¿Quién me había hablado? Me di vuelta y vi a una chica de pelo castaño, hermosos ojos azules y una sonrisa extraordinaria.
Cuando le dije mi nombre sonrió y la verdad me gusto haberla conocido, no me aguante y le pedí su número. Ella accedió sin incomodarse y esa misma tarde decidí hablarle.
Fernanda era el tipo de mujer perfecta para mí, un ángel caído que logro comprenderme. Hablamos bastante tanto por mensajes, cartas y en persona, al paso del tiempo empezamos a salir y dar a Dios un acto lujurioso para ver.
Dario se enteró de mi amorío y como buen amigo aconsejo que la lleve a bailar música ochentera, debido a mi gran fanatismo y porque es la música con mas ritmo que conocía. Decidí llevarla a una fiesta de un amigo con una temática retro y cuando la lleve a la pista, su movimiento, su sonrisa y el brillo de su cabello me hipnotizaron haciendo que solamente la mire a ella con una nitidez única, logrando un efecto en cámara lenta y que todo a mi alrededor se volviera borroso y irreconocible, o quizá haya sido alguna droga que había en la bebida que me invito un amigo.
Dario estuvo en la fiesta pero me advirtió que mejor seria dejar el lugar, había llegado un drogadicto según el y que estaba ofreciendo a todos los que lo topaban, le dije que lleve a Fernanda y si me lo topaba le daría el pare para que se vaya y le avisaría para que volvieran.
Un rato después el pata llegó y me lo topé, me di cuenta que no era una persona asquerosa o que de cierto temor de verlo por saber que consumía drogas, para eso me convenció de junto a él aspirar una línea.
Saco un polvo blanco pareció a una harina bastante fina, le dio la forma a la línea y me paso un popote, recuerdo sentir un ardor acompañado de un dolor agudo en mi nariz que rápidamente llego a mi cabeza, para eso sentía como un líquido salió por mi nariz y mi cuerpo se desplomo y después simplemente todo era negro.
No sabía que aquella droga era heroína.