Existía calma después de su partida, era este tipo determinado de calma que movía sentimientos de deseo y dicha por un futuro reencuentro
soñaba entre los susurros, la calma inmediata de una despedida que nunca llegó
un cierto tipo de calma enfocada más hacia la contemplación de un cuerpo incorpóreo
la silueta de una sonrisa atada a la preparación de un destierro inmemorable.