Me hundo en la incesante agonía de no poder amar, de nunca saber lo que es ser amada.
El constante miedo de no saber estar con alguien, por haber crecido en la soledad.
Me hundo en la incertidumbre de no saber si algún día podré demostrar todo el amor que deseo dar, sin miedo a que sea más de lo que alguna vez podré recibir.
Porque me aterra amar más de lo que puedo ser amada.