¿Por qué me miras con esos ojos? Ojos marrones que me narran cuentos aunque no los esté viendo. Qué perfección. Tus dos luceros me llenan el alma de calma y me dan ganas de nada. No quiero sonar exagerado pero aclaro que eres perfecta, de pies a cabeza. Tu forma de pensar, tu sonrisa y ahí aparecen tus lunas tras unas mejillas estrelladas de pecas imperfectas… ¡Ah!, el momento del suspiro, qué delicia. Para qué soñar despierto si eres mi fantasía favorita… No me alcanza la vida para decirte cuánto te quiero.