Por Azares del Destino [nd#2]

Capítulo 3

Narra Annie:

— Annie Williams. — Dijo en un susurro aquella figura adentrándose a mi habitación.

— ¿Quién eres tú? ¿Cómo sabes mi nombre? — Pregunté, mi voz saliendo extrañamente firme.

— Soy luz y a la vez sombra, soy el equilibrio entre lo que llaman el bien y lo que asumen como mal, no es la primera vez que nos vemos ni tampoco será la última. — Masculló acercándose más a mí.

— ¿A qué te refieres? ¿A qué viene todo este monólogo del bien y el mal? — Cuestioné — Estoy segura de que si te hubiese visto antes te recordaría.

 — No tengo tiempo para explicarte cada detalle. Sólo se me ha autorizado salir para darte aviso de que el Destino te está buscando. — Murmuró, su cabello blanco adquiriendo toques negros en las puntas.

—¿Salir de dónde? ¿Y por qué no viene hasta aquí él mismo? Si tú me encontraste no tiene que ser tan difícil para él hacer lo mismo. Dile que lo estaré esperando gustosa, tengo un par de cosas que decirle.— Me crucé de brazos enfrentándolo.

— ¿Acaso crees que el todopoderoso Destino no sabe dónde te encuentras? Hace mucho que lo tiene sabido, hasta antes de siquiera estar tú aquí.

— Entonces si sabe dónde estoy ¿Por qué dices que me está buscando? — Mascullé ya irritada — Estoy perdiendo la paciencia, sé directo.

— ¿Cómo el Destino va a encontrar algo que ni el mismo que lo ha perdido sabe que perdió?— Suspiró.

— Si tú no lo sabes yo menos. — Me encogí de hombros — Si ya terminaste puedes retirarte, mi amiga y yo estábamos muy bien hasta que llegaste, ¿Verdad, Catherine? — Volteé en su dirección encontrándola completamente desmayada en el suelo.

— No te tomes todo tan a la ligera, debes encontrar la manera de encontrar lo que has perdido antes de que sea demasiado tarde. El Destino está haciendo todo lo posible por recuperarte, lo que significa que muchas otras fuerzas querrán impedírselo. Ten mucho cuidado Annie Williams.  — Intenté prestar atención a sus palabras pero la forma en que él negro se extendía ahora rápidamente por su cabello captó completamente mi atención.— Te informo desde ahora que la próxima vez que nos veamos estaré portando otro cuerpo.

— ¿Qué se supone que he perdido? ¿De qué fuerzas estás hablando? ¿Por qué estarás portando otro cuerpo? ¿Qué está causando que tú cabello se vuelva negro? — Cuestioné rápidamente.

— Son demasiadas preguntas para tan poco tiempo, pero trataré de responderlas todas. Lo que has perdido es algo que formaba parte de ti, más específicamente de tu memoria, las fuerzas que se aproximan son contrarias a las que gobiernan este mundo. Y en respuesta de las úlimas dos preguntas, este cuerpo no me pertenece, pero no te preocupes que primero consulté con el alma de la persona, aunque de cualquier forma iba a ser por poco tiempo, después de todo no se puede vivir en un cuerpo que ya está muerto. — Respondió. — Antes de irme tengo una última cosa que regalarte — Dijo acercándose más a mí posando levemente sus labios en mi frente. — Cuando descubras lo que es úsalo con sabiduría. Como favor te pido que, cuando cuando te encuentres con Destino le digas que para el alma que antes portaba este cuerpo fue un placer servirle y que el mundo no sé equivocó al elegirlo a él.  Le esperan grandes cosas.

Con estas última palabras así mismo como apareció se fue, dejando en la habitación una sensación cálida, contraria a la que se había percibido cuando llegó.

Así que alguien se ha dado el gustico borrándome recuerdos"—Pensé sosteniéndome la cabeza y sentándome al lado de Catherine que cabe destacar aún seguía desmayada. Pues quien sea que fuera se las va a ver conmigo, porque si antes me revelaba ahora más que soy libre de las reglas del estúpido cuaderno.

Pues quien sea que fuera se las va a ver conmigo, porque si antes me revelaba ahora más que soy libre de las reglas del estúpido cuaderno

Mike:

—¡Hey, Annie! — Grité al vislumbrarla por el pasillo. —¡Aquí! — Extendí mis brazos y los moví para que notara mi presencia. Pude ver cómo giraba y sonreía de medio lado mientras se acercaba lentamente hacia mí.

— Hola Mike, ¿Qué hay de nuevo? — Dijo ya estando frente a mí. 

— Todo bien — Respondí, estaba mintiéndole, la marca en mi nuca ardía pero la ignoré dando un paso más hacia Annie. — ¿Podríamos hablar un segundo?— Cuestioné y ella me miró confundida.

— ¿No es eso lo que estamos haciendo?— Ríe levemente.

— Sí, pero me refiero a un lugar más privado, no creo que quieras hablar de tu inexistente cuaderno en un pasillo lleno de personas. — Murmuré y sentí como se tensó casi de inmediato. Colocó rápidamente su mano en mi boca y me arrastró hacia detrás de las escaleras.

— ¿Estás loco? No puedes andar por ahí diciendo eso. — Susurró, su respi rozando levemente mi barbilla. 

— Por eso dije que habláramos en un lugar privado. — Susurré de igual modo.

— Pues ya, concedido. ¿De qué quieres hablar? — Preguntó y no pude concentrarme en su pregunta ya que su aliento llegó a mi nariz causando que me estremeciera.

— P-Primero aléjate un poco por favor, no creo que pueda concentrarme contigo tan cerca de mi. — Murmuré. Ella dio dos pasos hacia atrás pareciendo darse cuenta en ese momento de la escasa distancia que nos separaba. Continué hablando inmediatamente para evitar que el ambiente se tornara incómodo.— De casualidad, en estos últimos días, luego de que te entregué el cuaderno ¿No has vivido algún suceso extraño? ¿Algún cambio aunque sea mínimo? — Vi como pareció dudar un poco ante mis preguntas y movía la boca tratando de formular una respuesta.



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En el texto hay: desafiar el destino, cuadernos

Editado: 29.12.2022

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