Poderes Saga Poderes #1

Pesadillas

Una ciudad enorme se expande ante mí, hay edificios en pie y hay otros que, por lo contrario, han sido derrumbados, parece que un terremoto azoto el lugar, hay cadáveres bajo los escombros y en la calle, el cielo esta nublado, como si una gran tormenta estuviera esperando el momento adecuado para caer con todas sus fuerzas, yo camino por el lugar buscando el fuego que vi la otra ocasión, pero no hay ni una llama o cenizas por ningún lado.

Camino entre las personas que yacen inertes en el piso, llevada por la curiosidad, me agacho y reviso a una mujer muerta con mayor atención; entonces me doy cuenta de que lleva muerta más tiempo del que creía, sin embargo, pese a que la descomposición ha comenzado, no veo ninguna mosca u otro insecto sobre ella o alguien más, no veo ningún animal o cosa viva en este lugar, me levanto y sigo caminando observando la destrucción.

Muerte.

La palabra se repite en mi mente cada vez que volteo a ver algo o alguien, froto mi cabeza con fuerza intentando sacarme la maldita palabra de la mente. De pronto me topo con un vidrio reflectante, me veo cubierta de polvo y sangre, mi cabello esta suelto y sucio y mis ojos son completamente verdes, pero de un verde mucho más intenso de lo normal, me veo mucho tiempo en el cristal hasta que no puedo evitarlo más.

- ¿Quién eres? – pregunto a mi reflejo – ¿Qué eres?

Para mi sorpresa, mi reflejo inclina la cabeza a pesar de que yo permanezco quieta, me muevo, pero ninguno de mis movimientos es repetido por mi reflejo, quien sigue ahí, con la cabeza inclinada y sonriendo maliciosamente.

- ¿Quién eres? – repite la imagen.

Por un momento no sé qué responder, algo me dice que esto es normal, pero en algún lugar de mi mente creo que lo que ocurre no puede ser normal, el reflejo se mueve cuando tú lo haces, no lo hace de manera libre, eso me dice, pero entonces ¿Por qué se mueve y me habla? ¿Es un truco o un sueño? Tal vez este soñando, pero aun así me parece que esto no debería de pasar.

- No lo sé – le digo al final recordando su pregunta.

- Sí que lo haces – me dice – lo has sabido siempre Arantxa, que importa si no lo recuerdas, tú y yo lo sabemos, tú sabes bien quien eres.

- ¡Es mentira! – escupo – no sé quién soy por más que lo intente, Arantxa Morgan no es mi identidad, ¡no sé quién soy!

La furia se apodera de mí, cierro mis puños y en ese momento los edificios que aún se mantenían en pie comienzan a derrumbarse, el suelo se abre y de él sale el fuego que tanto busque, la tormenta también se desata con todas sus fuerzas y con rayos que caen cerca de mí, pero sin llegar a tocarme.

- ¿Quién eres? – me pregunta nuevamente mi reflejo cruzada de brazos.

La desolación esta alrededor de nosotras, cada vez mayor y es mi culpa, yo lo estoy provocando, veo mis brazos, de mi palma derecha está brotando fuego y rayos, mientras que de la izquierda brota agua y viento, las lágrimas brotan de mi rostro sin previo aviso.

- ¿Cómo es que hago esto? – pregunto observando mis manos – ¿Por qué puedo hacer esto?

- No debes hacer preguntas de las cuales ya sabes las respuestas – me regaña mi imagen.

Me enfurezco al escucharla, dirijo toda mi furia hacia ella, los rayos, como si supiesen lo que siento, se dirigen al cristal, pero ninguno le provoca daño alguno, mi reflejo se burla y aplaude como si alabara mi rabia.

Un tornado comienza a formarse, se vuelve cada vez más grande y comienza a arrasar todo lo que hay, llevándose cadáveres y estructuras enteras.

Muerte.

La palabra taladra en mis oídos y cada vez se vuelve más fuerte y apremiante, cubro mis orejas, pero el sonido está en mi cabeza, como si un coro de demonios me estuviera gritando y no fuese a detenerse hasta que vuelva loca.

- ¡Basta! – grito con todas mis fuerzas.

- ¡¿Quién eres?! – grita mi reflejo sobre todas las cosas – ¡¿Qué eres?!

- ¡Por favor! Basta ya – el grito en mi cabeza me obliga a arrodillarme.

Quiero cerrar los ojos, pero me es imposible, así que veo mi cuerpo y no lo reconozco; hay fuego, rayos, agua y tantas otras cosas saliendo de mí, provocando todo esto, veo a mi reflejo suplicante, al ver sus ojos, mis lágrimas se detienen, ignoro las otras voces y la veo a ella, sus ojos completamente verdes, y vivos.

Veo otro cristal a mi lado, en el, veo mi reflejo tal cual es, y en él, mis ojos son normales, pero sin una chispa de vida en ellos.

Vuelvo a ver la primera imagen, ha dejado de sonreír y solo me mira.




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