Pasión, un sentimiento capaz de llenar hasta la persona más mediocre, aburrida y desinteresada, de entusiasmo, motivación y deseos de lograr algo, ese sentir que es anhelado por muchos, pero que la mayoría de gente no se esfuerza en obtener, o peor incluso, deja escapar la oportunidad de obtenerlo, todo por culpa del miedo, pero, ¿miedo a qué? ¿A la decepción?, ¿Al fracaso? ¿A salir de la zona de confort? Simplemente no entiendo por qué...
—Oye, Miura.
Creo haber escuchado algo. ¿Lo habré imaginado? En fin, no entiendo por qué una persona no se atrevería a...
—Miura, te estoy hablando, ¿me escuchas?
Otra vez ese sonido me ha vuelto a interrumpir, supongo que lo ignoraré.
Bueno, como una persona no... ¿Eh? ¿Qué estaba pensando?
—Tierra llamando a Miura, repito, Tierra llamando a Miura. —Ante la falta de una respuesta, la persona que intentaba llamar mi atención me dio un ligero golpe en la nuca con su dedo índice.
Me di la vuelta y en el asiento de atrás estaba Hara, un compañero de clase a quien conocí una semana atrás.
—¿Qué sucede? —respondí con un poco de confusión y molestia después de salir de mis pensamientos.
—Te he estado hablando y no contestas, parecía como si tu mente estuviera en otra parte. ¿Acaso obtuviste la habilidad de dormir con los ojos abiertos?
—Perdón, es que estaba un poco desconcentrado. Me quedé pensando en algo.
Y ya no recuerdo que es ese algo por tu culpa, gracias por interrumpir mis pensamientos. Aunque de todas formas, casi nunca los termino.
—¿Desconcentrado? En fin, la clase terminó hace un par de minutos y ya es hora del descanso. Deberíamos ir a la cafetería antes de que se llene.
—Ah, bueno, verás... —Detuve mis palabras mientras comencé a buscar algo entre las cosas de mi mochila.
Saqué una caja de almuerzo y se la enseñé mientras la señalaba con el dedo.
—Hoy traje mi comida.
—Desde que entramos a clases nunca habías traído algo desde tu casa. ¿Por qué decidiste traer hoy? —dijo mientras parecía algo sorprendido.
—Generalmente suelo traer, pero pensé que no estaría nada mal comprar cosas en la cafetería, de hecho están bastante bien pero. —Miré hacia otro lado antes de acabar la oración y después de una muy breve pausa, seguí hablando—. Me da pereza hacer fila.
—¿Sólo por eso? ¿Estás diciendo que vaya solo a la cafetería? —Parecía que trataba de mostrar decepción en su rostro, pero eso se quedó solo en un intento porque su expresión era evidentemente actuada.
—Sólo ve a comprar rápido y regresa al salón de clases, no te cuesta nada.
—Lo dice el tipo que no quiere ir porque le da pereza hacer fila.
—Lo hecho, hecho está, yo tengo mi almuerzo y tú no, así que ahora ve a comprar antes de que se llene la cafetería.
—De acuerdo, de acuerdo, bueno, entonces regreso en un momento.
Hara salió del salón dirigiéndose a la cafetería.
Espero no tarde mucho, de lo contrario me aburriría y me vería igual de solitario que algunas otras personas en el salón.
Bueno, mientras vuelve no tengo nada que hacer, así que... ¿Dónde están mis modales? Aún no me he presentado.
Bien, para empezar, mi nombre es Hiroshi Miura, tengo 15 años y soy estudiante de décimo grado. No tengo las notas más altas, pero tampoco tengo malas calificaciones, así que está bien, supongo. Mi aspecto es bastante promedio a mi parecer, pero, tal vez el hecho de tener casi nulas imperfecciones en el rostro me haga ser un poco más atractivo que el resto, ¿no? De todos modos, apuesto a que no es mucha la diferencia. No soy alguien atlético, aunque he intentado hacer ejercicio unas cuantas veces, pero en la mayoría de ellas lo terminé dejando a las pocas semanas de haber empezado, aunque tal vez, solo tal vez, se refleje en mi físico esos intentos de ejercitarme.
