Por Amor

POR AMOR

Todo estaba en silencio. Castiel trataba de entender lo que tramaba su hermano pero no conseguía nada. Los Winchester estaban nerviosos y asustados por la seguridad del otro. Y Bobby trataba de idear algo para sacarlos de aquella situación, pero parecía imposible con lo que estaban tratando.

-¿Qué es eso?- Dean se acercó más a su hermano; no confiaba en ese tipo a pesar de que dijo que venía a ayudar.

-Una espada de arcángel- Respondió Castiel; seguía escudriñando con la mirada a su hermano pero seguía sin tener idea de lo que planeaba.

-Y eso, ¿Cómo nos ayudará?- Habló Dean atento a los movimientos de los ángeles.

-Bueno, la verdad es que...- Se detuvo Gabriel un momento para observar que todas las miradas estaban sobre él. -Aquél humano que muera apuñalado con esto, se irá al cielo- Abrió sus brazos como si fuera un presentador de comerciales con su típica sonrisa.

-¿Qué? Eso no soluciona nada, ni siquiera es una solución- Gritó Dean para luego frotarse el rostro con las manos. Se estaba frustrando demás.

-Escucha, ardilla de selva- Empezó Gabriel aparentemente disgustado por el tono de Dean.

-¿Por qué me dices así?- Lo interrumpió Dean. -Es más, ¿Por qué nos hablas con tanta familiaridad?- Quería que se fueran y pensar las cosas.

-Ah, es cierto- Sonrió Gabriel y se acercó a Dean hasta quedar frente a él.

-¿Qué vas a hacer?- El Winchester mayor dio un paso hacia atrás al ver la cercanía del arcángel quien solo rodó los ojos, acto seguido puso su mano en la frente de Dean. Éste cerró los ojos y a su mente llegaron recuerdos de él, Sam y Gabriel conviviendo, también de él y Castiel, pero al parecer eran sueños; ellos ya habían hablado antes. Por eso Sam parecía conocer a Gabriel, pero no entendía por qué él lo había olvidado. -¿Qué fue eso?- Murmuró un muy confundido Dean.

-Desbloqueé tu mente. De nada- Expresó Gabriel volviendo a donde estaba anteriormente.

-¿Porqué? No sabía que estaba bloqueada- Manifestó en un tono más tranquilo.

-¿Tú le habías aislado los recuerdo sobre nuestra existencia?- Interrogó el ángel un poco molesto. Por eso Dean no lo reconocía.

-Solo sobre ti y sí, bueno, me pareció divertido y lindo ver cómo se volvía a enamorar de ti- Dijo Gabriel con una sonrisa y en tono cantarín, a lo que nadie dijo nada por la sorpresa. Dean evitaba ver a Castiel, habiendo recuperado sus recuerdos de él entendió por qué se sentía "raro" al lado de él y es que el arcángel tenía razón, se enamoró de Castiel aún cuando solo lo veía en sueños. Sam miraba alternadamente a su hermano y al ángel y luego a Gabriel quien seguía sonriendo pues le parecía un poco gracioso el momento. Bobby solo miraba pensando que el arcángel estaba loco.

-Como sea, ¿Qué tenemos que hacer para no morir y acabar con la guerra?- Se animó a hablar Dean después de unos largos segundos.

-No pueden hacer ambas cosas- Murmuró Castiel. -O uno muere y todo el caos se evita, o ambos viven, el caos continúa y la guerra sigue- Miró a Dean unos segundos y luego apartó la mirada hacia su hermano. -Gabriel, la espada no es necesaria en esto- Detalló el hombre de la gabardina.

-Lo sé, solo es un favor, aunque también es algo personal. Confía en mí, sé lo que hago- Al terminar la oración le guiñó un ojo a Castiel, quien seguía sin comprender las acciones de su hermano.

-Esperen, ¿Cómo que el caos? ¿Acaso esto no es suficiente para ustedes?- Habló Bobby atrayendo la atención de los chicos y los seres celestiales.

-Sí, es un caos, pero será peor para todos si no hacen lo que deben- Gabriel parecía muy seguro de lo que decía, pero Castiel parecía que le faltaba un poco de información.

-¡Está bien, basta!- Declaró Dean alzando un poco la voz ya cansado de tantos acertijos estúpidos. -Pueden decirnos exactamente, ¿Qué tenemos que ver nosotros en ese caos del que hablan? Por favor- Alternaba su mirada entre los presentes. -¿Cas?- Lo llamó incitándolo a responder, pero fue Gabriel quien tomó la palabra a continuación.

-Ustedes son explosivos que desencadenan una serie de eventos sobrenaturales que llegarán a ser demasiado problemáticos y peligrosos no solo para la humanidad, sino también para los ángeles y toda criatura en la tierra- El arcángel hablaba rápido pero asegurándose de que los otros le entendieran, -Por eso, si uno de ustedes muere, no importa cuál, esos eventos se evitarán y como cosa extra, la guerra acabará- Cuando dijo eso, Dean y Sam intercambiaron miradas preocupadas.

-¿Qué clase de eventos?- Interrogó Sam.

-Sacar a los demonios del infierno, abrir la puerta del purgatorio, liberar a Lucifer, traer el apocalipsis. Les parece poco eso, ¿O sigo?- Se veía que Gabriel sabía lo que decía, pero a Castiel se le hacía muy raro ya que ni siquiera a él le habían revelado todas las razones del porqué de lo que debían hacer.

-No haremos eso- Enunció Dean con la voz queda. Incluso él dudaba de lo que decía.

-Entonces, ¿por eso nos quieren los demonios? ¿Para que hagamos esas cosas... malas?- Preguntó Sam al arcángel, recordando lo que les había dicho el demonio cuando los acorralaron en el bosque.

-Sí, entre otras cosas- Contestó el más bajo alzando los hombros levemente.

-Gabriel, ¿Cómo es que sabes que eso es lo que va a pasar?- Cuestionó el ángel. Necesitaba aclarar su mente, necesitaba separar lo que pensaba de lo que sentía. El nombrado solo lo miró, como hablándole con los ojos, pero en vista de que Castiel no entendía, decidió proferir palabras.

-He ido al futuro- Empezó, pero fue interrumpido.

-Hay muchos futuros posibles- Confirmó Castiel.

-He ido a una gran cantidad de futuros posibles ligados a esta realidad- Continuó Gabriel con tono un poco molesto por la interrupción. -Y en todos ellos, estos dos desatan el caos. De alguna u otra forma, son responsables de los desastres sobrenaturales que terminan poniendo en peligro a los humanos y a los ángeles mismos- Expuso mientras daba unos pasos al frente y miraba a los hermanos. -Aunque debo decir también, que en la mayoría, ustedes dos- Señaló a Castiel y luego a Dean. -Terminan juntos- Hizo un ademán con las manos uniendo sus dedos. -Y por eso me pareció divertido jugar con los recuerdos de Dean un poco- Su sonrisa socarrona volvió a aparecer. Parecía estar contento con la reacción que provocó pues Dean tensó la mandíbula en señal de que estaba irritado por las acciones del arcángel y la forma tan descarada en que lo confesaba, y Castiel le lanzó una mirada a Dean para luego dirigirla al suelo y nuevamente a Dean, quien giró a tiempo para que sus ojos vieran directamente a los del ángel, por un par de segundos estuvieron así hasta que Sam volvió a hablar.




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