Elías:
Carajo, rogué internamente para que Ester no hable.
— ¡ay! , muchas felicidades por tu debut. Lo vi todo por YouTube.
— ¿de qué carajos hablas? No nos vemos desde hace un año y me hablas de mi debut. Quiero saber que pasó contigo; en donde estuviste; cómo va tu tratamiento. Vamos; no tenemos tiempo que perder. — respondió Megan bastante emocionada.
— no, yo solo vine a hablar contigo de algo muy importante, estoy aquí de paso. Yo....
— mi amado Elías, mi chiquito, que hermoso te ves.... — interrumpió mi amada tía Miranda. — no me dijiste que tenías invitados aparte de mi. Muy mal muchacho. Adelante, todos a pasar.
— escuche señora.... yo me tengo que ir. Mañana hablamos, Meg — fue lo último que dijo Ester antes de dar la vuelta.
Megan quiso ir tras ella pero pude evitarlo, por suerte. Cuando todos estuvimos adentro a mi tía se le ocurrió avergonzarme públicamente.
— y aquí está bañándose, la bañera lo hacía ver más adorable. — dice mostrando una foto. — aquí está con sus amigos de la primaria. — pasó otra página — y aquí... aquí estamos todos juntos, la familia completa. Ella era mi hermana Ana Harris, su cara está medio borrosa debido al tiempo; las gemelas Ana María y Ana Lucia hijas de Ana. Mi hermano el gran Julián Harris y yo. Los trillizos dinamita o era así como nos llamábamos. — cerró el libro y lo dejó en la mesa.
Megan:
No, eso no puede estar pasando. Esas niñas.... No, es solo mi imaginación.
Ya me saqué una prueba de ADN , salió negativo, esas niñas son solo parecidas a mi pero no soy yo. — fue lo primero que pensé.
La mujer esa miró por un momento mi rostro. Parecía que lo analizara.
— tu cara... tu cara es...
— yo creo que es hora de comer. Tengo mucha hambre y se nos enfría la deliciosa comida — interrumpió Sebastián.
Todos nos dirigimos a la mesa; me paré de forma elegante, acto que la anciana notó.
— tu vestido es simplemente fantastique, ¿quién lo diseñó? — preguntó.
— yo lo hice ayer , fue algo difícil encontrar la tela perfecta pero lo conseguí y estoy muy feliz .
Al sentarnos en la mesa me vino un recuerdo, como un vaso de agua helada a mi mente .
— sabes que esto está mal, tu no puedes administrar un negocio y menos una tan grande como la familiar . Dedícate a tu familia y deja esto a los profesionales . — dijo un hombre con voz muy grave .
Yo estaba sentada en el sofá de una casa elegante mientras oía a la que parecía ser mi mamá discutiendo con un hombre. "
— ¿estás bien querida? — cuestionó la señora Miranda .
— oui, fantastique . — respondí en francés, afortunadamente había tenido clases de francés.
— ¿bilingüe? , esta chica me parece más interesante a cada segundo .
— eh , J'adore le français (amo el francés)
— oh, qu'est-ce que tu aimes en français (que te gusta del francés)
— ah, oui , dance (si , bailar ) . Bueno, quiero seguir hablando en español. ¿Usted fue una persona importante en el mundo de la moda?
— oh, solo fui el mago detrás de la máscara. Todo el mundo veía la máscara que era mi hermano. Cuando él murió tuve que nombrarme la dueña absoluta de la gran empresa de moda. Fue algo difícil pero nada imposible .
La comida se sirvió y el vapor del manjar fresco se metió por mis fosas nasales, invadiendo mis ganas por comer.
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— y así es como obtienes un diseño más sofisticado, secretito que aprendí a los 35 años espiando a la competencia. Ahh — exclamó y luego suspiró — tantas cosas que pasé en esta empresa.— decía al terminar de dibujar un boceto antiguo.
— su técnica es muy hermosa pero... le encuentro ciertas fallas. El modo es algo antiguo y eso que soy de las que siempre dice que lo antiguo nunca pasa de moda.
— puede ser que mi técnica haya pasado a la historia. Hace muchos años yo era la flor más hermosa de mi país....
— Meg — interrumpió agitado Sebastián. — Ester... ella.... el barranco... caída — desmayo. Él se desmayó luego de decir eso.
¿Ester? No, no, no . Ester no.
Elías:
No, Ester no, yo no quería hacer eso pero tú me obligaste con esa actitud de...
— ¡alguien llame a la ambulancia! — grité al sentir pasos. Tocaron mi hombro y me habló mi hermano.
— ¿tú lo hiciste? — cuestionó casi helado — la mataste. Tú la mataste. — afirmó ahogándose en lágrimas.
— no, yo, no. Yo estaba pasando por esta zona abandonada y noté que alguien se quería suicidar y cuando bajé, ya era tarde. — dije tan rápido que no sé si me escuchó.
— tenemos que llevarla, tú
llévala en tu coche al hospital, yo le daré la noticia a Megan. ¡andando!
Él se fue y si, tuve que hacer lo que él me dijo. La saqué del barranco empinado porque su cuerpo se había quedado en unas plantas muy resistentes y la metí atrás en el coche, fui a toda velocidad hasta el hospital. Dije mi discurso de hace unos minutos y se la llevaron. Al poco tiempo entraron Megan, Sebastián y la tía Miranda.
No lo voy a negar, si sentía algo de culpa y aunque eso jamás se presentó por mi cabeza, en el preciso momento de todo el forcejeo me pareció la mejor opción.
" — ¿por qué me has traído hasta aquí? Tú me dijiste que Megan estaría acá y no la veo. — fue lo último que dijo claro.
— quería negociar contigo, nadie se puede enterar de la verdad eso arruinaría mi vida, nuestras vidas.
— adiós. No, espera, no, sueltame — hicimos mucho forcejeo.
Esto continuó así hasta que ella cayó por el barranco.
— no sabes cuánto lo siento Ester. "Yo cuidaré de Megan por ti. "