He desgastado la suela de mis zapatos, caminando de aquí para allá, pensando en como amigas así la vida me pudo premiar, no fueron en vano los años de espera por amigas más que hermanas poder encontrar que te roban sonrisas, fotos y algunas lágrimas de amor y paz, estas nuevas suelas esperan poder llegar más lejos que las viejas para con ustedes poder festejar y decir siempre: gracias Padre Celestial.
Suelas que con mucha entrega han sostenido mi andar, ha pisado lugares de paz y amor, han corrido detrás de varios buses, han sentido el peso de 57 kilos sobre ellas, lo más loable de ellas es que sin temor al siguiente paso dan su mayor esfuerzo.
Quiero dar siempre gracias por los sentimientos que un par de zapatos puede hacer, porque hubo días que los mios estuvieron rotos, apestosos, sin cintas y siempre hubo un ángel que me iluminó el rostro con un par de zapatos, porque descalza no he andado pero sé que con esfuerzo esos zapatos llegaron, te presto mis zapatos , vive lo que yo he vivido y dime si te molesta mi proceder.
Solo sabes una parte de la historia y juzgas desde donde puedes ver, estas son zapatillas nuevas, donde un mundo nuevo han de recorrer.