Peter

365 días de tormento.

Peter observó un desfile de rostros familiares, pero ninguno era el de Richard. Él no volvió a verlo. Espero pacientemente que un día llegará a la escuela. Espero frente a su casa que cruzará la puerta. Espero alguna señal de él, pero nunca llegó.

Los primeros días el chico es abrazado por una niebla densa de incredulidad: se levanta cada mañana y, por un instante, olvida, pero después algo lo arrastra de nuevo al abismo de la realidad.

Ha matado a alguien. Lo ha aceptado. Él ya no está.

Al salir a la calle siente el silencio y las miradas como un juicio constante. La ansiedad lo asfixia. Cree verlo en todos lados. Las voces en su cabeza no se cansan de hablar.

Pero Peter, ¿qué te hizo?

Él siempre se responde: Nada.

Entonces, ¿por qué lo hiciste?

Él sigue la conversación: ¿Diversión?

Hay sangre en sus manos.

Las imágenes del chico muerto y cómo lo había arrojado al vacío se siguen reproduciendo. El vacío que él sentía por dentro. La oscuridad no solo había devorado al cuerpo ensangrentado. La oscuridad lo consumió a él también. Peter tachaba los días en un calendario colgado en la pared. Los garabatos empezaban desde ese día:

31 de octubre: Richard

Al pasar el tiempo, trato de seguir con su vida, pero la culpa se vuelve un ruido blanco de fondo. No hay escapatoria en los sueños; ahí su víctima lo observa en silencio, y esa mirada fría es peor que cualquier reproche. Sueña que está en su lugar, que todo fue al revés y que él fue la víctima. Sueña, incluso, que ambos vuelven a encontrarse y que le pregunta "¿Por qué?" sin esperar respuestas, porque ni él mismo sabe cómo sucedió.

Peter se aísla de la gente, mucho, demasiado. La paranoia se instala definitivamente, y le cuesta diferenciar entre la realidad y su propia mente. La locura lo devora con lentitud, como la neblina que se cuela en cada rincón de sí. El silencio se vuelve una amenaza.

Peter ya no puede más e intenta quitarse la vida. El miedo y la culpa se vuelven voces extracorporales que le susurran al oído:

Peter, debes ser paciente.

Él pronto llegará.

Y tu dolor cesará.

Algo evita que lo haga, cada vez que lo intenta. Algo lo jala de un tirón sin que se de cuenta. La muerte lo evade, la vida lo persuade. En una jaula contra su voluntad, abre los ojos cada día, esperando el fin de su tormento.



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En el texto hay: #venganza, #homicidio, #fantasmas

Editado: 02.11.2024

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