PRIMER CAPÍTULO

En un pueblo remoto de la costa Atlántica, vivía un chico de 17 años, se encontraba muy solitario y triste por estar solo en el mundo, aunque tenía muchos amigos que lo querían mucho, que lo visitaban, lo invitaban a salir a divertirse, pero él sentía que le faltaba algo en la vida, que lo complementara, que fuera parte de él, ya que desde muy niño sus padres lo abandonaron en una caja de cartón que dejaron en un portal de una vivienda, la familia que vivía allí y que no podían tener hijos propios, lo recogieron y lo criaron como si fuera un hijo de su sangre. Después de un tiempo, sus padres adoptivos trajeron otros dos niños, estos eran más grandes que él, pero se cayeron bien al instante que se conocieron.

Ha pasado mucho tiempo, sus hermanos y él han crecido y tienen muchos amigos, ya que van a la escuela y son los mejores estudiantes. Una noche estaban en una fiesta, él bailaba con una chica peliroja, pecosa, se veía linda y tierna – ella le preguntó

- ¿Por qué te ves tan triste? Siempre me pregunto ¿Cuál será tu sufrimiento? – la chica que se llama Grace, lo toma de la mano para llevarlo a un rincón y seguir hablando

- no es nada, solo que siempre me veo así – le informa – todos me preguntan lo mismo y no sé por qué, ya que convivo y comparto con todos por igual

- sí, pero te ves como si llevaras una carga en tu alma, Fabián – le dice – eres muy joven para que te preocupes por cosas que están fuera de tu alcance – le sonríe – disfruta la vida.

- ¿tú crees? – pregunta y también le sonríe y Grace queda asombrada, ya que nunca lo había visto sonreír

- ¡claro que sí, tonto! Además, te ves lindo cuando sonríes – ve cuando él se le colorean las mejillas - ¡vaya! No sabía que te sonrojabas de esa manera – y se carcajea

- No te burles de mí, Grace – pierde la sonrisa y la chica nota cómo le brillan los ojos, para ella es raro, porque el brillo que ve, es como si le estuviera cambiando de color, pero Fabián al ver lo sorprendida que está su amiga, se controla y el brillo se va y sus ojos vuelve a la normalidad. Para él es la segunda vez que siente algo raro en su cuerpo, pero nunca se ha preocupado por saber la causa, porque no es importante. La fiesta llega a su fin y uno de sus amigos le da una botella de agua, para que se le pase un poco la resaca el día de mañana, él la mete en la mochila que lleva al hombro y se despide se sus amigos.

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Hola amig@s buenos días.

Les traigo una historia con un poco de suspenso, porque voy a participar en el concurso de Halloween y espero me puedan apoyar. Aunque nunca había escrito algo parecido, voy hacer el intento y espero les guste.

Un abrazo y muchos besitos.

Zenyas (Dalgy)