El cigarro sigue ardiendo, y el diablo ya no pregunta.
Hoy no hay palabras, solo el crujido de la brasa al consumir el silencio.
Lo siento más cerca,
como si su espera interminable estuviera
llegando a su fin.
Pero, ¿qué se supone que debo entender?
¿Qué verdad oculta en su presencia?
Esta noche no niego con la cabeza, pero tampoco respondo.
Me limito a observarlo, y él, en silencio, sigue esperando.
Editado: 07.01.2025