Supongo que soy alguien muy promedio en casi todos los aspectos. Si tuviera que destacar algo sería que, como mis padres suelen trabajar desde muy temprano yo tengo que preparar mi desayuno y almuerzo, así que se me da un poco bien cocinar. Otra cosa en la que también soy hábil es en los videojuegos, pero dudo que a alguien le interese.
¿El sujeto que salió hace un momento? Él es Tadao Hara, un compañero que se sienta atrás de mí. Eso es todo.
¿Esperaban algo más?
Está bien, hablando en serio, todavía no sé mucho sobre él debido a que no tengo mucho tiempo de conocerlo, aunque ya tenemos bastante confianza al hablar, porque a veces jugamos videojuegos juntos y de esa forma interactuamos más, y también, bueno, parece un buen tipo, es bastante simpático.
◇◆◇
—Pues bueno, creo que es hora de empezar a comer, buen provecho para mí. —Comencé a destapar mi almuerzo.
Supongo estaré atento a la puerta por si regresa Hara.
Mientras giré mi cabeza para ver la entrada, observé un poco el salón.
Hay bastantes personas que parecen estar solas, ¿cómo es eso posible? Quiero decir, ya ha pasado una semana desde que empezó el curso y todavía hay muchos estudiantes a la vista que almuerzan sin compañía alguna. Entiendo que ya no vayan al mismo instituto que sus amigos de noveno grado, pero es que no hacen el intento por hacer nuevas amistades, ¿¡acaso estoy en un grupo repleto de gente asocial!? Aunque bueno, tal vez esté exagerando con la cantidad, además parece ser que algunas personas sí están en grupo, pero no se aprecia bien, porque la mayoría prefiere comer en la cafetería.
Ahora que lo noto, hay una chica de lentes sentada enfrente de mí, parece estar sola. ¿Debería hablarle?... Meh, mejor sigo con mi deber de vigilar la entrada.
Dirigí mi mirada hacia la puerta y...
—¿Eh?
La chica que se sienta a lado de la puerta está mirando fijamente hacia aquí. ¿Me está mirando?, espero que no sea el caso, porque no podría evitar sonrojarme.
Observando con más detenimiento parece que la chica de la puerta está mirando a mi compañera de lentes. Es algo aterrador que tenga una mirada tan fija, casi parece que es un asesino serial observando a su próxima víctima. Como sea, no es asunto mío, aunque no puedo evitar preguntarme por qué la está mirando. ¿Son enemigas? ¿Eran compañeras?, ¿Acaso la está acosando?
De pronto escuché una voz que provenía de al lado de mí decir—: ¡Te atrapé!
—¡¡iiii!! —No pude evitar soltar un pequeño chillido y que mi ondulado cabello pasara a erizarse tras ser sorprendido por esas palabras.
Giré la cabeza hacía el costado y era Hara, al parecer ya había vuelto de la cafetería, pero como distraje mi vista con la chica de la puerta, no lo vi entrar.
—Entonces Miura, dime: ¿Cuándo es que empezó tu afición a acosar personas?
—¿¡De qué estás hablando!?
—No finjas no saberlo. —Se acercó a mi oído a susurrarme—. Te veías muy concentrado observando a la chica que está por ahí. —Intentó señalar de manera discreta a la chica de la puerta, pero torpemente terminó siendo más obvio, aunque por fortuna nadie parece haberlo notado.
—¡Claro que no! Estaba viendo la entrada por si llegabas —dije mientras lo alejaba un poco.
—Y si es así, ¿cómo es que no me viste llegar?
—Pues. —A mi mente no llegó ni una posible respuesta.