Sam.
Toqué el timbre del lugar de Kyle. Había estado aquí ayer durante la noche luego de nuestra escena bajo la lluvia, habíamos luchado por conseguir un taxi en vano, las calles estaban atestadas de gente y el tráfico no colaboraba, por lo que tuvimos que caminar y la opción más cercana era su nuevo departamento. Treinta minutos caminando me habían hecho dar gracias por usar tenis y no tacones anoche, aunque la mitad del camino estuve sobre la espalda de Kyle.
Las personas nos miraban algunas riendo otras confundidas, pero eso pareció no importarnos porque seguimos nuestro camino riendo y hablando de cosas que en su momento no hicimos. Kyle Johnson era una cajita de sorpresas si te disponías a conocerlo.
Una mujer alta y castaña me observó confundida desde el umbral al abrirme, creo que mis ojos probablemente demostraban el mismo atisbo de confusión por ella porque solo miró más allá de mi esperando encontrar algo que le permitiera saber quién era. Podría tener mi edad, aunque el cabello desarreglado y la falta de maquillaje en su rostro la hacían lucir más joven tal vez. Era hermosa incluso sin intentar serlo.
— Disculpa. —tragué en seco sabiendo que esto tenía una explicación. Confiaba en Kyle. —Busco a Kyle. —dije con seguridad. Entrecerró sus ojos en mi dirección confundida y dudosa.
— ¿A quién anuncio? —preguntó dando un paso atrás sin permitirme el paso. En el antiguo edificio de Kyle me habrían dicho si estaba acompañado, pero no tenía nadie a quien acudir en un conjunto cerrado cuyo portero me había apenas dado una segunda mirada.
— Sam. Samantha Daniels. —corregí. Ella asintió y se apartó.
— Lacey, ¿qué demonios te toma tanto tiempo? —un hombre robusto demasiado parecido a Kyle se detuvo junto a la chica de ojos marrones.
— Eres Sam, ¿no? —sonrió pasando a la chica y parándose más cerca de mí.
— Me temo que estoy en desventaja aquí. No tengo idea de quién eres. —dije como pude intentando poner una sonrisa en mi rostro.
Él sonrió mostrando su perfecta dentadura. Sus ojos verdes brillando con diversión cuando me tendió la mano.
— Soy Thomas. El hermano de Kyle. —comprensión brilló en mi cabeza. La primera y última vez que nos habíamos visto, le di una repasada a su trasero. No era una imagen linda teniendo en cuenta que era el hermano del hombre con el que estaba... ¿saliendo? ¿conociéndome?
— Claro, lo siento. Nunca había visto una foto. —acabé por decir. La imagen de su culo no yéndose de mi cabeza.
Samantha, por Dios.
— Me acabo de perder, ¿quién es esta señorita, Thomas? —la chica estaba notoriamente confundida por el repentino intercambio de nosotros. Tal vez era su novia.
— Es la novia de Kyle, Lay. —la peli castaña soltó un chillido emocionada y tiró de mi mano hacia dentro de la casa.
— Oh por Dios, tenía tantas ganas de al fin poder conocerte. —aturdida miré entre ambos sin saber a qué se referían, las palabras del hombre me habían tomado por sorpresa. ¿Novia?
— Thomas, Lay, voy a... —los ojos verdes de Kyle se encontraron con mis asustadas avellanas. —¿Qué demonios le hicieron? —caminó hacia mí con un delantal sobre su cintura. —¿Estás bien? —enmarcó mi rostro entre sus grandes manos. —¿Te dijeron algo? —sacudí la cabeza sonriendo por su preocupación.
— Déjala respirar, hermano.
— Es tan tierno. —habló la chica al tiempo del hombre.
— Yo solo no sabía que tendrías visitas, puedo venir más tarde si estoy interrumpiendo. —dije con rapidez.
— ¡De ninguna manera! —soltó la mujer acercándose. —Soy Lacey ya que estamos, la hermana de Kyle. —miré al hombre sosteniéndome.
— Un mal necesario, hermosa. —sonrió de lado.
— Un gusto en conocerte, soy Samantha. —le tendí mi mano alejándome de Kyle. —¿Alguien más por conocer? —dije graciosa.
— De hecho, nuestros padres y nuestros hermanitos están en la cocina. —miré a Kyle asustada.
¿Sus qué?
— Déjennos solos, por favor. —la chica bufó, pero tomando a su hermano del brazo se alejó.
— Kyle...—de nuevo llevó sus manos a mi rostro dándome un beso en los labios apenas tocándome.
— No tenía planeado esto, cariño. Mis padres se presentaron veinte minutos después de que te fuiste esta mañana y apenas he tenido un segundo para respirar, intenté avisarte, pero me confiscaron el celular un par de demonios de diez años. —asentí esperando a que continuara. —Puedo decirles que tuviste que irte por algo en la oficina si lo deseas.
— ¿Quieres que me vaya? —inquirí graciosa. Me miró horrorizado.
— Claro que no, por supuesto que quiero que conozcas a mi familia, pero si crees que es demasiado pronto para ti puedo entenderlo. —me besó de nuevo. —No quiero presionarte.
— No es presión, también me gustaría conocerlos. Además...—miré el delantal de corazones en su cintura. —algo me dice que la comida será divertida. —me burlé.
— ¿Quieres ver lo que hay debajo? —enarqué una ceja.
— Tus padres están aquí, sin vergüenza. —le respondí dándole un beso y alejándome antes de que lo profundizara.
— ¿Te quedas entonces? —asentí dejando que me sostuviera entre sus brazos.
— Kyle...—me miró, sus hermosos ojos verdes brillando con alegría. —¿Les dijiste que soy tu novia? —suspiró en parte frustrado.
— Les dije que estábamos saliendo, pero como jamás les he hablado de una mujer ellos simplemente se hicieron sus propias ideas. —la duda estaba presente en sus ojos. Tenía miedo de la manera en que iba a tomar esto. —Sin presiones. Lo sabes. —asentí dándole calma.
— Dime quienes están dentro. —dije dejando de lado el tema. Una sonrisa llenó su rostro.
— Mi madre Karen. La vas a amar tanto como ella a ti. Mi padre es algo...gracioso por lo que no te tomes nada a pecho. Se llama Víctor. —asentí esperando a que continuara. —Mis hermanas, Abigail y Melissa, tienen quince años. Son gemelas. Y luego están Samuel y Serena, son mis primos, pero están bajo el cuidado de mis padres. Mis tíos murieron hace un par de años y mis padres se hicieron cargo de ellos.
#956 en Novela romántica
#363 en Chick lit
amor dolor romance, amor dolor humor odio mentira, celos dolor desamor tragedias problemas
Editado: 11.05.2024