Por qué es tan difícil hacer amigos?

Capítulo 2: ¿Mala Suerte? Parte 2

—Disculpa, tú eras el sujeto que casi se cae en la cafetería hace un momento, ¿cierto?

Después de que dijo eso, pude ver como Hara intentaba disimular la gracia que le causó recordar esa escena.

Algo tembloroso por lo que pudiese suceder, me giré para ver a la chica, alcé un poco la vista para evitar cualquier cliché o descripción innecesaria y me preparé para responder a su pregunta.

¡Vamos Miura! ¡Yo sé que tú puedes! Al contrario de Miyake, no le tienes miedo a esta chica, solo a la situación incómoda que podría surgir.

—S-sí, s-soy yo.

¿Acaso tartamudeé? Bien, tranquilo, tranquilo, no va a pasar nada malo. Lo peor que podría pasar es que Hara diga una tontería, pero tal vez lo estoy malinterpretando y en realidad solo sea un boca floja conmigo.

Mientras deseaba que no pasara lo que pensaba, la chica hizo una rápida inclinación de casi noventa grados y dijo—: Lo siento mucho, en verdad. No quería causarte inconvenientes.

Como siempre, mi sentido del razonamiento no me daba para entender esta situación. Aunque posiblemente nadie la entienda.

¿¡Qué demonios!? No puede ser, volverá a suceder ¿Otro malentendido? ¿También quiere que seamos amigos?

Rápidamente miré a mis alrededores, solo para darme cuenta de que esta chica había llamado la atención de unos cuantos en el salón, pero afortunadamente no lo gritó como para que todos voltearan a verme, aunque por otro lado, es definitivo, Miyake se percató de lo que está pasando. Peor incluso, una chica me pidió disculpas frente a Hara.

¡No sé qué responder! Necesito decir algo ahora mismo, que la situación se pone muy tensa.

 —¿Quién eres?

No… no me lo creo… Esa fue la voz de Hara. Creo que en vez de perjudicarme, resultará de ayuda. ¡Muchas gracias! No sé qué haría sin ti.

La chica volvió a su posición normal para dar una respuesta.

 —Un gusto, soy Emiko Mikawa, perdón por interrumpir su plática.

¿Mikawa? Ese nombre me resulta familiar, ¿dónde lo habré escuchado?

—Yo soy Tadao Hara y él es Hiroshi Miura, ¿qué es lo que necesitas? —Parecía bastante tranquilo, como si estas extrañas circunstancias fueran de lo más normal para él.

Si esto continúa así, consideraré poner en un altar alguna foto de Hara, después de todo, está siendo mi salvador.

—Solo quería disculparme por casi provocar que —Volteó a mirarme a los ojos para terminar sus palabras—. Miura casi se cayera en la cafetería.

Vaya, eso explica muchas cosas. Así que esta chica es esa chica. Pero todavía hay algo que no entiendo.

Me animé a hablar habiendo entendido un poco de lo que estaba pasando.

 —Este, disculpa, pero, ¿por qué me estás pidiendo perdón por eso?

Mikawa parecía algo confundida después de lo que dije, pero se apresuró a darme una explicación.

 —Fue mi culpa que te resbalaras. Yo dejé caer un poco de helado en el suelo y por ese descuido casi provoqué que cayeras. Te quise pedir disculpas en ese momento, pero te marchaste así que no pude hacerlo.

¿Eh? ¿Solo por eso? No lo puedo creer, esta chica es muy propensa a creer que todo es su culpa o simplemente es una excusa para hablarme. Dudo que quiera relacionarse conmigo, así que es la primera.

—Descuida, solo fue un accidente.

—Uno un poco gracioso por cierto —murmuró Hara de tal manera que pudiese escucharlo.

Lancé una risa algo nerviosa mientras esperaba a que Mikawa se fuera.

—¿Estás seguro? Parecías un poco molesto cuando te marchaste.

Parece que cree que mi enfado con el universo es su culpa. Ahora sí, todo tiene sentido.

—Yo n… —Antes de decir algo, fui interrumpido.

—¿Miura enojado? ¡Imposible! No te preocupes, que no hay muchas personas que lo logren enfadar.

¡Exacto! En nuestras sesiones de juego he recibido toda clase de insultos y ni uno solo ha logrado colmar mi paciencia. El único ser que puede hacer que me moleste, se sienta detrás de mí.

—Es cierto, no me enojaría contigo por algo tan pequeño como una caída, así que puedes irte relajando.

—Bu-Bueno, pero de todas formas lamento los inconvenientes. —Nuevamente hizo una inclinación, aunque esta vez menos grande.

 Este… ¿Por qué aún no se marcha?

A lo lejos se escuchó una voz femenina diciendo—: ¡Mikawa! ¿Puedes venir por favor?

—Creo que te están hablando, será mejor que vayas. —Robándome las palabras de la boca, dijo Hara.

—Uh, es cierto. Fue un placer haber hablado con ustedes, pero tengo que irme. Por cierto, cuando tengan algún problema pueden acudir a mí si quieren, me siento en aquel lugar de allá. —Señaló un asiento junto a la ventana contraría—. Nos vemos luego, adiós. —Después de decir eso, se marchó hacia donde la llamaban.

¿Acudir a ella? Esta mujer también es extraña. Aparte que no tiene sentido todo esto ¿Será que tengo razón y fuerzas superiores intentan rodearme de chicas? Espero que no, porque no podría hacer nada para evitarlo.

Después de un momento, suspiré y volteé a verlo. Posiblemente sabe cómo me sentí.

—Te alteraste un poco, ¿cierto?

Tal y como pensé, sabía lo que pasaba por mi mente en ese momento.

—¿Hace falta decirlo?

—En realidad no, sí me percaté de ello.

Supongo que al contrario de lo que creía, fue un alivio que Hara estuviera cerca, porque mi imaginación pudo haber dado malos resultados si hubiera estado solo… Como con Miyake.

—Muchas gracias por ayudarme, no tengo como agradecértelo. —Lo dije en serio, en verdad estaba feliz de que él haya estado aquí.

—No es nada, cuando quieras te puedo dar una mano. Pero en realidad si hay una forma en que me puedes ayudarme.

—¿Cuál es?

—Curiosamente, justo en este instante, acabo de recordar que no hice mis deberes de matemáticas, así que, ¿de casualidad no tendrás alguna tarea que puedas pasarme? —No necesitaba verlo al rostro para sentir la gran mentira que me estaba lanzando a la cara.




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