Poemas de desesperanza

La princesa ya no canta

 

La princesa ya no canta

y su voz ya no se escucha,

no saluda con el alba,

con el Sol y con la Luna.

 

La princesa ya no entona

aquella canción de cuna

que en una noche de ensueño

recitaba con frescura.

 

Pero no perdió su encanto

y tampoco su hermosura,

la princesa, aunque no canta,

como que ha quedado muda,

tiene sus ojos perfectos,

sus labios y su figura,

y con su rostro de cielo,

con su broche y con su pluma,

va y saluda la inocencia,

y amanece con ternura

la princesa, con su encanto,

su beldad y su lindura.

 

Ya no canta la princesa,

escondida en su laguna

como una linda sirena

que se encubre en la fisura.

 

No recita sus poemas

y no narra sus lecturas,

evitando la nostalgia

de amores, penas y dudas.

 

La princesa no está sola,

ya lo dije, ella está oculta,

en su castillo de arena,

en su palacio de azúcar.

 

¿Y por qué la ves llorando?,

¿qué será lo que le angustia

a la niña del lucero

con vestidos de gamuza?

 

Si tienes mirada de oro

tú la ves, pero no escucha,

va mirándose en el suelo,

el amor no le segunda.

 

La princesa, yo la amaba,

pero no busco una excusa,

el cariño que le tuve

me lo grabé con fortuna.

 

El mundo quiere su voz,

donde obtiene su tintura,

la princesa está tan triste,

ser hermosa es su tortura.

 



#31492 en Otros

En el texto hay: desamor, poemas, muerte

Editado: 23.09.2018

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