Polos Opuestos

KHALED

¿Divorcio?

 

Kenon y yo jugamos al FIFA 18 mientras Mary y mi madre hablan sobre los preparativos del aniversario de mis padres.

—Ya tengo todo listo — enuncia Mary revolviendo los papeles que tiene sobre su regazo—. Hoy he puesto las invitaciones que me has dado en el correo, pero hay algo que me llamó demasiado la atención.

—¿El qué? — pregunta mi madre levantando la vista del ordenador para mirarla.

Por el rabillo del ojo veo como Mary vuelve a remover los papeles con nerviosismo.

Pauso el juego lo que hace que mi hermano proteste, pero se calla al ver mi cara.

—La invitación de Anissa.

Mi madre, quien está a punto de llevarse el vaso a la boca se lo deja a medio camino y muy lentamente lo vuelve a dejar en su sitio.

—¿El qué? — repite.

Mary abre la boca y la vuelve a cerrar.

—Ups...— susurra Kenon.

—Entre las invitaciones había uno para Anissa, y empiezo a sospechar que esto no tiene nada que ver contigo. Liv, deja de mirarme así... das miedo.

Le doy un empujón con el hombro a Kenon quien abre los ojos de par en par al igual que yo. 

Hay que avisar a mi padre, o de lo contrario cuando llegue le esperara la peor de las muertes.

Anissa es la mejor amiga de mi padre, pero mi madre la odia a muerte, sobre todo después de que intentara separarlos hace un par de años y que ahora, supuestamente, esté invitada a su aniversario ha sido un golpe muy bajo.

Kenon y yo nos levantamos de un salto e intentamos salir del salón desapercibidos, pero antes de que logremos llegar a la puerta (a escasos centímetros de nuestra cabeza), pasa el vaso que tenía mi madre en la mano hace unos segundos, el cual, impacta con violencia contra la pared y se rompe en mil pedazos.

Kenon y yo nos paramos en seco.

—Ni se os ocurra dar un paso más. — Y con eso lo decía todo: atrévete y verás.

Me quedo petrificado durante unos segundos, hasta que Kenon me tira del brazo y me arrastra hacia el sofá.

—Debería de haber sabido que no tenías nada que ver en esto...— dice todavía más nerviosa.

Bueno, pues, no es la única. La última vez que la mejor amiga de infancia de mi padre entró en nuestras vidas mis padres casi se separan y ahora solo resta esperar que mi madre se calme y no haga nada estúpido. Mi madre está loca por mi padre, pero es demasiado celosa y rencorosa como para esperar que no haga ninguna locura.

—¿Dónde está tu móvil? — murmuro a Kenon, quien me mira asustado.
—Arriba...
—¡Mierda! — maldigo lo más bajo que puedo.

Mary se quedó una hora más intentando que mi madre se calmara, pero al ver que era un caso perdido, se marchó.

Mi madre nos tuvo vigilados hasta la hora de la cena, que fue cuando oímos como la puerta del acceso al garaje se cerraba para que luego mi parte apareciera en la cocina.

—Vaya, estáis reunidos — se anunció mi padre acercándose para darle un beso en la frente a mi madre.
Intenté avisarle con la mirada, pero mi madre tenía los ojos clavados en mí.

Mi padre se sienta en su sitio habitual y nos mira a todos, de uno en uno.

—¿Qué está pasando aquí? — pregunta poniéndose serio al vernos la cara.
Mira a mi madre y luego a Kenon y a mí, con esa mirada acusatoria.

—Yo no he hecho nada. — Me defiendo.

Mi padre cruza los dedos y apoya su barbilla en ellos mientras indaga a Kenon con la mirada.

—¡Mamá te va a matar porque invitaste a Anissa a vuestro aniversario sin consultarle y ahora os divorciareis! — Lo dice todo atropelladamente y se va corriendo.

Todos, menos Kara, permanecemos inmóviles hasta que mi padre se gira muy lentamente hacia mamá.

—Olivia...

—Khaled, coge a tu hermana y llévatela— le interrumpe mi madre con voz ronca. Lo más seguro es que tuviera ganas de llorar.

Le obedezco, cojo a la enana en brazos y salgo de la cocina cerrando la puerta tras nosotros.

Encuentro a Kenon sentado al final de las escaleras del segundo piso, está teniendo un ataque de pánico. Lo sé por la forma en que hunde la cabeza entre sus rodillas y respira entrecortadamente.

Kara y yo nos sentamos junto a él y esperamos en silencio. Hay muchas cosas que dan pánico a mi hermano pero que se separen nuestros padres es la primera de todas, cuando hubo la primera crisis matrimonial mi hermano tuvo que ir al psicólogo durante tres meses. Lo sé, un poco exagerado, pero mi hermano no es un adolescente muy común. Le gustan todas esas cosas frikis como Star Wars entre millones de cosas que yo no me puedo ni imaginar de qué van.

—¿Crees qué se van a divorciar? — pregunta Kenon después de haber oído algo rompiéndose abajo.

No contesto a su pregunta.

Lo haría si lo supiera, pero no lo sé, sé que mis padres se aman, pero las meteduras de pata siempre nos puede llevar a un rincón sin salida. Además, todos sabemos lo rencorosa que puede llegar a ser Olivia O’Ryan.

Sé que puede sonar patético que mi madre tenga celos de una amiga de la infancia, pero Anissa lleva en su vida demasiado tiempo. Ha estado ahí antes de ella y cuando salían, siempre intentaba manipular a mi padre para darle esquinazos, en ese entonces le era fácil, mi padre vivía en EE.UU y mi madre en Toronto, entonces todo era más fácil. Pero una vez que mi padre se enamoró de ella y se fue a Toronto por amor todo cambió. Anissa ya no le podía manipular y mi madre se dio cuenta de sus intenciones; algo más que pura amistad.

—Quizá deberíamos ir hacerle una visita a esa mujer y decirle que la queremos lejos de nuestras vidas— prosigue él —. Quizá así ellos ya no se separen.

Respiro hondo y miro a mi hermano a los ojos. Tiene miedo, reconocería ese sentimiento en cualquier mirada, una vez que lo has visto en persona es fácil de identificarlo.




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