Piedras Preciosas - Volumen I

Capítulo XLIX: Fin.

Esmeralda

Mis amigas me habían contado cómo habían encontrado a Iker frente a nuestro restaurante. Ambas bromeaban sobre su sueño profundo mientras lo observaban desde fuera. Me alegré al escuchar que lo habían invitado a desayunar; al menos está comiendo bien, fue lo primero que pensé. Solté un suspiro al recordar lo que Rubí pensaba sobre todo esto.

— Podrías darle una oportunidad. Deben darse una oportunidad en serio, no como pareja directamente, pero sí como dos personas que se aman. – Ella sabe muy bien mis sentimientos. – Tú debes dejarle claro lo que sientes y él debe hacerte sentir como su esposa —quise refutar, pero tenía razón.

Ambos hemos fallado en esta relación de una u otra manera. Somos terriblemente apasionados pero imperfectos en cada momento. Mi cabeza va de un lado a otro sopesando la situación, pero por más que le doy vueltas al asunto, no veo una salida en la que podamos seguir adelante. La poca moralidad que me queda me grita que deje que ese pequeño o pequeña tenga a sus padres unidos. Sé que no será así si sigo al lado de Iker. Es algo que Milenka no dejará pasar, aunque ella rehaga su vida, jamás lo dejará en paz.

Sobre la cama, con música de fondo y en completa oscuridad, tomé mi móvil y envié un mensaje a Iker. Esta era mi señal. Si él sabe llegar hasta donde estoy, sé que nos podremos dar una oportunidad, una última oportunidad. Respiré hondo e intenté conciliar el sueño. Solo me quedaba un día en este lugar, y estaba tranquila con eso. Había dejado todo arreglado para que mis padres y hermano estuvieran bien cuidados. Ahora debía enfrentar la realidad, mi realidad.

La noche avanzó lenta y real. Sentí desesperanza, me sentí sola, me sentí no correspondida. Mi cabeza no me acompañaba, la soledad no había sido una buena compañía para la ansiedad que me cargaba. El esquivo sueño me llevó a llamar a mi padre, quien, sin decir nada, solo habló conmigo. Me explicó sus negocios, me contó cómo conoció a mi madre, hablamos de mi vida y de la suya. No supe bien en qué momento me dormí, pero sé que fue él quien se quedó hablando y velando mi sueño, aunque fuera a distancia.

Desperté con un mensaje de Zafiro, quien me advertía que tenía una sorpresa para mí. Me hizo reír. Su misteriosa aura daba vibras raras. Salí de mi habitación para poder comer algo. Quería salir a comprar algunas cosas, disfrutar de la playa antes de pensar en volver o siquiera buscar algunos vuelos.

— Hola — susurró cerca de mi oído.

Su aroma lo delataba y enseguida me dejé abrazar, siendo llevada de vuelta al elevador. En donde me giré para quedar frente a él. Su boca me consumió. En ese momento, no se mediaron palabras. Solo fuimos dos cuerpos atraídos el uno hacia el otro, como la gravedad en la tierra, buscándonos con desespero, demostrándonos con actos el amor que nos habíamos profesado. Uno que habíamos cuidado, pero se nos arrebató en un acto egoísta.

Llegamos a la habitación sin mediar palabras. Se veía algo cansado. Traía una mochila y estaba vestido de forma casual, pero esos jeans me traían loca. Apenas cerramos la puerta, dejó todo por el suelo y me tomó entre sus brazos. Me dejé llevar por la necesidad que tenía de su cuerpo, por sus besos. Sus caricias me tenían en un limbo, entre la razón y la pasión. Quería que me hiciera suya. Lo necesitaba y lo extrañaba.

La ropa fue cayendo poco a poco, las caricias fueron en aumento. Mientras sus labios recorrían mi cuerpo, yo perdía la razón. Sin saber en qué momento habíamos llegado a la cama, ambos jadeábamos. Estábamos excitados al punto de no necesitar penetración para llegar al orgasmo. ¿Cómo podía ser eso posible?

El roce de nuestros cuerpos, la pasión de nuestras caricias y el ambiente eran totalmente excitantes. Me giré en la cama junto con él y me subí sobre su cuerpo. No fue necesario acomodarme. Apenas abrí mis piernas, su erección encontró el camino hacia mi punto de placer. Mi cuerpo esperaba este momento porque automáticamente tuve un orgasmo, mientras que Iker no dejaba de consentirme. Era realmente exquisito.

Sus manos en mi cintura, su lengua en mis pechos y el vaivén de nuestros cuerpos nos tenían en la gloria. No fue necesario mediar palabra. Sabíamos que esto era necesario y parecía que habíamos acordado el encuentro.

Estaba a punto de llegar a mi segundo orgasmo cuando él se sentó en la cama conmigo encima y buscó mis labios. Mordió gentilmente mientras su lengua exploraba mi boca. Sonreí cuando sentí su néctar entrar en mí. ¿Cómo era posible esta conexión? Nos quedamos en la posición por unos minutos, pero el sueño me ganó y dejé de ser consciente entre sus caricias.

*******

Desperté cubierta por sus brazos, aferrada a una almohada, siendo abrazada por él. Me sentía feliz, aunque esa felicidad fuera instantánea. Rápidamente, entendí que quería vivir esta fantasía de pareja feliz por este día. Por lo que me levanté, hice una reserva para almorzar y luego para una sombrilla en la playa. Me metí bajo la regadera y desperté a besos a Iker, quien enseguida me correspondió.

— Ven, levántate — le pedí — tenemos una tarde para disfrutar — me sonrió y enseguida se puso de pie.

— Tengo mucha hambre. Desde ayer que no como nada — caminó hacia el baño, mientras yo me ponía algo cómodo — ¿Conoces algún restaurante aquí? Como para ir más tarde después de dar un paseo — lo conozco muy bien, por eso reservé antes de que quisiéramos salir.

– Podemos comer algo aquí en el hotel – sabía que eso solo sería el comienzo de nuestro paseo, así que me puse mi traje de baño debajo de mi vestido corto – tengo una reserva, pero luego podemos irnos a pasear – un beso en mi espalda me sobresaltó.

– Me parece perfecto. Quiero conocer un poco y por la noche podríamos reservar en algún lugar más turístico – asentí.

Almorzamos juntos, luego paseamos como una pareja de recién casados, fuimos a algunas atracciones turísticas. Estábamos en Puerto Vallarta por primera vez; ambos nos asombramos por lo bonito de todo. Iker estaba asombrado por todo, y eso me gustó: verlo relajado, disfrutando del momento y aferrado a mi mano.



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En el texto hay: mafia, matrimonio, diferenciadeedad

Editado: 05.03.2024

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