He llegado a los límites de la perversidad, os lo juro, necesitaría de toda su ayuda.
¡Si tuviese la fortuna a mi favor, sería escuchado de darle un descanso somático de manera celular a la matriz neurológica que causa tanto mal, si fuese posible conectar mi talento con un corazón apacible esta historia cambiaría, más en realidad es una parada cardíaca asociada a una dolencia que ya no sana, que puedo hacer nací de la oscuridad, soy un Príncipe perteneciente a un linaje infernal que solo sabe hacer mal, es como nacer bajo maldición sin saber por qué, por más que trato no puedo cambiar esta realidad, las puertas azules para mí se han cerrado, tengo entrelazada mi alma con la espesa negrura, Creador reconstruye está obra, ven dame la calma, estoy cansado y siento que nop puedo más!, voy llegando a Siloé cerca a Siudavia.
El calor se hace insoportable mi lengua clama de sed, mi única opción es un bar llamado "Senegal" ingresando al lugar sus ocupantes reflejan temor, al mirar sus rostros veo la deformidad de su maldad, tras su risa burlesca me observan sin perder detalle alguno, viene directamente hacia mí una súcuba de apariencia humana, carita de ángel dotada con unos pechos infernales que apuntan directamente a la cara de cualquiera que se ponga en frente, sus labios me sonríen con malicia, me ofrecen un chupetín de lollipop, con cierta desconfianza la recibo, la bienvenida me empieza asustar, el calor es cada vez más insoportable se va mezclando con el frío del licor a 39° cianuro etílico transformado en ron, veneno puro con el que arrastran sus víctimas para ser despojadas de su dinero y de su honor.
Por mi condición de ángel caído puedo verles cuanto sufren, aun así todos disfrutan de su miseria, se han perdido sus almas, divagan sin dirección, fue así como conocí a rita la reina de la ginebra, ya que me lo preguntas te diría que el infierno nop es un buen lugar, tampoco es agradable, pero estoy acostumbrado a vivir al este del edén, tan lejano lugar del paraíso aquel, los ángeles caídos sufrimos del abandono del Creador en este espacio, mencionar su nombre causa laceraciones en nuestro corazón, aunque mi dolor es menor que el de mis hermanos, siento en ocasiones como si un gusano inmenso consumiera mis entrañas, somos inmortales haciendo nuestro sufrimiento eterno, solo una palabra tuya y al abrir mis ojos estaría de vuelta a tu lado…