Escucho lentos
sus pasos.
En la habitación
veo su reflejo.
Llegó, sin prisa
pero con energía.
Llegó para
recordar mi debilidad.
La veo frente a mí,
enfurecida por mi amor propio.
Te odio le grito,
silencio me dice
con su mirada
sin vida.
Debo aprender a
vivir con ella,
pero el miedo me
recorre las venas.
En mi soledad
angustiante
podría enamorarme enloquecida,
y convertirla en mi eterna compañera
Escucho lentos sus pasos,
Caminan hacia mi.
Escucho sus susurros a la distancia,
Mencionando mi nombre
Pero esta vez no puedo huir.
No escuchan mi petición,
Mis gritos han sido
Silenciados
Por su fuerza con
La que no puedo pelear.
Es mi pesadilla eterna
De la cual no puedo despertar.
Se siente cada vez más real.
Cada vez están más cerca,
La oscuridad no permite mi huida,
No se donde estoy,
No se a donde ir,
No hay quien me escuche,
No hay héroe que me salve,
Siento mis lagrimas inundar mi habitación
Mojando mis pies descalzos.
Ellos me buscan,
Me necesitan para vivir,
Necesitan mis miedos,
Mis inseguridades.
Necesitan mis pocas
Ganas de vivir.
Sus voces tenebrosas
Las escucho detrás de mi,
Siento como empujan mi cuerpo.
Caigo frente a ellos,
Trato de levantarme
pero siento el alma cansada.
Observan mi sufrimiento,
Lanzo sobre ellos mis mejores insultos.
“Largate de aquí” les grito,
Empiezan a carcajear,
Derrotada empiezo mi ruego,
Déjenme ir, repito sin parar
Parece no importar.
Soy un juguete para ellos,
Van silenciando mis sollozos,
Rozan con sus manos
Llenas de dolor mi rostro,
Enamoradas de mi alma lastimada.
Con mi ultimo suspiro
De mi eterna agonia,
Grito por ayuda,
Nadie llega,
Ya es tarde, me doy cuenta
Ellas ya son parte de mi.
No hay escape de mi oscuridad,
No hubieron héroes,
Solo villanos.
No hubieron pecadores,
Ni victimas,
Solo mis fantasmas y yo.