Con las manos enlazadas, nos adentramos hasta llegar al quiosco en el centro de la plaza, esperaba encontrarlo deshabitado, pero dentro nos esperaba una escena mucho más escalofriante.
No necesitaba ser como Hawkins para saber que todos los que estaban ahí eran poderosos, aunque aún ninguno notaba nuestra llegada, estaban más interesados en encontrar a otra persona entre los que obviamente, eran personas normales.
- ¿Por qué nos colocamos en el centro?
- Para encontrarlo.
- ¿Y bien?
Abre la boca para responder, pero algo nos golpea y nos lanza en direcciones opuestas, me estrello contra el concreto fuertemente, me levanto sofocada y sosteniendo mi costado y buscando lo que sea que nos golpeó.
Genial, mas huesos rotos.
La telequinesis de Persuasión era como una mano gigante que te aplastaba, lo que sentí esta vez era como un látigo desgarrador, mucho más brusco y poderoso.
- ¡Buscador!, al fin llegas – es la voz chillona de una mujer, me giro con dificultad hasta que veo a una chica alta y esbelta dirigiéndose hacia Hawkins, es tan blanca como yo o un poco más, con ojos almendrados y de un lindo tono gris, seria hermosa si no fuera por la mueca de desprecio que llevaba.
Hawkins sale volando una vez más, mientras la chica ríe divertida, los demás han cesado en su búsqueda y miran atentos, afortunadamente, ninguno me mira a mí, así que es fácil escabullirme cerca de lo que parece un puesto de comida mientras mi cuerpo se recupera.
- ¿Cómo te atreves a hacer esperar a una dama? – chilla la joven levantando al chico con nulo cuidado – no lo harás de nuevo, y ahora… ¡encuentra al maldito poderoso!
Lo arroja de nuevo como si fuera un trapo, antes de que se estrelle lo levanta de nuevo y así juega con el lanzándolo de un lado a otro mientras su risa estalla en el aire.
- ¿Dónde está? – chilla con una voz aguda que denota lo mimada que es, y eso la vuelve más peligrosa aun – ¡responde!
El pobre parecía que podía romperse en cualquier momento, y yo no podía hacer nada más que mirar congelada, fue cuando un grito suyo rompió con la risa de la chica y con mi ensimismamiento, ella lo dejo caer en el suelo bruscamente, para acercarse y levantarlo con sus propias manos.
- ¡No! – chilla con la voz más aguda que eh escuchado – ¡No te atrevas a morir! Encuentra al poderoso antes y después te destruiré, no antes.
Vaya consuelo, yo no podía permitirlo, ya casi todos mis huesos habían sanado, pero no podía salir, no podía exponerme así, no sabía como pero la detendría, solo debía recordar algo de lo poco que había entrenado en casa en el hospital…
Bingo.
Justo cuando la chica está por lanzarlo otra vez, algo pasa, dos de sus acompañantes, los más cerca de ella comienzan a colapsar, momentáneamente la chica se olvida de Hawkins cuando dos más hacen lo mismo, no sabe qué pasa con sus subordinados, ni tampoco ellos.
Yo sí.
Hay agua dentro de ellos y se perfectamente cómo se sienten porque yo me hice lo mismo, estoy exprimiendo el agua de su cuerpo y su sangre también, un grito de pánico sale de la boca de aquella mimada joven al ver agua y sangre salir por los ojos, nariz, boca y orejas de sus compañeros.
- ¡¿Qué pasa?! ¡¿Qué pasa?!- ¡Señorita Control! – grita un gigante antes de caer igual que los otros.
Hawkins aprovecho la oportunidad para alejarse y recomponerse, comienza a correr hacia mí pero cuando estoy a punto de correr a su encuentro, alguien lo intercepta y evita que nos reunamos tacleándolo estrepitosamente.
- ¡Hawkins!
Idiota.
Idiota. Idiota. Idiota. Antes de que pueda huir algo toma mi pierna y me saca de mi escondite, me maldigo mil veces por delatar mi posición tan tontamente, inútilmente trato de sostenerme de algo mientras aquello me arrastra, al voltear me encuentro con una mujer con manos de serpiente sosteniendo mis piernas aun y un viejo que me recuerda a una película de terror, en medio de ellos, me encuentro con los ojos desprovistos de toda emoción de Persuasión; solo atino a sonreírles nerviosa hallándome atrapada.
- ¿Eso no fue muy listo o sí? – les digo asustada.