Piedras Preciosas - Volumen I

Capítulo XXIX: ¿Hablemos?

Esmeralda 

El día se había pasado en un abrir y cerrar de ojos. Después de irme de la casa que compartía con Iker, tomé una hora para ir al médico. Estaba cansada, con la cabeza a punto de estallar, y con lo ocurrido recientemente, mi mente no estaba clara. Pasé el rato con mis amigos, pero al llegar a casa, me lo encontré de frente. Ni siquiera me dio un día libre, y esto ya me estaba sobrepasando.

Sabía que debíamos hablar, que había cosas en el aire. Fuimos pareja por un par de meses, nos llevamos bien. De hecho, puedo reconocer que me enamoré de él, como una quinceañera. Ruedo los ojos y me quedo pensando hasta que escucho la puerta de mi habitación abrirse.

– ¿Estás bien? – pregunta Rubí, y yo asiento.

– ¿Saldrás? – pregunto al verla bien vestida.

– Sí, voy a divertirme un rato – se sienta frente a mí – sin embargo, si quieres que me quede contigo, lo hago. Prefiero una noche de chicas que otra cosa.

– Eso quiere decir que saldrás con alguien – levanto las cejas jugando, y las dos nos reímos.

– Algo así – no reconoció nada, pero sabía que se trataba de un chico – descansa, recuerda lo que expresó el médico y creo que con lo que sucedió hace un rato tienes suficiente adrenalina – asentí – ¿hablarás con él?

– Sí, lo haré, pero esperaré algunos días. Quiero enfriar mi cabeza. Si le expreso algo ahora, sobre todo con lo que ha pasado, seré muy fría, muy realista...

– ¿Muy hiriente? – dibuja una sonrisa. Ella sabe y conoce mi carácter – únicamente mantén la mente abierta y recuerda que ese hombre te ama. No lo apoyo, ni mucho menos con lo que hizo, pero merece tantita pena.

Nada más asiento. No es que opine muy diferente, pero con lo que sucedió hoy no sé si esta relación tenga futuro. Por lo menos, en este momento, tengo claro que él no confía en mí. Una solución de la noche a la mañana no aparecerá. Me recuesto nuevamente y pongo una película. A pesar de no ver y estar perdida en mi cabeza, escucho cuando la puerta de mi pieza es abierta.

Zafiro se acuesta a mi lado y comienza a acariciar mi espalda. Ella sabe cosas, se da cuenta de cuánto afecta todo lo que sucede. Diamante no tardó en entrar, y al final terminamos durmiendo las cuatro en esa cama, hablando a ratos, comiendo algo de chocolate. Por la mañana, desayunamos los seis juntos. Darío se había quedado, como ya habíamos hablado, mientras que las chicas decidían qué hacer durante el día. Yo solo quería dormir.

Fue Vodka quien se quedó a mi lado, acompañándome durante todo el día. Y los días venideros, fueron 5 días que tomé para poder descansar, para poder tomar algunas decisiones, para poder poner mis metas, reconocer mis límites y reconstruir lo que se rompió dentro de mí. Aunque no fue algo completo, sí fue lo suficiente para poder levantarme y seguir.

Había decidido tomar un curso de cocina más. Quería aprender algunas cosas y mi idea era viajar a Turquía, pero para eso aún faltaba algo de tiempo. Por lo que volví a hacer lo que mejor hago, cocinar. Marzo era un mes en el que el negocio estaba a tope. Después del día de los enamorados, era nuestra siguiente fecha fuerte. De hecho, las reservas no se hacían esperar, y para poder tomar una mesa en el restaurante, debían reservar con una semana de antelación.

– Es de locos – se carcajeaba Darío. Estamos en el carro, era de madrugada y estábamos recibiendo a los proveedores – no entiendo cómo la gente se vuelve tan fanática de un lugar, solo porque está de moda – balbuceo la última palabra.

– Es algo cultural – trato de explicarle – las cosas son así, cuando tienes dinero o quieres demostrar que lo tienes, vas a los sitios que están de moda, donde puedes ser visto – bebo de mi café – a las personas les gusta verse en lugares y ocasiones exclusivas – lo veo asentir. Luego se queda en silencio.

– ¿Puedo preguntar? – asiento. Sabía que me preguntaría por mi relación, hace días venía tratando de hablarme de ellos, pero no lo lograba - ¿Por qué le diste una oportunidad?

– Porque me gusta, porque siento algo por él, distinto a los demás – reconozco.

– ¿Por qué lo dejaste? – segunda pregunta.

– Porque estoy enamorada, no me quitaron el cerebro – se carcajea – soy una mujer con los pies en la tierra, que sabe lo que quiere, lo acepto, lo amo, de hecho, más de lo que puedo reconocer, pero no por eso me volveré una idiota con la que puede hacer y deshacer a su antojo.

– Eso me deja tranquilo – los dos nos quedamos en silencio. Siempre me había preguntado cuáles eran las intenciones de Darío. Me deja tranquila, saber que no eran románticas, de lo contrario, lo notarán.

El día pasó rápido, mucho más de lo que esperábamos. Por la noche, fui la última en salir del local. Íbamos de vuelta con mi amigo a casa cuando de pronto sentimos un flash, luego algunos más. Una moto nos venía persiguiendo, junto a dos ocupantes.

– Son periodistas – fue lo único que escuché. Venían casi encima del carro y, por tratar de no topar con la moto, nos fuimos haciendo a un lado, poco a poco fuimos saliendo de la calle – ¿tu cinturón? – preguntó mi amigo y yo hice un gesto para que viera que lo llevaba puesto.

De pronto el carro derrapó, dando una vuelta y dejándonos contra el tránsito. No habíamos topado a la moto, pero sí dimos a otro carro provocando que mi lado derecho sufriera un daño y dejando que uno de mis brazos resintiera el golpe.

– ¡Esmeralda! – escuché y moví la cabeza. Todo había sucedido de manera rápida. Estaba reaccionando cuando escuché muchos ruidos. – Nena, ¡Mírame! – exigió y mis ojos se clavaron en los de Darío.

– Estoy bien – dije, calmándolo. – Estoy bien – repetí e intenté ponerme de pie, pero mi brazo estaba delicado. - ¡Ah! – me quejé.

– Con calma, la ambulancia ya viene – me ayudó a ponerme de pie.

– ¿Los de la moto? – pregunté y él negó.

– Se fueron, sin embargo, hay una cámara en el semáforo de enfrente – me reí y luego volví a quejarme cuando estuve de pie. - ¿Estás bien? – asentí, soltó un suspiro. – Las chicas nos verán en el hospital, Vodka está investigando quiénes fueron, de qué periódico.



#8907 en Novela romántica
#1841 en Chick lit

En el texto hay: mafia, matrimonio, diferenciadeedad

Editado: 05.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.