Podría... ¿ser tu amiga?

3. El Cumpleaños Inesperado

"Messi... Messi... ¿No es un jugador de fútbol?" Preguntó en tono confundido, tratando de reconectar el nombre con sus recuerdos. La vaguedad en su respuesta sugiere que tal vez no estaba completamente familiarizado con el mundo del deporte, pero había algo en el nombre que le resultaba familiar.

"Sí, Messi, el jugador de la selección. ¡¡Es el mejor del mundo!! Porque es... argentino como yo," Melody exclamó con entusiasmo, sus ojos brillando con un orgullo compartido por su compatriota. Una risa ligera se escapó de sus labios, revelando su alegría.

Alexander ladeó la cabeza, intrigado al escuchar a Melody afirmar que Messi era argentino como ella."

"Oh, Messi... Es argentino... ¿Es realmente tan buen jugador?" Preguntó en tono curioso, su mente tratando de recuperar fragmentos de recuerdos sobre el famoso futbolista. La expresión de Alexander revelaba un deseo genuino de comprender la fama y habilidades del jugador, y la curiosidad era una señal de su interés en descubrir más acerca de las pasiones de Melody.

"Si, si me visitas, te regalo una camiseta de la selección para ti." Melody ofreció con una sonrisa encantadora, su voz resonando con una nota juguetona. Una chispa de esperanza brilló en sus ojos, tal vez pensó, podría tentar a Alexander para que la visitara. Sin embargo, su expresión cambió a una de disculpa mientras continuaba, "Pero... disculpa, solo hemos hablado de mí."

La disculpa de Melody era una señal de su deseo de equilibrar la conversación y conocer más a Alexander. Había un matiz de vulnerabilidad en su voz, como si anhelara la oportunidad de descubrir más sobre el hombre con el que estaba entablando esta especial amistad, y quizás, algo más que eso.

Inclinó la cabeza cuando Melody le ofreció una camiseta de la Selección Argentina de Fútbol. Una idea comenzó a formarse en su mente, y se preguntó si Melody estaría de acuerdo con su plan. Luego escuchó a Melody expresar su inquietud de que la conversación hasta ahora había girado en torno a ella y no se había detenido a preguntar sobre él.

"Oh, lo siento Melody. Tienes razón, hasta ahora no has tenido la oportunidad de conocerme. ¿Qué te gustaría saber, Melody?"

Melody permaneció en silencio por un momento, perdida en sus pensamientos mientras miraba profundamente a los ojos de Alexander. Había algo en la conexión que estaban forjando, algo que la llenaba de intriga y emoción. Sus sentimientos por él eran un misterio que estaba ansiosa por desvelar.

"Mmmm... sabes... creo que no sé cuándo es tu cumpleaños," confesó con suavidad, sus ojos reflejando un deseo de conocer más sobre él, de descubrir esos detalles personales que podían acercarlos aún más. La mención de su cumpleaños era un intento de profundizar en su relación y entender los misterios de su corazón.

Inclinó la cabeza, sintiendo la intensa mirada de Melody posada en él. Sus ojos le transmitieron una sensación extraña, pero cálida en su pecho, un sentimiento que le resultaba completamente nuevo y que le hizo temblar ligeramente. Su voz permanecía tranquila y serena mientras compartía su verdad.

"La verdad, Melody... nunca he celebrado mis cumpleaños. Yo, ni siquiera sé cuándo es mi cumpleaños... lo siento."

La confesión de Alexander revelaba una parte de sí mismo que rara vez compartía. Había un aire de vulnerabilidad en sus palabras, y su disculpa reflejaba un deseo sincero de abrirse y compartir su vida con Melody.

"¡¡¡NO, NO PUEDE SER POSIBLE!!! ¿Cómo que no sabes cuándo es tu cumpleaños? ¿Por qué no lo celebras, Alexander?"

Melody exclamó con alarma y tristeza en su voz, sus ojos reflejando su preocupación. La idea de que Alexander no supiera su propia fecha de cumpleaños la sorprendió y entristeció. La conexión que estaban formando se volvía aún más profunda, y la idea de que Alexander pudiera estar bromeando le parecía inaceptable.

"Oye, estás bromeando, ¿verdad?" preguntó, esperando que sus palabras fueran confirmadas como una broma, ya que la idea de que Alexander realmente no supiera cuándo era su cumpleaños era difícil de asimilar. La preocupación y el deseo de entenderlo mejor se manifestaban en su voz y expresión.

Alexander pensó por un momento. Trató de recordar la última vez que había celebrado su cumpleaños, pero no pudo encontrar ningún recuerdo. Las palabras de Melody habían desencadenado una serie de pensamientos en su mente.

"Melody, seré honesto, ha pasado tanto tiempo desde mi último cumpleaños... Creo que mi familia olvidó qué fecha era... Y sí, no es algo con lo que bromee."

Sus palabras revelaban un aspecto desconocido de su vida y su historia personal. La vulnerabilidad en su tono gentil y tranquilizador permitía a Melody entrar en su mundo de una manera más profunda.

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A Melody se le llenaron los ojos de lágrimas al escuchar la historia de Alexander, pero trató de ocultar su emoción.

"Qué... dices..." susurró con voz temblorosa, luchando contra las lágrimas que amenazaban con escapar, aunque su sonrisa aún brillaba a través de ellas. Luego, ella decidió abrazarlo, un gesto de apoyo y comprensión, buscando consolar a Alexander.

"No te preocupes..." continuó con su abrazo, y su voz era un murmullo suave, "sabes... ¿Qué tal si decimos que hoy es tu cumpleaños realmente... si soy tu amiga, quiero poder celebrarlo..."




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