No se todavía cuál es el milagro del perdón, como se conserva intacta la imagen de alguien, como se busca en el vacío el eco que carcome.
Es esta culpa que pretende derrumbarme que me lleva empujones, mostrándome a la gente como un payaso de circo, sin contacto, como basura, sin rastro de decencia humana.
¡Observen, ahí esta!
De rodillas con una nota en las manos, de arrugado papel, es todo lo que no sé lo que alimenta mi cuerpo, la duda del día venidero.
¿He sido un buen hombre?
¿Qué diría la gente?