Yo me llamó Miranda
y me dice "La roba miradas".
Ya que cuando algo veo
de eso mis ojos no despego.
Puede ser por 1 o 10 minutos
por los cuales mis ojos son tarados,
ya que al infinito se quedarán mirando
y mi cuerpo estará siempre congelado.
No importa si miró a la Luna,
o si yo estoy mirando al Sol.
Cuando yo me congelo,
los sonidos yo no entiendo.
Y así una noche de invierno
la fecha ya no la recuerdó,
eso, a pesar de tener calendario
y mirar lo a cada rato.
Pero bien, yo miraba a la Luna,
como siempre mis oídos perdieron función,
y así fue como la realidad me chocó
a pesar de que esa no ere mi intención.
Me llamaron Miranda,
"La de las eternas miradas"
y les informo ahora
que estoy confiscada a una cama.