Poderes Saga Poderes #1

Los Fundadores

“Enciende el televisor”

“No importa el canal”

“Están por todas partes”

“¡HAZLO YA!”

Leo los mensajes de Gregory y comienzo a preocuparme, dejo el teléfono que sigue vibrando en la mesa de la cocina, camino hacia la sala de estar, Audrey está en el sofá frente al televisor, esta encendido y ella tiene el comando de este en la mano.

Cambia el canal una y otra vez, sus ojos están muy abiertos y está temblando, yo me acerco y me coloco a su lado, ella ni siquiera nota mi presencia, sigue cambiando los canales, lentamente yo tomo el control, pero ella continua como si estuviera cambiando de programa, al ver su expresión de miedo es cuando yo volteo hacia la pantalla.

Y comienzo a temblar también.

… Nadie sabe de dónde han salido, ni como pasaron desapercibidos por tanto tiempo, nadie sabe absolutamente nada de estas personas que han aparecido de la nada…

La pantalla muestra ciudades hechas polvo, la destrucción esta por todas partes, como en mis sueños, solo que en la transmisión hay personas corriendo por doquier, la voz al fondo de una mujer habla sobre ellos, pero no se muestra de que “ellos” está hablando.

… Tal vez sean dioses, ángeles, mensajeros divinos o incluso demonios salidos del mismo infierno para castigarnos, lo único seguro en cuanto a ellos, es que es imposible que sean simples personas, o que se trate de simples trucos, esto es real.

Se hacen llamar Los Fundadores, comenzaron con su “limpieza” como ellos le llaman hace unas pocas horas, destruyendo ciudades y, según testigos, llevándose personas, desde pequeños niños hasta adultos…

Entonces aparecen, personas, pero no cualquier tipo de ser humano, no, estos eran diferentes.

Diferentes como yo.

Mostraron la imagen de uno, un chico grande, con el cabello rubio y la piel tan blanca como un huevo, estaba frente a un edificio, no podía ver con claridad su rostro, pero si podía ver algo, una sonrisa, aunque no una sonrisa de felicidad, no, era otra clase de sonrisa, una… malvada.

Él extiende sus brazos hacia el edificio y con un grito de placer este comienza a derrumbarse con personas dentro de él, en unos segundos, la estructura yace hecha pedazos en el piso, la gente está agonizando o muerta entre los escombros, entonces otros chicos y chicas aparecen y caminan entre los sobrevivientes, tomando algunos de ellos de manera descuidada y poco afable.

¿Qué clase de personas son estas y que es lo que quieren lograr? ¿Por qué se llevan a gente inocente? Esto no puede continuar de este modo, alguien debe…

La narración se interrumpe abruptamente, la imagen se distorsiona y se queda congelada. Mis ojos no pueden apartarse del chico de la pantalla, el placer en sus ojos por haber destruido el edificio es alarmante, su sonrisa más blanca que su piel es peor, él disfruta haciendo daño, hay personas heridas, muertas y secuestradas y él está contento como si hubiese ganado alguna clase de premio.

La imagen vuelve a aparecer, pero esta vez, el enfoque al chico es mucho mejor, él está enfrente sonriendo a la cámara con suficiencia. Es un chico atractivo, pero su mirada y su sonrisa solo logran hacer sentir intimidación y miedo, seguramente era lo que estaba buscando.

- Buenas tardes – su saludo parece más un siseo de acecho – nosotros somos Los Fundadores y estamos aquí porque crearemos un nuevo mundo, uno en el que gobiernen los más fuertes, los que podemos hacerlo, ¿Por qué dejarle todo a simples mortales que no poseen nada más que ambición? Nosotros somos mejores, nosotros merecemos el poder...

Él extiende sus manos como si fuese un dios y al hacerlo, los escombros, cadáveres y otros objetos indistinguibles que están a su alrededor salen volando por todas direcciones.

- ¡Saben lo que podemos hacer! – grita eufórico a la cámara – ¡Y tratan de detenernos! Porque saben que nosotros merecemos el poder – lentamente baja sus brazos y con ellos, los restos caen al suelo – esto no es ningún truco y sé muy bien que hay más poderosos por ahí y los estamos buscando, porque llego el momento de tomar lo que es nuestro y hacerles ver que no estaremos ocultos ¡Ellos se ocultaran de nosotros! ¡En nombre de Caos este mundo será nuestro! Porque aquello de lo que proceden todos los órdenes no puede estar en sí mismo ordenado.

Otras voces comienzan a corear el nombre de Caos como si se tratase de un slogan publicitario, el chico sonríe perversamente mirando tan fijamente que siento que me ve a mí y no a una pantalla.

- Los encontraremos – promete – a todos ustedes.




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