Nuestras palabras están vivas no porque las palabras signifiquen mágicamente algo por ellas mismas, sino porque con ellas vivimos. Son una cuestión moral. Por eso es decisivo cuidar no solo qué decimos, sino cómo lo decimos.
Ábrete, Sésamo!» —la fórmula mágica mediante la que se abría la cueva del tesoro en la historia de Alí Babá y los cuarenta ladrones—; y al menos por ahora nunca se ha abierto la puerta al son de mis palabras.
Las palabras solas apenas significan, o casi pueden significar cualquier cosa: son nuestras acciones las que las dotan de sentido y de referencia.
He lastimado a tantas personas por mis palabras, en mis pensamientos sonaban bien, me han herido también, en esta batalla sin fin, no hay mayor ganador que solo aquel que vela por su alma no contaminar, es fácil señalar a los demás, hacerles ver de menos, buscar sus defectos, pero es tan difícil verles como estrellas, como seres capaces de alcanzar el luminar mayor.
Palabras y palabras sin sonido no hay gracia dicen muchos pero al estar unidas crean el sonido perfecto para cualquier oído, pueden aliviar al cansado, paz al herido, amor al soñador, pueden hacer tantas cosas que en un abrir y cerrar ojos, pueden destruir lo que por años construiste.
Cuida tus palabras pero también como las dices...
¿Qué has prendido? 90 años cumple hoy unos de mis viejos, ya no habla como antes, ya no ve como lo hacía antes, ahora busca refugio en aquel que le arropa pero no le da ni la hora, ya no más hagas sufrir al que ayuda grita a tu lado, cuidaste de no dañar al que decías amar, pero te dañas al no crear ese sonido que necesitas, esas palabras que necesitas a diario, auto motivarte es una ganancia en esta guerra, pecados de esta generación, no son solo drogas, sexo, pudor, es también tus palabras... ¿las estás usando para ayudar o para votar a alguien más, están estás hundiendo más a tu prójimo? no votes lo que tus manos hicieron con abrir tu boca, bien dice el dicho "el pez por su boca muere", ¿sigues vivo?¿estás seguro? ¿Sigues nadando? Porque un pez al dejar de nadar pierde su sabor y muere... no hay malas palabras, solo gente que les gusta decir sandeces, lenguaje folclórico, idioteces dicen otros, que he aprendido a no dejar de nadar, pero si a escuchar todo y retener lo bueno.
He aprendido a gozar de las cosas pequeñas a reírme de una nube con forma de cocodrilo, de buscar ese pájaro en su nido en el camino, he aprendido que más vale tarde que nunca.
No jugar con mis pensamientos, no auto sabotear mi progreso eso he aprendido.