LAS ARTIMAÑAS DEL ENEMIGO

Señor mío, padre celestial, otra vez soy yo pidiéndote ayuda; porque en medio de tu búsqueda se ha levantado el enemigo y se mueve, y ataca de diferentes maneras. Utilizando artimañas, cosas bajas y despreciables maquinando y pensando en cómo detener el gozo que tengo en ti. Queriendo quitar la comunión en ti, oh Señor Jesucristo; este enemigo se pone de diferentes ramas, se ramifica y se multiplica para asediarme, cualquier ser humano que le permita entrar en su vida, lo utiliza para atacarme.

Yo conozco ya, muchas de sus artimañas, una de esas ramas la veo todo los días, este que veo todos los días; es como una serpiente peligrosa que no puedes dejar de ver, porque si te descuidas un poco, te ataca y te muerde, es tan peligrosa esta rama que veo todos los días, que no espera en momento en que se cometa el más mínimo error, para afilar sus dientes y atacar o llamar a sus demás serpientes para planear, atacar o destruir a alguien que nole ha hecho nada; si no que se dejan usar del Diablo, para embestir al que buscas de ti, oh Jehová Dios, defiéndeme Señor, tú eres mi escudo y mi roca, y además de eso, eres mi torre fuerte, mi castillo, mi alto refugio.

Yo en todo tiempo te buscaré, Señor Jesucristo, porque tú eres todo para mí. Amen. Amen.